Una leve discrepancia con la página que me aloja.

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Tan leve que seguramente ni hay motivo para la misma. Porque Infovaticana no afirma nada. Simplemente se interroga sobre si será masón por

haber aparecido en la conocida lista de Pecorelli.

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http://infovaticana.com/2016/11/29/eclesiastico-mason-amenaza-los-cuatro-cardenales/de la Rota (Rotario)

La pertenencia a la masonería es muy difícil de probar. Hay muchos que actúan como si fueran masones sin serlo. Este Vito (Corleone), de la Rota (Rotario), la verdad que se lo pone a los comentaristas, hablando mal y rápido, a huevo, con perdón. Peo lo sea o no, yo no creo que Pecorelli sea artículo de fe, sí es un imbécil mayúsculo con balcones a la calle, baldaquino y cornucopia. Lo que dice es impresentable, indigerible y de una idiotez suma. Y hay que decírselo. Él, ante los cuatro cardenales, es basura intelectual y eclesial. Creo además que conviene que se lo digamos. No se vaya a creer alguien.  Un trucho más y esperemos que no añada el ser un ricca.

Los dubbia de los cuatro son los de muchos católicos. La respuesta de este individuo una abyecta muestra de pelotillerismo eclesial.

¿Tiene además mirada torva? Pues juzguen ustedes procurando enterarse del significado de esa mirada. Que no tiene nada que ver con su madre.

 

 

Comentarios
22 comentarios en “Una leve discrepancia con la página que me aloja.
  1. Joaquín: Los Papas contemporáneos del Cardenal Siri -que nombras- fueron acérrimos defensores de la Doctrina Catolica, aunque en los temas de procedimiento, no se pudiese siempre estar de acuerdo. Pero la Alegría del Amor es simplemente la manifestación de la herejía, revestida de Magisterio.
    Personalmente me alegraría que Bergoglio intentase «degradar» a los cuatro Cardenales, pues sería el comienzo de la clarificación y de los posicionamientos y probablemente se le agradecerían los servicios al actual Papa.
    La historia es sabia y prolífica. El concilio IV de Constantinopla condenó al Papa Honorio, quien para conservar -aunque cubierto de desprestigio- el Pontificado, tuvo que someterse al Concilio y abjurar de sus errores.

  2. Hay que redescubrir la Veritatis Splendor, una joya de encíclica, que los amigos de la confusión, de la falsa misericordia y de la comunión en pecado quieren arrinconar para hacer prevalecer una conciencia deforme por el pecado y los malos hábitos arraigados. Leer lo que ha dicho el cardenal Pell en Londres me reconforta y no descalifica a quien se atreve a preguntar con el fin de aclarar. Hacen falta muchos Pells en esta Iglesia de hoy para salir de una crisis descomunal.

  3. ”Suscribo lo dicho por Joaquín de cabo a rabo: “Yo lo tengo clarísimo: siempre cum Petro et sub Petro.”
    Gracias, Joaquín, a quien no conozco, por ser tan clarito”; que hilarante!

  4. Claro que si Echenique, con San Juan Pablo II no tuvimos que soportar a ningún hereje protegido por las altas esferas eclesiales… Es que me desc*****.

  5. el lacayo bergogliano joaquin me recuerda precisamente a los lacayos estalinistas que buscaban callar todo cuestionamiento y critica al infalible gran líder. y por cierto, si bergoglio les quita el capelo cardenalicio a los 4 cardenales en cuestión, ademas de ser contraproducente, de facto seria una declaración de guerra de bergoglio mismo contra sus críticos, pero antes de dar ese paso, bergoglio debería recordar que una guerra se sabe como empieza pero no como termina.

  6. El propio Decano de la Rota reconoce que muy pocos católicos solicitan la declaración de nulidad de su matrimonio; entonces, ¿qué sentido tiene la reforma de los procesos que ha hecho el Papa Francisco? ¿Para qué facilitar estas declaraciones si los fieles no tienen interés en conseguirlas? Se supone que una reforma de este calado debe de estar justificada en motivos pastorales, atendiendo en primer lugar al interés de los fieles.

  7. Este señor parece salido de una de esas pesadillas de película de terror.Leí sus declaraciones y me parece no sólo un majadero, sino otro peón satánico.Roma está infestada: necesita un exorcismo magno.Lo menos hay cuarenta cardenales que son demoníacos «strictu sensu» y que prosiguen su callada labor de zapa de día en día.Que se pongan a bien con Dios, porque su hora les llegará pronto.Ya hubo dos avisos contundentes y habrá más y no son casualidades: vienen directamente de lo más alto.Unos cuantos montones de excrementos no van a destruir la Iglesia: el que vela por ella los va a liquidar más pronto que tarde.

