Un lector nos comunica que hoy despide el obispo con una misa a las Concepcionistas Franciscanas de San Sebastiánn

Desconozco quien leerá y hasta dónde llegarán estos comentarios. Pero sería interesante que alguien se preocupara, ya que ni Obispos ni responsables del Cister se viene ocupando del caso puesto que cuando se enteran hacen oídos sordos porque comprometerse frente a las injusticias y violaciones de derechos de una monja africana, de votos solemnes y con muchos años de residencia en España, parece que no interesa a nadie porque no abrirá páginas de informativos en televisión. Quizás si hubiera mediado algún escándalo sexual, hubiera mediado incluso alguna intervención pontificia… y luego dicen que la Iglesia anterior al Vaticano II estaba obsesionada con el sexo. Los Obispos de San Sebastián que han conocido el caso -Munilla incluido- han eludido su responsabilidad amparados en la exención canónica de las monjas contemplativas. Los Superiores, incluido el Dicasterio de Religiosos ignoran la situación en un escandaloso silencio. Y cabe preguntarse si la exención canónica ampara el descompromisos de los Obispos ante flagrantes violaciones de los más elementales derechos de una fiel cristiana que vive en su Diócesis: ¿desde cuándo la exención ampara la comisión de delitos? ¿O no es delito obligar a una monja a vivir durante más de diez meses en el almacén de un semisotano de la hospedería aneja al Monasterio? ¿o de excluir a esta monja de la propia comunidad monástica? ¿o tenerla viviendo actualmente en una habitación de la hospedería aislada de la comunidad y donde le facilitan una sola comida al día que debe hacer en la propia habitación en que duerme?… Es un simple muestra, y no la mayor, de lo que acontece en ese claustro. Espero que algún día no lejano algún periodista se interesa por esta situación y la haga pública. Será interesante lo que entonces digan Obispos y Superiores.