UN OBISPO-MONJE QUE NOS EDIFICA CON SU SABIDURÍA
Ayer, un lector y amigo, se sorprendió por las buenas noticias que llegan desde el Norte de Europa. Para satisfacer su inquietud, la nota de hoy estará dedicada al obispo de Trondbelm, Noruega, Erik Varden, un obispo-monje, quien, al ser designado en el 2009, era abad del Monte San Bernardo, Inglaterra, perteneciente a la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, o sea trapense.
Converso del luteranismo, era una mezcla de luterano y agnóstico antes de ser recibido en la Iglesia Católica en 1993.
Además, este obispo es músico y nos habla del lenguaje de la música, que trasmite perspicacia e iluminación, porque ella “puede llevar a cabo, con asombrosa eficacia, esa conversación de corazón a corazón, de que habla Agustín en sus Confesiones… esta es una de las razones por las cuales la música siempre ha sido una dimensión crucial del culto litúrgico. De alguna manera nos permite hablar lo inefable” o sea “lo que con palabras no se puede explicar”, lo divino, sagrado, maravilloso.
Nos señala que los cristianos creemos “que el hombre está hecho a imagen de Dios, que hay una huella misteriosa de lo divino en nuestra naturaleza… Esto significa, desde el punto de vista del creyente, que llevamos en nosotros la resonancia viva de la Palabra creadora que fue el origen de nuestro ser.
Preguntado acerca de su antropología teológica, responde que “La humildad representa, en el lenguaje cristiano, el realismo. Ser humilde es pararse firmemente sobre el humus de este mundo y de mi propia identidad, tener los pies en la tierra… la condición previa para cualquier crecimiento significativo en la vida espiritual y en la madurez humana, presupone un profundo conocimiento de sí mismo. Este proceso es liberador y nos abre al otro, al prójimo, pero también al absolutamente Otro, a Dios.
Preguntado acerca de la tradición mística carmelita, contesta que “es una referencia clave para muchos buscadores en nuestros países, sobre todo debido al trabajo del padre Wilfrid Stinissen y del cardenal Anders Arborelius, maravillosos embajadores del espíritu del Carmelo.
¿Cuál es la situación religiosa del Norte de Europa? Tengo la sensación de que estamos asistiendo a un cambio de época… Se está desarrollando una era post secular en la que la norma es una apertura a la dimensión espiritual de la vida. Es una tarea católica crucial aquí y ahora, comprometerse con esa apertura, ofrecerle alimento y una sana dirección.
Preguntado acerca del espíritu de la época y la fe, responde: para mantener la integridad de la fe y del culto, la iglesia cristiana debe tener un principio claro de comunión, debe ser alimentada con una sólida enseñanza, expresada en una liturgia digna y concretada en actos de caridad; es poco probable que contemporizar los compromisos con el espíritu de la época sea vitalizante a largo plazo, porque el espíritu
de la época es constantemente cambiante y voluble, sin mucho sentido de obligación. Sobre todo, la Iglesia debe permanecer enraizada en la plenitud de la revelación cristiana. El principio básico del monacato benedictino es: “No antepongas nada al amor de Cristo”. Este principio tiene validez universal.
En estos tiempos de desorientación ¿cuál es la tarea de la Iglesia? “Es exponer el misterio de la Cruz, de tal manera que aparezca como la victoria del Amor sobre el odio, de la Vida sobre la muerte… Solo la fe puede reconocer la cruz como gloriosa”.
Este obispo-monje eligió un búho como logotipo de su sitio web, ¿será el búho de Minerva que levanta vuelo al crepúsculo y que figura como distintivo del Instituto de Filosofía Práctica y del Instituto de Filosofía del Colegio de Escribanos?
Su lema episcopal es Coram fratribus intellexi (Cara a cara con mis hermanos) una frase de un sermón de San Gregorio Magno. “El mismo nos recuerda que nuestro Dios es un Dios que nos habla y que debemos aprender a escuchar”. Pero también si la escucha es importante, “debemos discernir de qué y a quien vale la pena escuchar”.
Preguntado acerca del acrónimo LGBTQ+ responde: “Hay una cierta energía anarquista en la teoría del género actual. Puede ser agradable ser anarquista, al menos por un tiempo, y siempre y cuando la anarquía de los demás no interfiera con la mía. Sin embargo, la experiencia sugiere que nuestra naturaleza no es como la plastilina, sino que, por el contrario, está orientada con una finalidad inscrita tanto en el alma humana como en el cuerpo humano. Mi cuerpo es esencialmente real, soy yo…. destinado a la resurrección y a la vida eterna. Esta idea confiere al cuerpo una gran significación”.
Este mensaje Cristo céntrico es el que tantos católicos queremos escuchar hoy, hartos de antropocentrismo. Por razones de espacio dejo para mañana el comentario del mensaje de estos tres grandes: el que nos llega de los Estados Unidos, el que recibimos del África negra y este gran regalo proveniente del Norte de Europa.
Bernardino Montejano
Coram fratribus intellexi significa algo así como «entendí al ponerme delante de mis hermanos».