| 05 enero, 2024
Con toda razón.
Y dejando a Francisco no precisamente bien.
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Pero sin las estupideces al uso de algunos que creen que la solución es echar al Papa.
Como si eso estuviera al alcance de cualquiera. O como si el decirlo arreglara algo. Salvo la propia y estúpida vanidad de soltar la machada.
Mal arreglo para el Papa y la Iglesia tiene este desgraciadísimo asunto.
Hay que echar al Trucho.
Y vaya aspecto, digamos líquido, suele mostrar el Trucho en sus imágenes.
Si la Iglesia cambia su moral sexual, entrará en un plano inclinado que la llevará directa a su desaparición. Cada día de este pontificado es un trago de rejalgar. Cada minuto que este señor pasa al frente de la Iglesia, más cerca se halla esta de la catástrofe definitiva. Y sí: soy pesimista. No es necesario que me lo digan (es genético: lo era mi padre y, en muchos aspectos, soy idéntico a él).
Por favor don Juan Manuel, la Iglesia, con mayúsculas, no puede cambiar la doctrina sobre nada por el mismo motivo que no puede cambiar la ley de la gravedad o la aritmética. Otra cosa es que un papa y muchos o pocos obispos, curas o fieles digan tonterías, o herejías. En ningún sitio está dicho que un papa no pueda decir herejías, y de hecho se dio más de una vez en la historia. Pero eso no es la doctrina de la Iglesia, que ha sido establecida por Cristo de una vez para siempre.
El Trucho es más (…) que un (…), certificado por algunos que lo conocen bien. Lo digo por lo que comenta usted sobre su aspecto