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Una diócesis, la de Mondoñedo-Ferrol, en deuda con sus santos

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Circunstancias  que no vienen al caso me hicieron visitar tres días la diócesis de Mondoñedo-Ferrol donde conocí a algún sacerdote de la misma y otro de la lindante de Lugo, que me parecieron excelentes, y me reencontré con otros en el gran afecto que les profeso y que me devuelven muy acrecentado. Y quisiera hacer un elogio del clero rural gallego que en general es óptimo. Y que en las dos diócesis citadas  es prácticamente la totalidad excluidos Ferrol y Lugo. Que no se me enfaden las vilas costeiras y alguna del interior, Vilalba, Monforte, porque lo rural es maravilloso y nada despectivo, y no pocos de esos curas de Vila tienen a su cargo demasiadas  parroquias absolutamente rurales.

Pues ese clero del campo, en general me parece excelente. Excepciones siempre las hay. Como en todo. Trabajadores, sencillos, aunque a la vez las personas de más cultura de su entorno o con tanta como los que la tengan más de su entorno, integrados totalmente en el medio porque además en su mayoría proceden del mismo, dispensadores de los sacramentos, en lo que conozco, también con alguna excepción, siempre con dignidad, animadores culturales, consejeros sobre lo divino y lo humano, amigos…

Uno de esos curas, rural a tope y crack a más tope, en un café agradabilísimo en una casa que no era la suya pero donde nos acogieron igual que si lo fuese, le dijo a la anfitriona, que había salido recientemente de un accidente de circulación grave y  del que no es que esté repuesta  sino que mucho más, a sus bastantes años, que la había encomendado a un santo que no era santo. Al menos todavía. Yo no conocí a ese sacerdote pero sabía de él y con proximidad. Tuve el gozo de tratar a otro cura rural, amiguísimo de aquel, que por otra parte era una institución en Mondoñedo: Don Enrique Cal Pardo. Sencillísimo, humildísimo, proximísimo y a la vez el cura más sabio, y pienso que también de los más santos, de la diócesis. Creo que llegó a ser deán de la catedral de Mondoñedo, su despacho, al que se accedía por el claustro de su hermosa catedral siempre estaba abierto y con calor de recibimiento, su Episcopologio mindoniense es una obra extraordinaria y todo el mundo le quería. Pequeño de estatura, la intelectual y moral era inmensa, no tenías que llegar al claustro para saber si estaba allí. A cualquiera de la ciudad, que ciudad era, aunque de escasísimos habitantes, si en la hermosa plaza que está delante de la catedral le preguntabas si Don Enrique estaría en su lugar de trabajo, te decían todos: sí, ya ha pasado, o, todavía no le hemos visto pasar. Benditos sacerdotes que son amados, conocidos y reconocidos  por todo su pueblo. Mucho de Dios se refleja en ellos.

Su despacho era digno de verse. Con una serie de artefactos, lupas más bien, que le permitían desojar documentos medievales que eran su delicia y que luego nos transmitía en su publicaciones. Un par de veces me llevó al claustro donde estaba enterrado su queridísimo amigo, el también canónigo Don Jaime Cabot, sobre cuya tumba siempre había unas flores frescas y ante la cual rezaba un responso. Y me decía: era mi mejor amigo y un santo. Por eso, cuando en esta pasada semana, oí a otro cura amiguísimo decir a una persona a la que quería mucho que en su accidente la había encomendado al para él San Jaime Cabot, no pude por menos que recordar que en dos ocasiones yo había rezado sobre su tumba.

Mis recientísimas vivencias sobre la diócesis mindoniense, hoy mindoniense-ferrolana, me han hecho pensar que nuestras Iglesias diocesanas son demasiado desagradecidas con sus santos. Dicen que la falta de gratitud es característica de los reyes y que los Borbones incluso exageran. Pues pienso que nuestros episcopados no les van a la zaga y hasta se esmeran por superarles.

Por eso voy a atreverme a recomendar al nuevo obispo de Mondoñedo, del que todavía no tengo claro si debo hablar bien, mal tampoco, de momento, aunque algún nombramiento reciente me haya chocado, que  con el tesoro de santos que tiene en ella, santos que no están en los altares pero que en mi opinión, por poco que valga, lo fueron, se anime a introducir su causa, independientemente de que llegue a buen fin o no.

