¿Por qué tenemos musulmanes así en España?

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Fontellas: la profanación le sale gratis al profanador

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Que lo único que hacen es molestar. Y también que otros musulmanes de comportamiento inofensivo se vean incluidos en un pack que no se merecen. Aunque no estaría de más que aquellos que observan un comportamiento aceptable repudiaran a estos que no les están haciendo ningún favor. Porque muchas veces la generalización, aunque injusta, es inevitable que se produzca.

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Esos hechos delictivos, y ya se ve lo que valen mandatos de alejamiento, y que demuestran la imposible convivencia con personas así, no se evitan con la prisión, que vale como pena por el delito, sino con la posterior salida de España de quienes tienen esos comportamientos y que han demostrado fehacientemente que convivir pacíficamente con ellos es imposible. Aunque lo recomendara el mismísimo Papa. Ser es defenderse, que dijo alguien. Y hay defensas que sólo se consiguen con la expulsión.

Claro que hay españoles que mucho mejor estarían fuera que aquí cuando salen de la cárcel una vez pagado su delito pero con lo nuestro habrá que aguantarse. No se los vamos a regalar a otros. Pero los foráneos delincuentes, a su lugar de origen. O a donde les admitan. Aquí no. Y si se les hubiera concedido la nacionalidad, pues una ley que les desposea de ella una vez que se acredite que no pueden convivir con nosotros. ¿Qué no vale el efecto retroactivo? Pues sin ese efecto. Nos basta y nos sobra con nuestros propios malhechores.

Comentarios
9 comentarios en “¿Por qué tenemos musulmanes así en España?
  1. Falso, completamente falso.

    No esperaba menos de un trolo.

    La quema de los libros que Mahoma dictó ha sido enérgicamente rechazada por autoridades de la Iglesia y secundada por muchos católicos relecantes, De la Cigoña entre ellos. Y eso que el libro es más falso que Judas.

    Idem con la profanación de los cementerios judíos.

    Primo, eres un sucio mentiroso.

  2. En Madrid, al lado de la M30 y cercana a la calle Arturo Soria una de las más caras de la capital está construída una mezquita revestida de mármol y alabastro, la más lujosa de toda Europa en su tiempo.

    Financiada en su totalidad con la pasta de los petrodólares de Arabia Saudí, la he visto muchas veces por fuera pues está situada en la misma calle del tanatorio de la M30.

    Las personas que pululan y entran en ella son mahometanos de bajo poder adquisitivo, se nota por los ropajes que llevan y por el olor que desprenden.

    Así que en mi opinión si no hay más mezquitas y más lujosas no será porque les falta pasta.

  3. La mayoría de los musulmanes, como la mayoría de los católicos, lo son nominalmente, cumplen determinadas formalidades y a vivir como a cada uno le parece. Y respecto a los musulmanes tenemos una prueba y es que salvo donde los petrodólares construyen, las mezquitas son locales manifiestamente mejorables. En mi ciudad creo que hay dos mezquitas, bastante reducidas y a las que acuden no más de doscientas personas, sobre una población de varios miles. Pienso que si existiera verdadero fervor, la gente aportaría algún dinero, poco pues son de nivel adquisitivo bajo, pero suficiente como para tener unos locales suficientes y dignos.

    La diferencia con los católicos es lo que dice Zas, siempre le pueden decir a uno que es un mal mahometano y además la consecuencia puede ser que te corten el cuello, cosa que no ocurre con los cristianos. Por tanto nunca sabes como va a reaccionar un musulmán por poco religioso que lo veas.

    Pero no tiene nada que ver con la dejadez de las llamadas autoridades, una dejadez que en otros países de Europa es hasta delictiva. Dicen, que se trata que llevar a la población hasta la desesperación para que acepten la instauración del estado policial y la consiguiente tiranía.

    No tardaremos mucho en ver si estos tienen razón.

  4. No se produce la repudia, estimado blogger, por parte de los mahometanos » pacíficos» porque los agresores les cantan las 40:

    «Vosotros sois malos mahometanos que toleráis. a los infieles y os mezcláis con ellos, contaminándoos, no escucháis al «profeta» que pide exterminsrlos hasta en el vientre de sus madres».

    Y como esos mandatos están escritos en du libro «sagrado» los «pacíficos» callan.

    Y el que calla otorga.

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