  8. Estimado blogger: en mi modesta opinión cuando uno lucha por la verdad , hay que hacerlo sin acepción de personas. Por menos que lo de este personaje, le monta vd. unos pollos cantores al obispo de Jaen por no hacer nada o dejar que en su diócesis se presenten libros, a otros obispos por permitir conferencias o conferenciantes. Pero de la «su diócesis» no dice nada. ¿Quién le ha traído e invitado a San Damaso y con qué fin? ¿No será para que a un nivel docente s,e instruya en lo que se quiere?.
    En cuanto a Joaquín, reclacitrante dónde los haya, no sé si le mueven buenas o espúreas intenciones, pero defender como gato panza arriba el papado actual, no «per se» en lo que todos estamos de acuerdo, sino en lo que no es conforme a la sana doctrina, me parece sospechoso. Y no es la primera vez en la historia en que Cardenales e incluso universidades (Paris, por ejemplo) pide explicaciones a un papa ante una determinada doctrina. A esto hay que añadir que ningún otro papa actual, ha dicho o hecho cosas contra la doctrina perenne de la Iglesia y menos ha usado, de forma repetida, ambigüedades, guiños a los enemigos de la Iglesia ( que no es lo mismo que acercamiento en caridad pastoral), desprecio a prácticas piadosas o fieles, y otro largo etc.. De estos hechos, que a muchos buenos creyentes causan escándalo, («¡Ay del que escandalice a unos de estos pequeños que creen en Mí» y el Señor no añadió nada de que se escandalizan por estar mal formados, porque no saben interpretar, ni motivos semejantes), por ahora no conozco que se haya dignado pedir disculpas formales ni informales. Me parece que no lleva vd. razón, pero me gustaría equivocarme; pida vd. por mí y por todos los que no compartimos sus opiniones para que Dios se digne iluminarnos en la verdad y, especialmente, a los Cardenales que son, para mi y para muchos, valientes , veraces y coherentes.

  9. ¡ Qué pena comprobar cómo está la Iglesia Católica ! En casi 4 años de pontificado de la gran ambigüedad, confusión y división, parece más una secta protestante, homologada a los intereses mundanos, que le han confiado la tarea asistencial exclusivamente. Dios mío no permitas más la autodestrucción de tu Iglesia Santa, Una Católica, Apostólica y Romana. Que no pase de faro del mundo a vagón de cola de la postmodernidad.

