No es normal que cada vez que algún obispo manifieste que lo gay es contrario a la doctrina de la Iglesia católica, no la tendencia sino su ejercicio, haya quien le lleve a los tribunales. En contra de un elemental derecho democrático como lo es el de la libertad de expresión. Puedo entender que insultos o desacreditaciones personales puedan tener consecuencias pero manifestar que la moral católica reprueba esas conductas, no esos sentimientos, que es evidente que existen en algunos casos, unos por naturaleza y otros adquiridos, sin que entre, porque no me da la gana, en esa adquisición, y que los considere contrarios a la supervivencia de la especie, cosa que por otra parte es evidente, me parece que no puede ser objeto de ninguna reclamación. Aunque alguno pueda discrepar de ello.
Ya sólo faltaba que los que no van a misa, los adúlteros, los ladrones, los ateos, los homosexuales, los que no creen en la Iglesia, los asesinos, los violadores, los bígamos o pluribígamos, los ateos, protestantes, mahometanos, budistas y los que se quieran puedan llevar a la Iglesia a los tribunales porque su doctrina les contradice. Allá cada uno con las que quieran y practiquen pero parece que quienes sostienen la doctrina católica tienen también sus derechos, sea cierta o equivocada, y que habrá que respetarlos. Se compartan o no.
Estamos asistiendo a una serie de denuncias a obispos por enseñar la doctrina católica, que es su obligación, y que todas ellas quedan afortunadamente en agua de borrajas en España. Pero con molestias. Que deberían pagar los inculpadores y no con una simple desestimación de la causa. Sin consecuencia alguna para el desestimado.
La Iglesia ha conocido muchas persecuciones. Con abundante derramamiento de sangre. Y si llegaran nuevas, las asumirá, con mártires y desertores, como lo hizo siempre. Pero sin renunciar a su fe. Pero lo de los tocanarices de hoy, que son siempre desestimados, al menos de momento, debería tener alguna sanción legislativa. Incluso para el mejor desempeño judicial que no puede estar entretenido con acusaciones sin sentido y hasta antidemocráticas.
A mí me podría repugnar, evidentemente no es el caso, la bandera de los Estados Unidos de América, que me parece una gran nación. Podría denunciar ante los tribunales que ondeara en su embajada de Madrid. Pero lo que no sería normal es que esa absurda denuncia se sustanciara con una simple desestimación de mi demanda. Algo debería pagar por imbécil. Tampoco digo que tengan que ser diez años de cárcel.
Las denuncias a los obispos por sostener la doctrina de la Iglesia, que es su obligación, aunque entre ellos haya algún Taltavull, no deberían quedar en una simple desestimación sino en algo más. Tal vez con eso aprenderían algunos.
Pues sí Orko americano, los «buenos» no denuncian, no quieren líos y hay que ser caritativos. Y así nos va.
Hr de reconocer que Domini canis lleva razón estamos ya en la fase 4, la 3 quedó superada hace unos años.
Muchas gracias por el apunte.
No dé ideas, señor Juan Manuel Ramilo Costas, no dé ideas…
A la mayoría de los homosexuales, puede molestarles que la moral católica condena las prácticas homosexuales, pero no son tan estúpidos que consideren que la Iglesia o cualquier institución exprese su opinión. Eso es cosa de una minoría que controla diminutas organizaciones con capacidad de armar mucho ruido.
Sin embargo no les reprocho que intenten semejantes cosas, pero si a los jueces existiendo un artículo 19 de la «Declaración de los Derechos Humanos» y unos artículos del C. Penal sobre los ataques a la libertad de conciencia. lo lógico es que los jueces, ante estas denuncias estúpidas y contra derechos fundamentales, impongan automáticamente una sanción, al menos una fuerte sanción económica. por cierto a unos grupos que, confundiendo «le culo con las témporas», creen que los insultos que profieren constantemente, son libertad de expresión en lugar de delitos.
El maestro Vázquez de Mella explicaba el proceso de desarrollo social de todos los males:
Primero, pide ser tolerado. En una segunda etapa, pide ser equiparado con el bien en el Derecho humano. En el tercer paso, reclama ciertos privilegios. Y en el cuarto y último, pide la proscripción del bien mediante ciertas medidas penales.
