UNA ALEGRÍA
Hoy, Domingo, el diario “La Prensa”, Sección Cultura, nos trae una alegría con una sorpresa: es un artículo de Ignacio Balcarce titulado “Ideas de un sabio contemporáneo” que contiene un reportaje al profesor platense Claudio Mayeregger, a quien no conozco personalmente.
En la presentación, Balcarce escribe que “en tiempos de pensamiento débil, relativismo rampante y progresismo corruptor, encontrar palabras sólidamente ancladas en la verdad, esgrimidas con convicción y defendidas con valor y entusiasmo, es refrescante, provechoso y esclarecedor”.
El reporteado es un hombre culto y se declara discípulo del gran teólogo platense monseñor Ruta. Gracias a este profesor también descubro a la Fundación Santa Ana, cuyo propósito es hacer presente la fe en la cultura y en cuyo ámbito, Mayeregger ha dictado cursos muy valiosos, disponibles en You Tube.
Como escribe el articulista, la capacidad del profesor y “su fineza para ensamblar la filosofía -esfuerzo de la razón- y las verdades de la fe -extraídas de la Revelación y profundizadas en reflexión teológica- hacen que sus juicios resulten originales y subversivos para el mundo incrédulo, pero de un brillo especial que no deja a nadie indiferente por su denso núcleo de verdad”.
Balcarce por razones de espacio se refiere a un par de temas que son la materia de dos cursos: “Elementos de una política conforme al magisterio de la Iglesia”, el primero, y “El Concilio Vaticano II”, el segundo.
Respecto del primero, Mayeregger menciona los pilares que la sostienen: a) Gobierno divino del mundo; b) Origen divino de la autoridad; c) Orden de bienes; d)
Superioridad del régimen político católico; e) Conciencia de la imperfección de todo régimen temporal.
Valiente este profesor que en estos tiempos de laicismo y de laicidad, positiva o no, se atreva a sostener la primacía en el orden del bien, de un régimen político católico
Respecto al Concilio Vaticano II lo pone en su lugar dentro de los veinte siglos de existencia de la Iglesia; es un concilio más y solo pastoral. Pero a este concilio se le sumaron el posconcilio y el espíritu del concilio, para concluir en el caos doctrinal que vive la Iglesia hoy.
Respecto a esta situación lamentable, confusa, oscura, escribe: “el pastoralismo, el dialogismo y la diplomacia han desplazado la doctrina y el dogma. Este error con relación al mundo es el que abre paso a la proliferación de nuevos errores que solo pueden tender a multiplicarse por haber perdido pie en suelo firme”.
Mayeregger concluye señalando algunas caras que muestra esa ideología circulante: “1) Pastoralismo antidogmático privilegiando la acción sobre la doctrina. Se busca llegar a más gente eliminando los elementos incómodos, acoplándose al mundo y montándose en las modas del día. 2) Pragmatismo moralista: moralismo disociado de la contemplación de la verdad. Se cae en un humanismo sentimental. 3) Praxis social transformadora: se cree que la Iglesia debe acompañar las revoluciones que sacuden las estructuras políticas, económicas y sociales, adoptando espíritu revolucionario. 4) Interreligiosidad como principio superador de la fe tradicional. 5) Historicismo modernista: la Iglesia debe plegarse a un mundo que avanza a estados de mayor libertad y conciencia, venciendo las rémoras del pasado”.
Discrepamos en algunos matices y en cierta terminología, pero saludamos el conocer a este profesor y al ateneo que difunde su pensamiento, causas hoy de nuestra alegría.
Buenos Aires, abril 14 de 2024 Bernardino Montejano.
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Bueno, el P. Mayeregger, en su análisis del CVII, es bastante parcial.