Me da igual quién sea esa señora y de dónde venga o qué piense. A estas alturas la gran pregunta que me surge es para qué sirve esa enorme burocracia eclesiástica con todo el conjunto de funcionarios, documentos, sueldos, intrigas, luchas de poder, carrerismos… a cuenta del óbolo de san Pedro o de los dineros del Domund. Desde luego, sería una de las primeras cosas que eliminaría en la reforma de la Iglesia, ese afán por parecernos a los estados seculares. Cuanto más libre y ligera, más fiel será la Iglesia a Jesús y a los apóstoles.
Mientras mantengamos todas esas instituciones, es inevitable que alguien como esa señora acabe ocupando un puesto relevante.
Me da igual quién sea esa señora y de dónde venga o qué piense. A estas alturas la gran pregunta que me surge es para qué sirve esa enorme burocracia eclesiástica con todo el conjunto de funcionarios, documentos, sueldos, intrigas, luchas de poder, carrerismos… a cuenta del óbolo de san Pedro o de los dineros del Domund. Desde luego, sería una de las primeras cosas que eliminaría en la reforma de la Iglesia, ese afán por parecernos a los estados seculares. Cuanto más libre y ligera, más fiel será la Iglesia a Jesús y a los apóstoles.
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