Me parecen maravillosas estas noticias de amor a Jesús Sacramentado. Que gracias a Él van creciendo. La nueva en Badalona y parece que es la segunda de estas características en la archidiócesis barcelonesa. No es cosa fácil su instauración. No caben para ello fervorines momentáneos y sin cabeza. Hay que asegurar que el Santísimo Sacramento no esté sólo nunca y el día tiene 24 horas y el año 365 días. Por lo que sé no son las horas picudas de la noche las más difíciles de cubrir. Esas se van llenando. Conozco el caso de un adorador que asegura semanalmente un día de dos a seis de la noche. Creo que las más complicadas son las de sábados y domingos de una a cuatro del mediodía. Y el mes de agosto. Animo a todos mis lectores a que si tienen alguna de esas capillas más o menos cerca acudan por lo menos de vez en cuando a adorar al Señor Sacramentado. Y si se apuntaran a cubrir alguna hora de las veinticuatro del día y todas las semanas estoy seguro de que nunca me agradecerán bastante mi recomendación. Porque Él paga el ciento por uno. Hay que oír a esas almas delicadas que ofrecen a Dios horas intempestivas. No pocas sienten que hasta el Señor les habla en ese inmenso silencio en el que Dios se hace oír. Dios y él o ella. Muchas veces nadie más. Y es que sobran todos estando Él. Me han contado dos anécdotas que no me resisto a contároslas. Las tres de la madrugada. Una mujer que había cubierto esa hora y que al rato volvió su cabeza para ver si estaba sola y al comprobarlo se puso a cantar, ella canta muy bien, en voz bajita el Cantemos al Amor de los amores. «Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor». Y rompió a llorar de un modo exagerado, incomprensible. Soy la única adoradora de nuestro Redentor. Pero no eran lágrimas de soledad o de tristeza. Eran lágrimas inconsolables de amor. Me sentía feliz y lloraba. De tanta felicidad por estar acompañándole. Jamás se volvió a repetir eso. Que pienso le hubiera gustado. Pero el Señor es así. Da cuando menos se espera y a veces se espera lo que no da. La otra es de un sacerdote. Había una hora intempestiva libre y naturalmente le tocaba a él. El día había sido duro y largo y cuando sonó el despertador apenas había dormido un par de horas. Y ante el Santísimo, él solo, se quedó dormido profundamente. Y soñó. Como el sueño en Getsemaní pero con una variante. El Señor le decía, duerme tranquilo que tú estas conmigo y yo contigo. Y afirma que jamás tuvo un sueño más maravilloso. Cuando se despertó, él cuenta que Él tuvo la delicadeza de que fuera antes de que llegara el siguiente adorador, esas dos horas previas de sueño más la media hora escasa que tendría en la capilla fueron tan reparadoras que en la noche siguiente le costó dormirse. Se quedó una hora más de adoración, ya con un compañero, y dice que fue la más fervorosa de su vida. No vayáis a adorar a Cristo Sacramentado esperando milagros. No se producen nunca o casi nunca. Estos dos casos que os he referido no tienen la menor consideración de tales. Simples gracias de Dios. Que da muchísimas. No pocos adoradores del Santísimo os podrían hablar de ellas. Aunque sólo las perciba el alma. Pues la nueva iglesia de adoración permanente, en días de adoración de ídolos, será un faro que atraiga la misericordia divina no sólo a quienes acudan a adorar al Rey de Reyes, sino a muchos más. Maravillosa noticia que Él quiera que se multiplique. http://jovenesdesanjose.org/noticias/adoracion-perpetua-en-san-sebastian-de-pomar/
Una nueva capilla de adoración permanente al Santísimo
| 23 abril, 2015
Buena idea. La aplaudo. Ojalá en mi ciudad hubiera una iniciativa como esta.
En mi familia lo de dormir en el turno de adoración es de lo más frecuente, y muy saludable. Como he oído decir: qué mejor que dormirse a «la luz de Su mirada».
Y alguno, que es un poco socarrón y tiene turno de noche, si por despiste al oirle decir: «Adiós me marcho», le preguntas con sorpresa a dónde va, responde: «Me largo a Bethania»(como lo llama el Obispo).
Tener un turno fijo de Adoración a la semana, es el mejor negocio del mundo. Ganas siempre.
Magnifica noticia, las horas de la noche son maravillosas , sobre todo por la ausencia de los ruidos malsanos que conturban durante el dia en casi todas las iglesias y al que no se pone remedio.
Es muy valiente el Padre Felipe Simón, de esa parroquia de San Sebastian de Badalona. En pocos años, en Barcelona, a las magníficas iniciativas de la Adoración en el Tibidabo y de la Adoración Nocturna Femenina de la iglesia del Santisimo Sacramento se han ido sumando parroquias con sacerdotes atrevidos que han promovido la adoración del Santisimo durante muchas horas: Santa Teresa del Niño Jesús, Sant Jordi de Vallcarca, la Milagrosa, Virgen de Lourdes de Badalona…Son como faros a los que dirigirse en una diócesis en derribo
Para quien no lo sabe, el párroco que ha promovido esto en Badalona viene de una comunidad neocatecumenal de la parroquia Sagrado Corazón de Sabadell… allí nació su vocación sacerdotal y se ordenó sacerdote de la archidiócesis barcelonesa.
Adoretur: Amén.
Por aquí nos salvamos, fuera de aquí, la nada, el abismo.