  10. La Historia se repite porque la cuestión reside en la interconfesionalidad-interreligiosidad que una mayoría del episcopado votó en un concilio pastoral, que ha sido elevado con posterioridad a dogmático de la ruptura según el hoy cardenal Tagle et allii, por convicción o tapándose las narices. Esta es una buena ocasión para dar un repaso a la secuencia de hechos que dieron lugar al «caso Lefebvre» que someramente aparece en Wikipedia tras hacer constar que el padre de Monseñor murió prisionero en un campo de concentración alemán por pasar información a la Gran Bretaña, aunque nadie lo haya destacado en homenaje democrático:
    Pío XII nombró a mons Lefebvre obispo de Dakar, cargo que ejerció entre 1948 y 1962. El mismo Pio XII lo elevó posteriormente al rango de arzobispo y lo designó legado apostólico para toda el África francófona. A la muerte de Pío XII cesó como legado apostólico conservando el arzobispado de Dakar. Con motivo de la promoción del clero nativo que impulsó Pío XII, Lefebvre dejó la cátedra de Dakar a su discípulo Hyacinthe Thiandoum. Las presiones de los obispos y cardenales franceses obligaron al papa Juan XXIII a dar a Lefebvre una pequeña diócesis, la diócesis de Tulle, en lugar de un arzobispado aunque reconociéndole su dignidad de arzobispo. Las otras condiciones fueron que no podía pertenecer a la asamblea de los cardenales y arzobispos franceses (germen de la futura Conferencia de obispos de Francia) y que estas condiciones no creasen un precedente o una costumbre para los futuros obispos de Francia. (Donde se manifiesta la «caridad» misericordiosa de los obispos franceses de su tiempo en la que persisten sin que les dé vergüenza y su catolicismo mejorable. Acotación del copista)
    En calidad de Superior General de los Padres Espiritanos, fue llamado por Juan XXIII para formar parte de la Comisión Central Preparatoria del Concilio Vaticano II.
    Durante el Concilio, fundó junto a Dom Antonio de Castro-Mayer, obispo de Campos (Brasil), Geraldo Proença Sigaud, obispo de Diamantina (Brasil) y Carli, obispo de Segni (Italia) el Cœtus Internationalis Patrum, al que adhirieron 250 obispos, con el objeto de defender en el aula conciliar la doctrina y disciplina tradicional de la Iglesia. Esto le valió la oposición y enemistad con los obispos franceses y germanos. (Ya entonces. Los demócratas se oponían a que se les presentara una oposición efectiva , nada de pluralismo que ahora defienden por conveniencia hegemónica y a veces despótica).
    La Fraternidad Sacerdotal San Pío X
    Artículo principal: Fraternidad Sacerdotal San Pío X
    Después de renunciar a su cargo de Superior General de su congregación en 1968 y a iniciativa de un grupo de seminaristas descontentos con la orientación que habían tomado los seminarios a los que concurrían, en particular el Seminario Francés de Roma a cargo de los Padres Espiritanos, fundó en 1971 en Friburgo (Suiza), con la autorización del obispo del lugar, François Charrière, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. La casa de formación que primero funcionó en la Rue de la Vignettaz fue posteriormente trasladada a Écône (cantón del Vales, Suiza), donde la congregación tiene su principal instituto de formación sacerdotal.
    Debido a la creciente concurrencia de jóvenes deseosos de recibir una formación tradicional en el sacerdocio, rápidamente se granjeó la enemistad del episcopado francés, que llamaba al Seminario de Écône «seminario salvaje». Vencido el término de 5 años, durante el cual la existencia de la congregación es puesta a prueba de acuerdo con las normas canónicas, el sucesor de Charrière en la sede de Friburgo, Pierre Mamie, tras recibir una solicitud de Roma, no renovó el permiso para que la misma subsistiera, acto que posteriormente fue refrendado por una comisión de 3 cardenales nombrada por Pablo VI.
    En ese estado, Lefebvre interpuso un recurso suspensivo ante el Tribunal de la Signatura Apostólica, pero su presidente, el cardenal Dino Staffa, se negó a darle trámite respondiendo -según parece- a un pedido del Cardenal Jean-Marie Villot, entonces Secretario de Estado de Pablo VI. (Villot, francés desenvuelto y altanero, del que se dijo pertenecer a las logias, pero no era necesario porque su mentalidad era masonista a fondo)
    Dado que el recurso suspensivo de supresión estaba pendiente, Lefebvre consideró que, a falta de pronunciamiento sobre un recurso suspensivo, la medida de suprimir su congregación quedaba pendiente de resolución, y por lo tanto, su congregación continuaría existiendo hasta tanto la Santa Sede no se expidiese sobre el fondo del asunto.
    Con ese razonamiento, no secundó el pedido que se le hiciera de cerrar el seminario y dispersar a los seminaristas, a los cuales prosiguió formando hasta las puertas del sacerdocio.
    En 1976 recibió una monición canónica para que no procediera a la ordenación de la primera tanda de jóvenes formados en Écône, la cual desoída, hizo recaer sobre él la suspensión a divinis el 22 de julio de 1976. El 29 de agosto de 1976, Lefebvre celebró la Misa de Lille donde declaró:
    «no se puede dialogar con los masones o con los comunistas, no se dialoga con el diablo!» (En España los 5.000 sacerdotes católicos fieles de la Hermandad Sacerdotal y dos o tres obispos en sintonía, se dejaron aniquilar por maniobras del mismo estilo que mons Lefebvre sopesó y desestimó.)

