Del que fui amigo y que ha dejado en su parroquia de Bañares una huella imborrable.
El traslado de la preciosa iglesia románica del este al oeste del gran templo parroquial la recuperó para un uso que los años habían olvidado.
El robo de la arqueta de San Formerio, le llamamos nada más enterarnos de la sustracción, le causó un enorme sufrimiento. Volvimos a llamarle cuando se publicó su recuperación. Estaba eufórico, Me parece recordar que cuando la Guardia Civil le comunicó el rescate echó las campanas a rebato y jamás vio semejante entusiasmo en su parroquia.
Un libro que os deja constancia de un muy notable párroco.
Os animo a leerlo.
¿Éste sacerdote vestía de seglar?
No, vestia de sotana y cleriman. La foto que han elegido para la portada esta tomada en alguna de sus conferencias en el norte de Europa.