Sería un recordatorio para la diócesis de personas que vivieron su fe en ella de modo muy notable.  Y que además agradaría a no pocos diocesanos. Incluso un ejemplo para otros obispados que hasta podrían moverse a imitar a Mondoñedo porque también en ellas hay figuras más que notables en santidad. Hoy se está reconociendo a los mártires, bendito sea Dios por ello y por ellos, pero hay muchos otros santos que no fueron mártires.

Y ya puesto no a  marcar el paso al obispo, Dios me libre, pero sí a darle pistas, que él verá si quiere seguir o no, hasta me atreveré a señalar posibles candidatos. Mondoñedo tiene un obispo, relativamente reciente pues murió en el siglo XX, que es conocido como el obispo santo: Don Manuel Fernández de Castro. Él debería encabezar la nómina. Erigió la parroquia del Carmen y su cementerio en el que nadie se quería enterrar porque el sitio habitual era otro. Para dar ejemplo dispuso que sus restos mortales se depositaran a la puerta del mismo para que todos sus fieles que allí acudieran pisaran la losa que los cubría. Tal vez, más de un siglo después, quizá fuera bueno que fueran trasladados a su catedral. Aunque está tan herida no sé bien si por Chamoso Lamas, Pons Sorolla ambos en comandita o por un tercero.

Creo que también debería figurar entre los incoados un sacerdote. A Don Jaime Cabot muchos le tienen por santo y todavía es recordado con veneración por no pocos mindonienses. Él debería ser la figura sacerdotal Aunque también sería muy comprensible que a su lado figurara aquel extraordinario misionero que conmovió a Galicia y que creo recordar que era parte del clero mindoniense.

Como religiosas no se me ocurre nadie más destacado que Sor Purísima, concepcionista de Vivero, a quien los de allí que saben algo de estas cosas, también tienen por santa. Y algún laico. Por ejemplo aquella Pilar, creo que Silva de apellido, de gran recuerdo en As Pontes o a una maestra de Villalba, también ejemplar católica, cuyo nombre ahora no me viene a la memoria.

Señor obispo: Creo que daría una campanada, que se oiría en toda España, si se decidiera a abrir ese proceso, justificadísimo y pienso que obligado,  pero eso es ya cosa suya. Tiene usted un tesoro de personas santas. Sáquelo a la luz. Si por los motivos que fueren no llegara a término usted habría hecho lo que correspondería. Y dado una lección a sus hermanos. Una hermosa lección.

 

Comentarios
15 comentarios en “Una diócesis, la de Mondoñedo-Ferrol, en deuda con sus santos
  1. Ay Carballo. Tu «defensa» es la confirmación del extremismo y los desvaríos cometidos por el cura de marras
    No hay nada malo en la Diócesis que no elogies ni nada bueno que no ataques.

  2. No hay señalamiento de mala Liturgia de cura conocido por D. Jose Manuel Carballo en que éste no arremeta como corcel espoleado.

    Lo que aquí se ha señalado de la celebración de la santa Misa por parte de ese cura conocido de usted está mal, y no ayuda en absoluto a los católicos pues confunde en vez de congregar.

    Desearía que usted como cura cuidara más de defender la alabanza a Dios que las loas a sus conmilitones.

    Ya le doy mi nombre y apellidos para que no se incomode: Pedro Martín González.

    Y una pregunta si me hace la merced de contestarla.

    Cuando usted celebra Misa, que alguna vez celebrará, el pro multis ¿ cómo lo traduce?
    ¿ Por muchos? o ¿ por todos?