    Marcel Lefebvre en Córdoba, Argentina, hacia 1980 junto con Jean Michel Faure, en aquel tiempo director del seminario de La Reja.
    Consolidándose la situación en el tiempo, y por interposición de otros factores, tal el caso de la reunión ecuménica de Asís de 1986, Lefebvre, ya octogenario, avizora que se le acaba el tiempo para nombrar un sucesor en el episcopado que garantice la prosecución de su obra de sostén de la Tradición. Tras una serie de reuniones con autoridades romanas, durante cuyo transcurso se le aseguró que el Papa Juan Pablo II no se oponía, en principio, a darle un sucesor, se bosquejó un proyecto de acuerdo. Pero tan pronto como estampó su firma en el documento, el entonces cardenal Ratzinger le envió un subalterno para solicitar de él una carta pidiendo perdón al Papa por lo que había hecho.
    Tras su negativa a hacerlo, en el entendimiento que no se ha de pedir perdón por «hacer lo que debe hacerse», se desdice del acuerdo y poco después, remitiéndose a aquella seguridad que se le había dado de que el Papa no se oponía a darle un sucesor, decide consagrar 4 obispos escogidos de entre miembros de su congregación: los padres Alfonso de Galarreta (hispano-argentino), Bernard Fellay (suizo), Richard Williamson (inglés, converso del anglicanismo) y Bernard Tissier de Mallerais (francés).
    Los puntos centrales de la controversia entre Lefebvre y la Santa Sede son esencialmente cuatro: La protestantización del nuevo ritual de la Misa, el ecumenismo, la libertad religiosa y la colegialidad.
    Lefebvre fue excomulgado pública y formalmente por el papa Juan Pablo II, el cual en su carta Apostólica «Ecclesia Dei», escrita el 2 de julio de 1988 en forma de motu proprio, decía: «Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica» (Código de Derecho Canónico, can. 1.382).
    La posición oficial de la Iglesia católica en lo referente a la situación canónica de la Fraternidad San Pío X, recogida en las declaraciones del cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero y presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, en entrevista a la revista 30 Giorni,10 es que «no se trata de un cisma formal». De igual manera, en entrevista concedida al canal 5 de Italia el 13 de noviembre de 2005 indicaba:
    No se puede decir en términos correctos, exactos y precisos, que existe un cisma. Hay una actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio. Ellos están dentro de la Iglesia. Existe únicamente el hecho de que una total, más perfecta comunión está faltando —como quedó afirmado durante la reunión con el Obispo Fellay— una comunión más plena, porque la comunión existe.11
    El hecho de que no exista cisma formal no significa que las excomuniones no sean válidas, sino que no existe la intención de separarse de Roma, intención que es necesaria para que se declare un verdadero cisma. La posición de la Fraternidad San Pío X ha sido siempre de obediencia y sujeción al Romano Pontífice en todo lo que es magisterio infalible, aunque resisten las orientaciones pastorales que se han realizado después del Concilio Vaticano II, cosa que por sí misma no constituye negación de ningún dogma de fe. El problema entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X es, por tanto, de materia disciplinar, no dogmática. Con todo, las excomuniones a los cuatro obispos ordenados por Lefebvre sigueron en pie hasta el 24 de enero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI levantó la excomunión a los cuatro obispos. Benedicto XVI, según un comunicado de la Santa Sede, decidió levantar la excomunión a los cuatro obispos tradicionalistas «tras un proceso de diálogo» y después de que el pasado 15 de diciembre el obispo Bernard Fellay SPX, en su calidad de Superior General de la congregación, enviase una carta a la Santa Sede, en nombre propio y de los otros tres prelados, en la que le expresaba el deseo de permanecer fieles a la Iglesia romana y al Papa.
    Marcel Lefebvre falleció el 25 de marzo de 1991, durante la Semana Santa. Sus restos se hallan inhumados en el Seminario de Écône, bajo la leyenda que él mismo deseaba fuese escrita sobre su tumba: Tradidi quod et accepi («he transmitido lo que recibí»).
    El propio Francisco los ha calificado de CATÓLICOS y desde el Año de las Misericordias a los sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X les dio autorización para oficiar en el Sacramento de la Penitencia. ¡Solo en el Sacramento de la Penitencia! lo que representa una situación discriminatoria y a todas luces estrambótica.
    Estamos en las mismas mañas y manejos que desde el inicio del Vaticano II empeñados en descatolizar. Ahora se trata de incorporar canónicamente a la Hermandad de mons. Lefebvre el San Atanasio contemporáneo. Y así quedan atados de pies y manos a la interconfesionalidad-interreligiosidad. Los obispos disconformes con las que ahora llaman reforma francisquita no tendrían a donde ir ni dónde acogerse. Nadie significativo se movería, ni siquiera los cuatro cardenales que los Pinto repinto sugiere, descardenalables salvo la misericordia implacable de Francisco en cuyo pontificado siguen en el tormento de la Cama de Procusto ¡ya 1238! días! los Franciscanos de la Inmaculada, el cura Vallejo en la Prisión del Vaticano esperando a que se derrumbe o firme su juramento de silencio masonista, el arzobispo argentino Mollogahn desaparecido en combate por excesivamente católico y mons Livieres en la sepultura por la misma causa. Todo suena a chantaje de sometimiento o muerte religiosa. Psicología clerical de paranoia.
    Es lo que hay. Van de impertérritos siniestros.

