Una parroquia de Madrid ejemplar

Gracias a Dios son numerosas las parroquias de Madrid que son excelentes. Vivas, crecientes, católicas… Ello se debe muchísimo al párroco y también a vicarios y adscritos. Las hay en la que el peso de la misma lo llevan cinco personas más algún colaborador, la mía por ejemplo, otras son dos los que la llevan y habrá unas cuantas sobre todo en pueblos serranos en las que el párroco tenga que cargar con todo. Y sin olvidar en no pocas el servicio de sacerdotes ya jubilados que echan mano en lo que pueden.

Luego están los fieles. Muy distintos de unas parroquias a otras. Las hay que tienen muchos muy favorables y otras que bastantes menos. De ahí que algunas sean muy fáciles y otras bastante complicadas. También en eso importantísima la labor del párroco. Que debe atraer y no ahuyentar. Porque los hay que ahuyentan. Todos conocemos a personas que han dejado su parroquia. En algún caso, escasos, por choque personal con el párroco. En la mayoría por disgustarles la  línea parroquial. Y en ello el párroco es también pieza clave. Ese alejamiento responde sobre todo a dos motivos. El del párroco vago, antipático, puede darse una de las características e incluso ambas, pesetero, caben las tres incluso en el mismo semoviente, que termina echando a sus fieles. Unos, los mejores, terminan yéndose a otra parroquia donde se sienten a su gusto, otros simplemente se van. De la Iglesia. El otro motivo es el de la línea ideológica del párroco. Que en casos hace rechinar a no pocos fieles suscitando las movilidades mencionadas. Tal vez haya algún caso de párroco muy rígido, y además antipático, que termine echando a sus feligreses. Se da mucho más el del progresista que también termina echándoles. Posiblemente tras unos días efímeros de vino y rosas. los seglares españoles somos muy peculiares. De escasa formación y dispuestos a tragar mucho. Algunos, muy pocos, se dan cuenta del individuo enseguida y marchan a otras parroquias. La generalidad aguanta más. Pero si no se insiste en la oración, los sacramentos, Penitencia incluida, la adoración… allí no queda nada y para perder el tiempo mejor cada uno en su casa. Que para entretenerse un rato basta con la televisión. Puede quedar un grupito, muy concientizado, de fieles a ese cura y a sus ideas pero esa parroquia agoniza.

Queda por último el obispo que es pieza clave en la Iglesia y que él verá lo que anima y a quienes. Pero que puede encontrarse con la criada respondona. Y esa criada, en los fieles, es muy especial porque no vive del sueldo del obispo. Como las criadas de toda la vida. En Madrid Don Antonio María consiguió numerosas parroquias estupendas. Estoy seguro de que Don Carlos tiene decidido propósito de incrementarlas. Porque esa es la vida de la religión en Madrid. Otra cosa sería un suicidio y ya tenemos no pocos en el catolicismo español. Luego están los vicarios episcopales que en teoría deben estar para ayudar y no para… Iba a poner una palabra que empieza con jota pero tampoco quiero tener recriminaciones de mi mujer. Con Rouco teníamos algún ejemplar penoso y con Osoro también. Son figuras ad tempore, algunas penosas, pero que se suelen creer generales con mando en plaza y en no pocas veces para lo peor. Los tuvimos, los tenemos. Más de uno me parece un cretino integral. Y hasta es posible que algún día haga relación de sus cretinismos. Pueden tener acongojados, de nuevo mi precaución ante los posibles, seguros, reproches de mi mujer, pero a mí me la refanflinfan. aunque de momento me contenga. Como de momento me contengo, por respeto, que se lo tengo y mucho, a mi señor arzobispo, por otra designación episcopal que puede estallarle en cualquier momento. Porque es ya rumor muy extendido.

Otra vez me he perdido en el prólogo porque de lo que quería hablar es de una parroquia madrileña que me parece de las mejores. Tiene exposición permanente del Santísimo, con todas las dificultades que eso supone, pero también acreedora de todas las gracias que ello implica. Párroco sin duda osado en muchas cosas y también en esa. Ahora ha llevado a su parroquia a la Virgen de Fátima que también me parece otra osadía. Pues también le ha salido al parecer muy bien. Cristo Sacramentado y la Santísima Virgen suelen dar buenos resultados. Dios quiera que otros párrocos le imiten. En Él y en ella están nuestra fe y nuestra esperanza. Todo lo demás es agua de borrajas. Y Ellos alimentan nuestra caridad. Porque sin ellos no existirían. Y ahí está su economato parroquial para los más pobres. Si es que no falla. Unos hablan mucho y no hacen nada y otros hacen mucho desde el silencio.

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