Otros responderán de lo que digan ellos. Con razón, y no tendrán responsabilidad ninguna, o sin ella y entonces que carguen ellos con las que tengan.
Y el Papa con las suyas. Que en esto nadie está aforado.
https://infovaticana.com/2018/10/12/francisco-y-las-malas-companias/
Pues que cada olivo aguante su mochuelo. Yo también
Antes los Papas tomaban decisiones más o menos acertadas. La coronación de Napoleón con la defenestración de tantos obispos franceses que no eran gratos al tirano, aunque que ni el Papa llegó a coronarle porque el Emperador se coronó a sí mismo para demostrar ante su pueblo lo que necesitaba a la Iglesia, no le salvó al pontífice de una posterior prisión de muchos años. El ralliement de León XIII que fue otro descomunal fracaso queriendo conseguir lo imposible. Esa república a la Iglesia no iba a darle ni agua. Eran inmediatos los días de Ferry y Combes. La Cum multa, dedicada a nosotros, tampoco tuvo unánime acogida.
Pero la Iglesia no aprende. Y vino Pío XI, seguro que más inteligente que el Séptimo y hasta que aquella cumbre de las Encíclicas que se dejó engatusar, entusiasmado, por Lavigerie y su toast, el francés fue mucho más inteligente que el italiano, cosa que no sorprenderá a nadie. Y con el Once de los Píos llegó la condena de la Acción Francesa. Maurras, en sus escritos juveniles, tenía sobrados motivos de condena eclesial. Por blasfemos. Pero eso era mucho más pasado que actualidad aunque ciertamente él no los hubiera condenado tantos años después. La condena pontificia, la reacción del movimiento, la de la Iglesia, que no permitía enterrar en sagrado a seguidores de la Action Française fallecidos, más católicos que algunos obispos franceses, y que recibían la última bendición de un sacerdote camuflado entre los asistentes, es una historia penosa pero muy real. Pío XII, nada más llegar, levantó aquella condena que no era injusta pero posiblemente no oportuna. San Pío X no quiso pronunciarla y Benedicto XV, tan distante, tampoco
¿Y qué decir de la no condena del comunismo por el Concilio y la ostpolitik de Pablo VI motivada por unos temores comprensibles que Juan Pablo II y Reagan pulverizaron acabando apenas sin estornudar con aquel monstruo espantoso que tenía los pies de barro?
Pues demasiado largo exordio para el error pontificio francisquista de su tolerancia con el lobby lavanda en la Iglesia. Comenzó con Ricca, siguió con el ¿quién soy yo?, antes estuvo el apoyo en el Cónclave de los exhibidos luego en el balcón de San Pedro donde el lobby imperaba, las promociones de los macarristas: Tobin, Farrell, Cupich, el escándalo de McCarrick, el apoyo a Coccopalmerio hasta sus ochenta años, hoy Cocapalmaria y maricón de orgías salvo que se demuestre lo contrario, cosa que hasta el momento no se ha producido en un escándalo universal, y que me encantaría creer que es todo una calumnia siempre que se acredite. De momento el piso de la orgía es de la Santa Sede, quien recibía drogas y maricones era el secretario del purpurado que no terminaba de caerse de la palmera y hasta es posible que de la coca ni de otros sitios que no es necesario mencionar, pero evidentes, en el caso de que lo que se ha hecho público sea cierto. Pero si lo fuere, y todavía no se ha desmentido con verosimilitud que no, el asunto sería muy grave, Y no sólo para el palmario.
A mí ese Coccopalmerio del que llevo mucho tiempo diciendo todo lo que se me ocurre, y nada bueno, incensador del Papa y protegido por este hasta el límite mismo de los ochenta años porque no pudo más, la inmundicie actual que le inunda, de ser cierta, sería la que se buscó.