  11. CUM PETRO ET SUB PETRO. Vamos a ver, Joaquín, el primero que no está cum petro et sub petro es el mismísimo Bergoglio, que, si está con la Iglesia, la Sagrada Escritura y la Tradición, es pura casualidad. Bergoglio está cum Bergoglius y nadie más y quiere desdibujar todo el catolicismo para confluir con los protestantes más radicales, los de las obispas lésbicas. Pues que se vaya con ellos si no quiere someterse a la Escritura, el Magisterio y la Tradición. Sub Petro. La definición de pontífice es siervo de los siervos de Dios, pero a mí no me sirve, sino que me insulta, ni me ayuda a servir a Dios. Me aparta de Dios. Por eso recibe tantos aplausos de los enemigos de la Iglesia, que se frotan las manos.

  12. Lo que sí me han aclarado las declaraciones del Msr.Pinto es que de lo del discernimiento según los casos y en el fuero interno, nada de nada. En la práctica es irreal y por lo tanto no podia resultar sino el acceso indiscriminado a los sacramentos. Pero Msr Pinto declara que esto es lo que verdaderamente se pretendía: introducir el divorcio en la Iglesia,-como casi nadie pide la nulidad, no se puede dicir a unos si y a otros no- y no uno cualquiera , sino superando el divorcio exprés del admirado Zapatero, se propone el divorcio automático o desparición del matrimonio. No lo digo yo, lo dijo el papa,casi todos son nulos, invitándonos amablemente a un motivado adulterio,puesto que si lo más probable es que sea nulo ¿que obligación de fidelidad hay? ¿La gracia de los sacramentos no va vinculada al signo? ¿Es compatible esto cona fe catolica? Y suma y sigue

  13. UNA
    No pueden dar aclaraciones porque,el error y la mentira,son TURBIOS per se….
    En ese sentido,esos CUATRO MAGNIFICOS,son ingenuos hasta decir basta .
    Pero…todo está en la Escritura:Los hijos de las tinieblD son más sagaces que los de la Luz.
    Y ello,debido a que éstos olvidan frecuentemente la segunda parte de otro Consejo del Señor:Ser astutos como serpientes.
    No andamos para medias tintas:El color rojo que visten,no sólo debe recordarles que han de dar la vida por la Verdad,sino que también tiene que tenerles dispuestos a que les arranquen la Purpura por Ella…

  14. Suscribo lo dicho por Joaquín de cabo a rabo: «Yo lo tengo clarísimo: siempre cum Petro et sub Petro.»
    Gracias, Joaquín, a quien no conozco, por ser tan clarito.

  15. Estimado Joaquín. Ninguno de los Papas que citas ha sido deliberadamente ambigüo como este. La ambigüedad, y más en materia tan grave, es peor que la herejía y deslegitima a Francisco para el ejercicio del ministerio petrino, que fué instituido al servicio de la Verdad, no de la ambigüedad. Ha perdido la legitimidad de ejercicio, aunque pueda tener la de origen, cosa que empiezo a dudar. Debe renunciar, en mi opinión.

  16. Miente como un cosaco. Y sabe que miente. Invoca los dos Sínodos como si se hubieran pronunciado a favor, pero el hecho cierto es que, el primer Sínodo, no aprobó la comunión de los divorciados resposados, a pesar de lo cual, Bergoglio quiso que se introdujera en el orden de día del segundo. En el segundo la manipulación bergogliana era tan descarada que provocó la carta de queja de 13 cardenales. Pues bien, en el segundo tampoco se aprobó. Así que ni Bergoglio ni este correveidile pueden citar los dos Sínodos a su favor, sino más bien en su contra. por otra parte, este señor ha retirado de la Rota Romana todos los textos de San Juan Pablo II a favor de la presunción de validez del matrimonio. Con Bergoglio y el Pinto la presunción ahora es de nulidad. Ya tenemos el nulivorcio, por esta vía y la de la comunión de los divorciados adúlteros. La segunda todavía es más ancha.

  17. Puede que muchos católicos tengan sus dudas sobre la doctrina que enseña la AL (yo no, ni muchísimo menos). Pero lo que me parece impresentable es que todo un cardenal ponga al Papa entre la espada y la pared, que es lo que han hecho los cuatro firmantes de la dichosa carta. Qué contraste con lo que hacía, p.e. el (este sí) gran cardenal Siri, que a menudo estaba en desacuerdo con lo que hacían Juan XXIII y Pablo VI, y que simpatizaba con Lefebvre, pero ni se le pasó por la cabeza amenazar con acusarles públicamente de herejes ni atacó públicamente a Juan Pablo II por excomulgar a este último.
    Pregunta: ¿qué haréis si, dado que el Papa no va a hacer lo que se le pide en esta chantajista carta (porque es eso, ni más ni menos), Burke et. al. acusan públicamente de hereje al Papa y este se ve obligado a disciplinarles, quizá privándoles del capelo? Yo lo tengo clarísimo: siempre cum Petro et sub Petro.

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