En eso estamos.
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En este proceso, no hay que olvidar la escuadra y el compás, de una inmunda secta diabólica con títulos tan pomposos como ridículos (cosa que hacía muchísima gracia al duque de Wharton -+1731, enterrado en Poblet, que fue masón pero se convirtió al catolicismo para casarse con una irlandesa-:
soberano caballero Kadosh guardián serenísimo del calzón palominado de Martín Lutero y del braguero de Descartes; custodio lealísimo del salón de los carajales perdidos; centinela de la llave del retrete de Voltaire; mequetrefe mayor de los misterios pedorréticos de Eleusis y del Pequeño Oriente de Occidente, etc
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Lo de que unos son por naturaleza, está por demostrar. Por lo que he leído, todos son por cierta educación, por ciertas experiencias (como O. Wilde), por ciertos influjos, etc.
Leyendo los comentarios hasta el momento, no puedo estar más de acuerdo con vanlop.
Pero si, tras cada denuncia «rechazada», aparecieran 5 denuncias por «acusación falsa» «calumnias» «protección al honor» que, sin duda, serán también rechazadas (la ley es así), pues a lo mejor otros se lo piensan. Tener que ir al juzgado a defenderse de esa media docena de denuncias ya supone una molestia (así que la primera no salió gratis). El efecto propagandístico que supuso presentar la denuncia se cae si hoy la noticia fuera que el demandante se enfrenta a media docena de denuncias una vez que se ha demostrado que la suya era insensata. Porque no olvidemos que la noticia del rechazo de la que presentaron no ocupará el mismo espacio en los medios ni en la opinión que cuando se presentó.
Si se viera que estas denuncias insensatas y que son rechazadas no sirven , pues a lo mejor aunque como dice Zas, estamos en la fase 3, es más difícil que se atreva.
Y quien piensa que no hacer nada después de estas denuncias es una forma de ser caritativo/comprensivo/generoso/… creo que se equivoca. Esto sólo anima a otros a perseverar en la misma estrategia a la vez que introduce un elemento de desconfianza dentro de la propia Iglesia pues seguro que poco a poco va calando entre muchos cristianos que «estos obispos» son unos radicales y no comprenden a la sociedad actual.
Si usted, querido bloger, presentara una denuncia absurda en el juzgado, el juez le sancionaría, pero a ellos no, ellos son los mimados y estas denuncias les vienen bien a determinados sectores, especialmente a los de la ingeniería social.
Porque se trata de crear tensión, que el personal este cabreado permanentemente y así ellos poder hacer lo que quieran. Porque cuando se denuncia a un obispo, se irrita a los católicos y se dan alas a los enemigos.
Está claro por qué denuncian: porque saben que, antes o después, encontrarán a un juez corrupto (¿en la Ex-paña del Zapaterato en la que estamos inmersos desde el 2004, 200 muertos mediante, no va camino de ser esto una redundancia?) que les apoyará.
En Córdoba, y en relación a otro capítulo de la persecución de bajo perfil que sufrimos los católicos, varias veces se han archivado las diligencias para intentar robarnos la Mezquita-Catedral a los cordobeses, pero siguen gastándose fondos públicos en oficinas municipales para que estudien el caso y sigan dándole vueltas a lo mismo, en una claro ejemplo de malversación de fondos públicos.
¿Y qué hace el PP? Redactar y votar una ley en Madrid que da cobertura legal a lo que el lobby sodomita dice.
Estamos ya en la tercera fase de la estrategia del lobby gay,
1) Dar pena. Pobrecitos los gays.
2) Igualdad:Convencer de que ser gay es tan bueno como ser normal.
3) Superioridad. Ser gay es mejor que ser normal.
Por qué se ataca a determinados católicos? Porque son los únicos que defienden que la práctica gay es mala, muy mala, es pecado nefando, es contra natura y atenta directamente contra el mismo Dios.
Y estos totalitarios de pacotilla, ¿por qué no le echan narices y piden directamente que se prohíba la edición, venta y distribución de la Biblia, que los condena (y no sólo a ellos) con palabras de extrema dureza?