| 30 diciembre, 2014
Oriolt lanza un nuevo nombre para Lérida, que se añade a los del obispo de Ibiza, Vicente Juan y al auxiliar de Barcelona, Sebastián Taltavull, el del obispo de Menorca Salvador Giménez Valls. Entraría en esa ya vieja costumbre, que tan malos resultados dio, de llevar valencianos a Cataluña. Es posible que exista además un cuarto nombre. Que no es valenciano y que habla perfectamente el catalán. No es descartable ni mucho menos.
Fueros: Parolin lleva más de un año de Secretario de Estado y no ha habido ningún avance en el asunto de los bienes.
Rumores y más rumores. Lo más sensato sería suprimir directamente la diócesis de Lérida fusionándola con Solsona. Y si la fusionamos, además, con Urgel, mejor que mejor. Sí: esto sería lo ideal: una macrodiócesis de Lérida y Urgel, con don Joan Enric Vives al frente y Novell como su auxiliar. También fusionaría Vic con Gerona (confiándosela a don Romá Casanova) y Tarragona con Tortosa , confiándosela a Jaume Pujol con Benavent como su auxiliar. Así las diez diócesis catalanas quedarían reducidas a seis, con lo que su nefasta influencia en la CEE disminuiría.
El Obispo que venga a Lérida viene a una diócesis que declina y muere, con un clero envejecido e independentista que ya solo mira por sus intereses. En la diócesis solo hay un convento, nada más. Los anteriores obispos de Lérida han hecho de la codicio y la mentira por unos bienes artísticos que no son suyos, la seña de identidad de esa diócesis, y así les va a los pobres leridanos. Lo de que el Obispo de Lérida quiere devolver los bienes y no le dejan, cuando esto se dice en petit committé en la diócesis, se parten de risa. Una risa que se va a cortar pronto, porque algún Cardenal romano ha dicho ya: La commedia e finita. El Obispo que venga, tras la dilata que le concedieron a Piris por su amigo Carles, sabe que tiene que terminar ya con el secuestro de los bienes artísticos aragoneses en Lérida, y esto se lo van a recordar firmemente en Roma y van a vigilarlo todos los días. La solución romana, visto que el acuerdo para compartir las piezas, después de haber Lérida perdido el pleito canónico, ha devenido inútil (la grosera solución de la región episcopal catalana), es que si la Generalitat no permite entregar los bienes, el Obispo saldrá del Consorcio del Museo de Lérida y entregará los bienes, porque saben que puede hacerlo de forma legal como así ya lo advirtió el consejero de cultura Mascarell.
Con el Papa Francisco don Vicente Juan no hubiera llegado a la mitra. El Papa no premiará a obispos curiales, de despacho, como es Vicente Juan. No pondrá en manos de quién repudió ser enviado de nuncio el tema del enfrentamiento con Barbastro.
Además, Piris ha conseguido que en Roma la visión de Lleida sea algo más que de los bienes patrimoniales e históricos. En Roma saben, perfectamente, que Lleida necesita un pastorl, no un burócrata.
Creo que Escribano no está en la quiniela leridana. Algo más al oeste.
Escribano en cinco años a Zaragoza
De Lubac: entonces Omella no debería ir a Barcelona, porque es aragonés.Digo yo
De Lubac: Si son irreconciliables, Omella no debería ir a Barcelona. Digo yo. Como no sea Novell o Cristau…
Escribano pasó su infancia en Monzón, cuando todavía éste pertenecía a la diócesis de Lérida. El fue seminarista de Lérida hasta el momento de su ordenación presbiteral, momento en que se trasladó a Zaragoza… Pero no consta que sepa hablar catalán… Sin duda, no le deseo a monseñor Escribano un destino como Lérida aunque por ser aragonés y a la vez haber sido diocesano y seminarista de Lérida unifique en sí dos coordenadas irreconciliables, la aragonesa y la catalana
Un gran abanico de posibilidades, que van de lo malo a lo peor.
¿Escribano?
¿Y Santander?