Esta no es de ahora sino de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, aunque uno acabe de conocer su existencia. Bajo la nave principal y la del lado sur de la del crucero se hicieron unas excavaciones que hoy se conservan accesibles aunque restringidas. Creo que un día a la semana y a una hora determinada un grupo de diez personas, el espacio no permite más, puede descender al subsuelo y contemplar los resultados de lo que se descubrió hace ya más de medio siglo.
Nada que ver con la maravilla del Pórtico y con otras más que notables bellezas de la catedral del Apóstol. Esto, yo sólo he visto el subsuelo de la nave principal es más que nada curioso. Se trata de un cementerio creo que tardo romano y suevo. Me llamaron la atención el tamaño de algún esqueleto que se encuentra en las tumbas, los suevos eran de gran talla, las laudes, tapas de los sepulcros suevos, con una decoración inconfundible, cimientos de los muros defensivos de la primitiva ciudad y los de una torre ya no recuerdo si me dijeron que eran de la primera o segunda iglesia, creo que de la de Alfonso III. En la excavación de la ala del crucero se encontró nada menos que la tumba del obispo Teodorico que fue quien halló el sepulcro de Apóstol.
En los que vimos nosotros aparte de datos de interés para saber de la primera Compostela, nacida evidentemente al rebufo del cuerpo de Santiago, tal vez a primera vista sólo nos muestre un cementerio antiguo y como mucho de los primeros años medievales que naturalmente tiene su importancia. Pero que todas las tumbas estén orientadas a un punto en el que precisamente estaba la del Apóstol puede indicar bastante más. Digo que puede. Sólo eso.
Después aquel asentamiento humano, de una cierta entidad, y con personajes que eran enterrados en sarcófagos no comunes se lo tragó el tiempo y cuando llegó el obispo Teodomiro alertado por unos fenómenos extraños allí no vivía nadie o sólo el eremita que los observó. Yo no sé si el subsuelo aporta pruebas fehacientes sobre la realidad jacobea pero creo que no la rechaza. Más bien la apunta.
Entiendo que para el gran público las cubiertas de la catedral son más espectaculares que el subsuelo pero datos científicos están mucho más bajo el suelo que sobre el tejado.
Y como parece que en Santiago estamos tocados por la mano del Apóstol también amabilísima y muy conocedora la persona que nos guio la visita. De nombre muy jacobeo.
Santiago tiene muchas sorpresas, entre ellas el Botafumeiro:
El impresionante vuelo del “Botafumeiro” (del documental “Camino de Santiago. El Templo de las Estrellas”):
https://youtu.be/iL5EB3zRFRg?t=37m3s