| 06 febrero, 2024
Y el plural engloba al singular.
Penosísima declaración aquella del hagan lío.
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Que el lío es absolutamente contrario a la religión católica y a Jesus de Nazaret.
https://www.infocatolica.com/blog/cura.php/2402060910-ese-lio-entre-ideologia-y-fe
Manifestación en Sevilla contra el cartel blasfemo:
https://youtu.be/ryNg0qHBayY?si=G6p5Sv8bYzoImQKS
Mi antipatía por este pontífice (lo saben todos los que me leen, a quienes agradezco su paciencia conmigo) es infinita, radical, visceral y sin el menor resquicio. No soporto a este ñor ni en foto, pero (en honor a la verdad) el «lío» no lo empezó él: lo inició un majadero al que se le ocurrió convocar un concilio perfectamente innecesario y prescindible; el origen está ahí y sirve como prueba de que ser «buena persona» no equivale a ser «buen papa», del mismo modo que ser un «intelectual brillante» no desemboca en ser un «pontífice brillante». Estos dos son ejemplos de los papas que no quiero: ni un buenazo necio ni un culto indeciso. No digo más: ya saben a quiénes me refiero. Y la Iglesia, si quiere, puede declararlos santos, pero (que yo sepa) no estoy obligado a aceptar las beatificaciones ni las santificaciones como dogmas de fe.
Las veces que tenemos que recurrir a Chesterton: «cuando alguien deja de creer en Dios, no es que no crea en nada, es que puede creer en cualquier cosa”. Si pones a la zorra (ahora está de moda y representará a España) a cuidar las gallinas, ya sabemos el desenlace. Dejar de creer en Dios tiene muchas variantes: todos estos relativistas que tienen que recurrir a la duda permanente en todo; en los evangelios, en la tradición (puafff), en el sentido común, en la fe. Pero no tienen empacho en creer en papemas como el cambio climático adjudicado al 100% a la acción del hombre. Y el «hagan lío» y el «siga hacia delante y no afloje» a nuestra Yoli, analfabeta egresada por la «Sobona» de París. Como no creen en nada, pueden creer en cualquier cosa: en el comunismo, sin ir más lejos que es uno de los ismos totalitarios criminales del siglo XX pero algunos en las altas esferas vaticanas creen que lo alienta el Espíritu. Porque ellos son «modernos» y quieren dar un giro a la Iglesia que se estaba quedando muy anticuada y obsoleta. Con estos representantes, Satánas se aburre en las colas del paro.