En efecto, la cuestión es pedir perdón y humillarse y someterse.
Sin entender que piden perdón a quién no lo acepta ni lo pide, se humillan ante quienes ven la humillación, no como una virtud, sino como un desprestigio y se someten a los verdugos.
Yo pido perdón por mis actos, no por los de mis antepasados. Pero la jerarquía está deseando pedir perdón sin saber de qué y sin saber si hay motivos.
Estas cosas ocurren cuando se habla sin conocimiento de causa. Solo un idiota habla primero y piensa después, invirtiendo por completo la lógica (y doy por supuesto que ese idiota piense, lo cual es mucho suponer).
Todo el mundo sabe que este infundio universal fue la excusa perfecta que hallaron Bergoglio y los monseñores para colmar sus ansias de santificar la leyenda negra del cristianismo en América y poder por fin rendir culto a los mengues, de lo que se dieron un banquete en Canadá. Amén de pegarse un periplo a gastos pagados que ni la luna de miel del exministro Garzón…
Estos arrupitas se preguntan: «¿Cómo ve el Señor el lugar que ocupo?»
No parece difícil de adivinar la respuesta.
https://infosj.es/noticias/20490-social
Tanto da que sea verdad o falso, qué bonito era ir a pedir perdón… Que la verdad no te estropee jamás un buen relato…
En efecto, la cuestión es pedir perdón y humillarse y someterse.
Sin entender que piden perdón a quién no lo acepta ni lo pide, se humillan ante quienes ven la humillación, no como una virtud, sino como un desprestigio y se someten a los verdugos.
Yo pido perdón por mis actos, no por los de mis antepasados. Pero la jerarquía está deseando pedir perdón sin saber de qué y sin saber si hay motivos.
En manos de estos estamos. Que no nos pase «na».
Estas cosas ocurren cuando se habla sin conocimiento de causa. Solo un idiota habla primero y piensa después, invirtiendo por completo la lógica (y doy por supuesto que ese idiota piense, lo cual es mucho suponer).
Todo el mundo sabe que este infundio universal fue la excusa perfecta que hallaron Bergoglio y los monseñores para colmar sus ansias de santificar la leyenda negra del cristianismo en América y poder por fin rendir culto a los mengues, de lo que se dieron un banquete en Canadá. Amén de pegarse un periplo a gastos pagados que ni la luna de miel del exministro Garzón…