  3. ¿Conocen «tres en uno», Matías I, Margarita y Alvaro V? No sé por qué me lo recuerdan. Seguramente porque, como dice La Margarita, soy un anciano que me quedé en mayo del 68. ¡Qué suerte, ¿no?, porque así no tengo por qué temer el otoño del 2017! ¡Bien por los tres defensores de la NORMA! (Cuanso en estos medios se escribe en mayúsculas significa que se grita. No se vaya a desgañitar don Matatías I y quizás mañana, Matatíos II. Es lo que tiene no usar el propio nombre) De modo que los, de momento, «Tres en uno» ya saben lo malos, malísimos, que somos los curas de Mondoñedo-Ferrol. Y doña Margarita, o Margarito, ¿quién sabe? hasta tiene elementos de juicio suficientes para compararnos con el clero de Santiago. Buen sociólog@ la Magarita/o. Disculpe, estimado Don Matías 1º o 1ª, no entiendo lo de «ministra extraordinaria de la Eucaristía». ¿Se preguntó si con tanta atención a las rúbricas habrá participado usted de verdad en esa misa? A lo mejor hasta fue nula y todo por indicar que se pusiesen las palmas como usted, naturalmente, no puso, porque no lo manda la NORMA. ¡Ay, Don Álvaro V o VI, o R., cuánta suerte tuvo usted refugiándose a tiempo bajo la NORMA para no quedar arrasado también por el progresismo. Pues, ale, para darles tema les diré que si nunca nadie salta la NORMA, o pasa por una dirección prohibida, el mundo no avanza. ¡Ah!, don Matías I, yo no quiero que trague ruedas de molino sin rechistar, sino que cuando asista a misa se deje integrar en la comunidad que participa y no se quede como espectador que juzga conforme a la NORMA que conoce y que hoy en lo accidental no es la del siglo XVI, ni la misma exactamente en España que en Zambia. Verá: En cierta ocasión, el Obispo Fray José de Lugo, al que le enseñe una celebración eucarística que yo iba a presidir, con algunas modificaciones, me dijo: «Si alguien te dice que no estás autorizado para hacer misas dile que autorizado no, pero capacitado sí» Pues, Antonio Valín más que yo, pero claro… somos tan SOBERBIOS… Bueno,me retiro de este post, porque tengo por NORMA no malgastar mucho tiempo inútilmente. Suerte y que Santa NORMA les bendiga y proteja a los tres.

  4. Xosé Manuel: me parece que Matías l. pide celebrar según EL MISAL ROMANO DEL BEATO PABLO VI, en su última edición. Si eso es «toser escupiendo», ¿qué será criticar abiertamente? ¿Qué no será «toserle»?

    PD: no me he metido con los curas de pueblo, de aldea ni de concello. No mezcles churras con merinas.

  5. Admirables estos santos sacerdotes. Pobre Diócesis de Mondoñedo, tan cerca de Santiago y tan distinta.
    Intolerable ese clericalismo progre y trasnochado de los años 70 que pretende que los seglares no opinen cuando ven a un presbítero saltarse las normas litúrgicas a la torera.
    Hay gente anciana, con todos los respetos, que se quedó en mayo del 68 y aun vive allí.
    Eso si, mas solos que la una y gestionando una ruina que ellos trajeron.

  6. Estimado Xose Manuel: cuento lo que ví y oí. Si vd conoce a ese sacerdote, el se lo confirmará. Todo el pueblo reza en alto » por Cristo con El ….» . Dijo que se rezase el Padre Nuestro en la misa poniendo todos las palmas hacia el cielo, como el sacerdote, ministra extraordinaria de la Eucaristía, no hace genuflexión tras consagrar, si no inclinación ….
    ¿Quiere vd. Que siga?
    ¿Quiere que los laicos traguemos piedras de molino y callemos ante clérigos que se saltan las normas litúrgicas?
    Hay que ser SOBERBIOS para pensar que uno es capaz de mejorar todas las plegarias litúrgicas escritas por expertos de todo el mundo y refrendadas por el Papa y verse en la necesidad de despreciar aquellas para crear la tuya propia.
    Pues MUY MAL el cura de Foz, aunque como me dijeron, sea un hombre muy muy muy trabajador y desbordado de obligaciones.

  7. SR., (¿el único señor?), los laicos podéis y debéis tosernos a los curas y lo necesitamos, pero si un laico nos escupe al toser creo que conservamos el derecho a limpiarnos. ¿De donde saca Matías I, que siendo pseudónimo también podría ser Matatías Il, que Antonio Valín, Vicario de Pastoral además de cura de Foz y alrededores, «modifica la liturgia a su antojo para adaptarla a la ideología de género?» Se nos puede toser, sí SR., pero sufriendo catarr-eo, como algunos que asomáis con frecuencia, lo educado es poner la mano por delante a modo de colador. Tambien los paletos curas de aldea que hacemos carrera, y de rango universitario, para volver a ellas cuando todos los demás la hacen para huir de ella, pensamos un poquitín por nosotros mismos para mantener la fidelidad a Jesucristo y su mensaje y al hombre y mujer de aquí y de ahora que necesita la salvación. Adios, SR y disculpe si perdí facultades para encajar toses y expresarme como vuestra Señoría se merece.

