| 28 abril, 2015
Vale la pena leerlo: http://humanitas.cl/web/index.php?option=com_content&view=article&id=3407&catid=264 Y es aplicable también a la Universidad colombiana de San Buenaventura y a Victorino Pérez Prieto
Vale la pena leerlo: http://humanitas.cl/web/index.php?option=com_content&view=article&id=3407&catid=264 Y es aplicable también a la Universidad colombiana de San Buenaventura y a Victorino Pérez Prieto
La situación de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) es bastante grave, similar a la de la hoy ex Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). El caso del P. Costodoat es sólo un síntoma de lo que ocurre en la primera. Lamentablemente, el Cardenal Ezzati, el Gran Canciller de la PUC, no tiene el talante ni la preparación teológica ni canónica de aquel coloso de la Iglesia en Latinoamérica que es el Card Cipriani, Gran Canciller de la PUCP, quien está librando arduos trabajos por poner las cosas en orden. Y como la mediocridad, hace ya muchos lustros, ha devenido la norma a la hora de nombrar los arzobispos de Santiago de Chile, difícilmente cabrá esperar mucho de su sucesor, a contar de 2017.