Las iglesias son para los actos litúrgicos. Si la Iglesia no tiene dinero para mantenerlas, que reduzca gastos y se deje de realizar obras que actualmente hace el Estado y se atenga a lo suyo y primordial: evangelizar. Si para mantener un templo hay que cerrar una escuela, se cierra y ya está (a la vista de la «evangelización» que se hace en los colegios católicos, mejor que no los haya).
Estoy totalmente de acuerdo con lo que señala ese sacerdote. Para aquellos que elijan servir al otro señor van estas palabras
«Pruébanlo la experiencia y la razón. La razón nos dice que el hombre no puede obligar al Demonio a cumplir sus promesas. Y la experiencia nos muestra su gran falsía y apetito de engañar. Así, rara vez cumple lo que promete. Y cuando cumple que lo hace algunas veces no es a la fuerza, sino de grado y con segundas, para retener encadenados a los magos, y persuadir a otros, haciéndoles creer que estas boberías pueden tanto», Martín Del Río, Disquisitionum, II, q.4 conclusión 2a.
Excelente comentario.
Las iglesias son para los actos litúrgicos. Si la Iglesia no tiene dinero para mantenerlas, que reduzca gastos y se deje de realizar obras que actualmente hace el Estado y se atenga a lo suyo y primordial: evangelizar. Si para mantener un templo hay que cerrar una escuela, se cierra y ya está (a la vista de la «evangelización» que se hace en los colegios católicos, mejor que no los haya).
Estoy totalmente de acuerdo con lo que señala ese sacerdote. Para aquellos que elijan servir al otro señor van estas palabras
«Pruébanlo la experiencia y la razón. La razón nos dice que el hombre no puede obligar al Demonio a cumplir sus promesas. Y la experiencia nos muestra su gran falsía y apetito de engañar. Así, rara vez cumple lo que promete. Y cuando cumple que lo hace algunas veces no es a la fuerza, sino de grado y con segundas, para retener encadenados a los magos, y persuadir a otros, haciéndoles creer que estas boberías pueden tanto», Martín Del Río, Disquisitionum, II, q.4 conclusión 2a.