http://www.religionenlibertad.com/diez-cosas-que-deberias-decir-a-tus-monaguillos-con-copia-tambien-41354.htm Parece que, gracias a Dios, vuelven a estar de moda. Y son una importante cantera de vocaciones sacerdotales. La mayoría tomará otros caminos pero en no pocos quedará un poso de eclesialidad. Me parece importantísima la función del sacerdote con ellos. Y también la de los padres. Este artículo es más bien para curas y padres que para ellos pero haciéndoles llegar lo que tan bien se dice. Son importantes. Hacen una tarea eclesial importante. Evidentemente no necesaria pero que tiene su valor. Es muy bueno que tengan conciencia, aunque sea conciencia infantil, de ello.
Un hermoso e importante artículo sobre los monaguillos
| 26 marzo, 2015
A usted en particular, F. J.Fernández de la Cigoña, por su nido o blog,y en general a «Infovaticana», por similar oportunidad brindada para opinar, para «forerar», valga el neologismo.
Y Dios nos ilumine y nos dé paciencia para saber dialogar y hasta discrepar sin perderlos estribos; en primer lugar, pienso en mí,que soy temperamental.
Buena tarde.
Hasta yo fui monaguillo -perdonen que me autocite-, y aunque es muy probable que hoy día sea un mal católico, siempre necesitado de conversión y de la misericordia de Padre Dios, de algo estoy seguro: alguno de los fundamentos de mi fe católica actual (excelente, buena, mediocre, mala, la que sea) arrancan de esos años de mi niñez dados a ejercer de monaguillo.
No hace tanto, apenas cuatro décadas. Cuando aún lo normal en los pueblos era subir al campanario de la iglesia a tocar las campanas (misa en día laboral, misa dominical, repiques con motivo de alguna solemnidad, en fin, todo aquello), cuando aún era normal acompañar al cura, también revestido como monaguillo, a bendecir las casas con agua bendito e hisopo en mano…
Desde luego, el contacto con las cosas de Dios cuando uno es niño deja huella. Para mí que, de alguna manera, indeleble.Y además, suele ayudar a disciplinar la vida de niños esa práctica de ser monaguillos.
Hoy día, cuando tantas asechanzas y amenazas se reconoce que existen agazapadas en la sociedad actual, dispuestas a malbaratar la pureza de tantas infancias, me parece que el ser monaguillos puede funcionar como una medicina o antídoto contra el rabioso mundanismo neopaganizante que por todas partes se cuela, hasta por las puertas, ventanas y resto de rendijas de la iglesia