Que suscribo.
Y acertadísima la ilustración que encabeza el artículo.
El Terror. La inicua ejecución de Luis XVI.
«Ya es domingo, otra semana que termina y otra que comienza, temas no faltan, hoy se lleva la palma la destitución del obispo Joseph E. Strickland, que no por esperada es menos escandalosa. Hemos visto cómo se preparaba todo para llegar a este resultado. Empezamos por una investigación a su diócesis, algo se encontrará, nunca nos lo dirán, es para guardar las formas. Se le pide su renuncia, única forma de cesar de forma ‘legal’ a un obispo, por lo que sabemos, no la acepta, algo natural en quien nada digno de destitución ha realizado. Y llegamos al punto final, la destitución, la clara señal de que el Papa Francisco, una vez más, ha perdido. la táctica de cortar las cabezas que sobresalen para atemorizar a los demás, funciona hasta un cierto número de cabezas, cuando son tantas llega el efecto boomerang. La Diócesis de Tyler ha perdido un gran obispo, hoy más grande que ayer, la iglesia católica ha ganado un confesor, el martirio es duro y no deseable, pero es la semilla de cristianos. Tenemos por delante muchos años de un buen obispo, que será el testimonio viviente de una injusticia vivida con inmensa entereza por defender la fe revelada.
Los obispos que «fieles a la verdad, defienden la fe católica y apostólica» lo tienen complicado. Nos consta que son muchos los que cobardean en tablas, tienen mucho que perder en este mundo, pero no estaría de más una mirada al juicio de Dios. Las diócesis se nos van llenando de obispos elegidos para ser dóciles terminales de órdenes superiores. Lo de ser padres y pastores es algo que ha quedado en el baúl de los recuerdos y el cura medio, rehuye a su obispo como a la peste, nada bueno le puede venir y mejor lejos. Los clásicos enseñaban que del superior y del mulo cuanto más lejos más seguro, hoy esto se confirma, los fiables son muy pocos, los silentes, ya se sabe, depende, fiables, poco; y de otros muchos, por su cortedad o su malicia mejor lejos, son un peligro público.
La noticia de hoy no nos ha sorprendido, era el final buscado y planeado para un buen obispo que no estaba dispuesto a abandonar sus promesas por seguir caminos de perdición. Dios y los buenos católicos, que los hay, se lo agradecerán en está vida en la venidera, que al final es la que cuenta de verdad. “El Santo Padre ha relevado del gobierno pastoral de la Diócesis de Tyler (EE.UU.) a SE Monseñor Joseph E. Strickland y ha nombrado al Obispo de Austin, SE Monseñor Joe Vásquez, como Administrador Apostólico de la Diócesis vacante». Es muy raro que un obispo sea destituido por autoridad: generalmente, cuando se quiere despedirlo, primero se le da la opción de dimitir, lo que es públicamente rechazado por el obispo de Texas. Strickland que tiene 65 años, diez años menos que la edad de jubilación de los obispos.
Ya en septiembre, el propio monseñor Schneider había escrito una carta de estima y aliento al obispo de Tyler (Texas) en la que, entre otras cosas, decía: » todos los Papas del pasado, todos los valientes obispos confesores del pasado, todos los mártires católicos que, en palabras de Santa Teresa de Ávila, estaban “determinados a sufrir mil muertes por un solo artículo del Credo, te apoyan y te animan». Monseñor Strickland, tenaz defensor de la doctrina católica, había sufrido una absurda una visita apostólica que concluyó el pasado mes de junio, nunca sabremos los resultados, no interesan, es la viaja táctica de crear confusión para aplicar una decisión tomada.
El Código de Derecho Canónico, en el apartado que se refiere a los obispos, sigue diciendo: «El Obispo diocesano está obligado a proponer y explicar a los fieles las verdades de fe que deben creer y aplicar en las costumbres, predicando personalmente con frecuencia; cuidad también de que se observen fielmente las disposiciones de los cánones relativas al ministerio de la palabra, especialmente a la homilía y a la formación catequética, a fin de que toda la doctrina cristiana sea ofrecida a todos. Defender firmemente, por los medios más adecuados, la integridad y unidad de la fe que debe profesarse, reconociendo sin embargo la justa libertad en el estudio ulterior de las verdades». «Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿Por cuál de ellos queréis apedrearme?». La primera declaración del ya obispo emérito de Tyler: «Me siento muy en paz en el Señor y en la Verdad por la que Él murió». Strickland es hoy aún más libre que ayer: libre como lo fue san Juan Bautista, que no guardó silencio ante Herodes y no tuvo miedo de decir: no os es lícito».
‘Cisma’ eclesiástico por la amnistía tras pronunciarse favorablemente los obispos de Cataluña
Las diferencias en el seno de la iglesia española a cuenta de la ley de perdón y olvido sin arrepentimiento se han acentuado tras la reunión de Pere Aragonés con el Papa
https://www.vozpopuli.com/espana/cataluna/cisma-eclesiastico-amnistia.html