¿Repito mucho la fotografía? Tal vez. Pero puede ser que en esa gran boca quepan pallas, en mi gallego pajas, por supuesto que las cereales, no me refiero al Paglia, pellas, yo hice pocas, pillas, capaces de meterse en cualquier boca, pollas, naturalmente vuelvo a mi gallego que es en lo que tal vez abunde hoy, camino de gallinas, a nadie se le podría ocurrir otra cosa, o sí, y pullas pues si las ha habido, ahí están.
A esos cocos, o a esas cacas, si las ha habido no son cosa mía. Las reclamaciones al maestro armero. O caquero.
«dime con quién andas, y te diré quien eres»: las abominables compañías de bergoglio evidencian la clase de tipejo que es bergoglio mismo.
Gastón: Seguramente la traición a los cristeros fue más grave que la condena de la Action Française, y mucho más vergonzosa porque traicionaba a Cristo. Pero así como en lo de la A. F. Pío XI era absolutamente consciente de lo que hacia y quería hacerlo, de ahí la importancia del acto casi inmediato de su sucesor, tan filonazi según algunos y tan antialemana la A.F.
Enrique LL: Sí pero no. Claro que jurídicamente si alguien dijera que yo era el amante de Alfonso Guerra, de María Teresa de la Vega, de Cristiano Ronaldo o del obispo Taltavull tendrían que ser ellos quienes lo probaran pero yo no debería quedarme aconejado, y más no habiendo conocido a ninguno de los cuatro, a la espera que el otro demuestre mis relaciones. Sobre todo si jamás existieron.
Pio XI no sólo condenó la Acción Francesa, que era un partido eficazmente contrarrevolucionario fueran los que fueran los pecados juveniles de su fundador, sino que -por mal aconsejado o lo que fuera, traicionó a los cristeros mejicanos. Lo 1º trajo consigo, entre otras cosas, que cualquier cura o fraile francés, por mucha que fuera su valía, quedaba excluido del episcopado si tenía inclinaciones monárquicas. Y dejaba la puerta abierta para los otros, es decir, los más o menos progres de la época. Lo de los cristeros, obligados a entregar las armas y rendirse al tirano y criminal Calles, trajo la consecuencia de infinidad de crímenes.
Aquiles Ratti un personaje nefasto.
Geosio: Tal vez me haya expresado mal. Vuelva a leerme. Lo de Lavigerie y el toast de Argel es de León XIII.
«Maricón de orgías, salvo que se demuestre lo contrario». Son las acusaciones, lo que se ha de demostrar. No parece que sea correcto, en derecho, acusar sin más, y decir «defiéndase usted» y demuestre que esto son calumnias. El Blogger es abogado, creo, y lo sabe mejor que yo.
Mire Enrique, una cosa son los abogados y otra la moral. La moral es más real y exigente que la abogacía, y también más humana. Le voy a poner el ejemplo que me enseñaron en el colegio (cuando todavía enseñaban bien la moral y religión católica). Me contratan en una zapatería por un sueldo de 900 euros (a mí me lo enseñaron en pesetas, claro) y, de forma verbal, se me dice que me darán dos pares de zapatos al año(entonces no había tanto remilgo legal de pagos en especie). Luego el jefe no me da los zapatos, ¿robo si los cojo?. Pues me decían que no, otra cuestión es si legalmente el jefe me pilla. No todo se puede demostrar jurídicamente o probatoriamente, pero no calumnio si digo algo con certeza por que lo he comprobado yo o las fuentes son absolutamente fiables, indiferentemente de la legalidad jurídica. Que están los tiempos tan cambiados ¿o no? que filtarmos mosquitos y nos tragamos camellos. Seguro que le suena la frase.
Paco Pepe: ¿a qué se refiere con lo de Pío XI y Lavigerie?
¡Brava Cigüeña cuando quiere entrar por derecho! Por supuesto que es muy dueña de su crocoteo; pero lo que está bien suena bien como laico que es sin enfeudamientos clericales que con frecuencia les lleva a consensos además de altamente estúpidos de erudición y pasmo, eclesialmente desastrosos con los que tenemos que apechugar los seglares e incluso sacarlos del atolladero.
La psicología clerical es de una complicación extrema e imposible de reeducar en ecuanimidad .