Me refiero al obispo de Segovia no a quien fue tantos años Jefe del Estado. http://www.infovaticana.com/2015/05/21/franco-quiere-eliminar-los-simbolos-franquistas-de-las-iglesias/ El titular me sorprendió: Franco quiere eliminar los símbolos franquistas de las iglesias. Comprobado que el Franco era Don César Augusto, novísimo obispo de Segovia, lo primero que pensé es que en menudo berenjenal se había metido el obispo cuando tiene encima problemas mucho más graves. Y el mayor una Iglesia agonizante, sin curas, mayorcísimo todo su presbiterio y parte de él que mejor sería no tenerlo. Leído el texto pues ya el impacto del titular se reduce. No se trata de una decisión del obispo de borrar la historia. Ni de eliminar todo símbolo del pasado régimen. Sólo algunos, más destacados y conflictivos caso de que los hubiere. Que el obispo no lo sabe. Con lo que cabe pensar que no se refiere a los nombres de los «caídos por Dios y por España» que hay en los muros de muchas iglesias. Porque esos si sabe que existen. Sin embargo Don César, que creo que es un buen obispo, ha metido algo la pata. Y se lo digo sin problema alguno. No es un imbécil que se ha creído la Ley de la Memoria Histórica, e histérica, y que con celo digno de militante de Podemos se apresta a demoler todo recuerdo histórico de unos años (1936-1975) que parecen no haber existido. Su error es haber tomado en consideración la iniciativa de un abogado, por otra parte muy probablemente anticatólico, y dirigirse a él pidiéndole información sobre esos símbolos franquistas. Cuando la mayoría de sus denuncias, según leo, han sido archivadas por los tribunales. En eso se ha equivocado y de modo importante, el obispo de Segovia. Reconociendo además a una ley estúpida una jurisdicción sobre la Iglesia que no tiene. Retírense de los espacios públicos, en un absurdo intento de borrar la historia, los símbolos franquistas. Pero en la propiedad privada no cabe entrar. Si yo tuviera en el hall de mi casa un retrato de Franco y lo viera un fontanero que viniera a reparar un grifo, ya podría denunciarme que salvo un juez venado cualquier otro le mandaría inmediatamente a hacer puñetas. Pues eso es lo que debió hacer el obispo de Segovia con la denuncia de ese abogado, en vez de darle acogida y respuesta. Pues se ha equivocado usted, Don César, en detrimento de la Iglesia y de su propia dignidad. Pero ahí se acaba todo. Un buen obispo, y creo que usted lo es, se equivoca en ocasiones. El de Segovia se ha equivocado en ésta. Olvídese de ese abogado, rija su diócesis como lo está haciendo, que no es tarea fácil, y aprenda para lo sucesivo a no meterse en charcos que lo único que le traerán son catarros si se moja los pies. Y ya sobre los nombres de los «caídos» creo que no pocos de ellos en muchos lugares son de auténticos mártires con méritos más que sobrados para que sus nombres estén en los muros de las iglesias. Segovia no debió tener mártires pero no pocos de los muertos en la guerra tenían un claro sentido religioso en el frente. Ya lo del yugo y las flechas, donde los hubiere, creo que sobraban y en ello estoy con el cardenal Segura. Y el nombre de José Antonio Primo de Rivera no tiene el menor sentido eclesial.
Un error de Franco
| 22 mayo, 2015
Franco se ha metido el solito dentro de la jaula de los leones y para mayor idiocia la ha cerrado y ha arrojado la llave fuera , el nivel episcopal español esta bajo minimos.
Aro: sé perfectamente que el escudo del águila de San Juan era el vigente cuando se aprobó la Constitución, pero eso no lo convierte en más constitucional.
También cuando se aprobó la Constitución no existían la mayoría de las Comunidades Autónomas y, sin embargo, a nadie se le ocurre decir que el Estado centralista es más conforme a la Constitución de 1978.
La Constitución no se pronuncia sobre el escudo de la bandera -sí, en cambio, sobre los colores de ésta- por lo que cualquier escudo que se apruebe por ley es constitucional.
Hermenegildo:
Está equivocado. El escudo del águila de S. Juan, era el legal entre 1975 y 1982 y por tanto en 1978 cuando se aprueba la Constitución, hasta el punto que está grabado en oro en el ejemplar del primer texto, que por cierto aparecía al iniciarse la programación de TVE.
Desde luego no aparece en el texto constitucional como debe ser el escudo y por eso puede cambiarse legalmente inventándose el que se apruebe, pero loe que es un hecho es que la constitución fue aprobada con ese escudo y sobre ese texto con el escudo fue jurada la Constitución durante años.
Pues que el Obispo empiece por quitarse el apellido de su padre. Así quedará como un hijo de su madre, pero sin padre reconocido.
Luego que se dé una vuelta por el Alcázar y que se hinche de ver escudos del águila y yugos y flechas.
Si alguna vez se arrepiente, que peregrine a Labajos para agradecer el sacrificio de Onésimo Redondo y de tantos falangistas que dieron su vida por Dios y por España y para que su Catedral y sus iglesias y su clero no fueran arrasadas por las chusmas rojas que exigen que se retire el recordatorio de que aquello sucedió.
Y malditas sean las.manos que bendigan tales traiciones e insultos a nuestros muertos.
Que se le pegue la lengua al paladar a quien dé su sí a la destrucción de cualquier signo de nuestra Gloriosa Cruzada.
Ya lo dije ayer. El silencio es una gran virtud y mucho más en un obispo. Si hubiera hecho lo que los demás, callar y cumplir la ley cuando lo requieran, ahora no pensaríamos que es un poco, no sé como decirlo sin que suene ofensivo, digamos simple.
Ha bajado muchos puestos en el escalafón de buenos obispos.
Claro que este escalafón se está degradando últimamente. El de Sevilla también ha caido muchos puestos y este por motivos estrictamente religiosos.
Es un error e injusto esencialmente. No hay que contentar al que nunca se va a contentar
Aro: la Constitución no dice cómo tiene que ser el escudo; es algo que se determina por ley. Tan constitucional puede ser uno como otro.
La estupidez del citado obispo, llega a denunciar como anticonstitucional el único escudo realmente constitucional que existe, el del águila, escudo de España hasta 1982. El actual, es el legal, pero no el Constitucional que es el del águila. Solo a unos paletos ignorantes y sin personalidad, se les ocurre calificar de inconstitucional lo que de verdad es constitucional, y así nos va y lo peor es que ocurre lo mismo con el texto.
Que monseñor Franco se informe: Franco salvó a la Iglesia del exterminio planificado cuidadosamente por la Segunda República, como demuestra el excelente libro de don Vicente Cárcel Ortí «La gran persecución».Si monseñor Franco hubiese sido obispo en 1936, quizá habría probado en sus carnes cómo trataban las hordas marxistas a los católicos.»Diez mil mártires y ni una sola apostasía», como dijo Paul Claudel.
No tenía yo un gran concepto de este Obispo, pero después de esta decisión suya he perdido la poca confianza que tenía en él.
Este Franco debe ser de los que se avergüenzan y esconden a los beatificados mártires españoles del siglo XX. Pobre hombre. Pobre Iglesia.
Para mi,este señor termino.
Solo hay algo peor que lo vergonzoso:Lo vergonzante…