  8. Xosé Manuel, que un sacerdote cambie el Misal de manera subjetiva y a su gusto es totalmente censurable. Y le puede llamar la atención el arcipreste, el monaguillo o la señora Gertrudis.

    A ver si después de tanto Concilio, Pueblo de Dios y potenciar el laicado los laicos no os vamos ni a poder toser por acciones totalmente injustificadas.

  9. Yo fui uno de los que conocí a Don Jaime por nuestra aficcion a la música, muchas veces me acompañó al órgano en la catedral y me pasaba sus partituras para que las revisara y le diese mi opinión. Con la Madre Purísima de Jesús, concepcionista-franciscana de Viveiro, tuve un trato más profundo y mas largo. Si postulan su causa yo me ofrezco como testigo en ella. Conservo la como reliquia la Inmaculada que llevaba en el pecho de su habito y que tantas veces tengo en mis manos para encomendarme a ella. SR. Obispo animese y ponga en marcha el proceso de algunos, la Iglesia diocesana de lo agradecerá.

  10. Matías I, he leído con gran interés su «Manual del mal párroco» escrito tomando como base lo que usted cuenta y como lo cuenta del párroco de Foz y varias parroquias más, y además, con gran escándalo de usted, ¡director espiritual del seminario! En vista de lo que cuenta y de como lo cuenta, usted no ocupa el puesto que le corresponde en «su» iglesia. Usted tendría que ser por lo menos inspector inapostólico de párrocos que se salen de sus esquemas de usted y de cuatro resentidos más que añoran una Iglesia disecada. Zapatero, a tus zapatos o a negociar a Venezuela. Atentemente, un aprendiz de cura después de cincuenta años de sacerdocio.

  11. He estado desde finales de julio con motivos laborales por Foz, una de la parroquias grandes de Mondoñedo.
    En Párroco (desbordado de trabajo por las muchas parroquias) celebra siempre sin casulla ( nunca mas de 22 grados, aunque no seria excusa), modifica la liturgia a su capricho para adaptarla a la ideología de género: no le basta el consabido «hermanos y hermanas» sino que cambia el ofertorio » fruto de la tierra y del trabajo de MUCHOS…», padres y madres etc.
    Dios misericordioso sustituye a Dios todopoderoso.
    El Agnus Dei no existe. Etc etc.
    Pregunté a unos paisanos por el preste, de poco más de 50 años, y me dijeron que era Don Antonio, director espiritual del seminario menor , !!!!!

  12. España TIERRA DE SANTOS. El año pasado tuve la oportunidad de peregrinar por la canonizacion de San Manuel Gonzalez, desde Guatemala, no turismo religioso, con hora de oracion y rosarios incluidos. Creo que España no termina de valorar su TESORO mas grande una multitud de SANTOS. Esa es su fuerza.

  13. Gracias Paco Pepe por ese emocionado reconocimiento del clero rural, con muchos defectos pero también con inmensas virtudes y al mismo tiempo de nuestros Santos. Sobre San Don Jaime (por santo que sea nunca podré llamarle de otro modo) no tardará en salir un librito con una biografía suya escrita por Don Félix Villares, Secretario-Canciller y un ramillete de testimonios preciosos. Es un compromiso adquirido con otro que fue canónigo con él y salmista, José María Rodríguez, que nos dejó a principios de mayo. Su funeral fue el día de San Juan de Avila, después de varios meses luchando con un cáncer. Quizás no falte quien me replique diciendo que nos había dejado antes, porque había pedido la secularización, o mejor dicho la dispensación. Empeño mi palabra de que nunca nos dejó y puedo dar testimonio fehaciente de una muerte santa. No la pido mejor para mí. Tengo plena convicción de que San Don Jaime vino a esperarle a mitad de camino.

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