| 09 agosto, 2023
Me envían el siguiente artículo:
FRANCISCO Y EL OPUS DEI
A juzgar por los dos “motu propio” que Francisco ha dedicado al Opus Dei en el plazo de un
año, no parece que el Pontífice tenga especiales simpatías por el Opus Dei. Bajo una forzada
argumentación de carácter jurídico-canónico, el Papa altera significativamente el carisma de la
Obra, cosa que ningún Papa anterior había hecho con los carismas que han surgido en la
Iglesia. Al contrario, los Pontífices han ido ajustando el Derecho Canónico a las nuevas
realidades que el Espíritu Santo ha ido suscitando en la Iglesia, y no al revés, como en este
caso.
San Josemaría Escrivá forma parte de la nómina de santos que han conformado realidades
eclesiales nuevas, rompiendo moldes. San Benito, San Francisco, Santo Domingo, San Ignacio
de Loyola, son ejemplos de grandes innovadores, fundadores de formas pastorales
completamente nuevas en la Iglesia. Los Papas entendieron que estaban ante el soplo de
Espíritu, acogieron estas novedades y les dieron un cauce jurídico acorde con su carisma.
Pero con el Opus Dei, no es así. San Josemaría fundó una realidad eclesial completamente
nueva en la Iglesia, formada por laicos y laicas comprometidas a santificarse en medio del
mundo. De esos laicos saldrán algunos sacerdotes, con la misma vocación que los laicos, para
atender sacramentalmente a sus hermanos. Así lo vio Pio XII quien creó una figura jurídica
nueva (los institutos seculares) para proteger el carisma de la nueva realidad eclesial. Y San
Juan Pablo II dio un paso más convirtiendo el Opus Dei en prelatura personal. Aunque,
efectivamente, las prelaturas personales están formadas por clérigos, en la Bula de erección de
la Obra en prelatura se habría la vía para una vinculación de los laicos, que, en los Estatutos
aprobados también por el Papa, se perfilaba mejor. El carácter laical y secular de la Obra es un
elemento básico de su carisma que Francisco liquida con su motu proprio. De ser un gran
movimiento laical, pasa a ser clerical, con los laicos en un papel secundario.
¿Puede un Papa ahogar por razones estrictamente jurídicas un carisma como el del Opus Dei?
Militan de una forma o de otra en la Obra unas 90.000 personas. Los medios de apostolado de
la Obra son enormes: universidades, colegios, centro de capacitación agraria y de promoción
de la mujer, dispensarios, clubs juveniles, iglesias públicas, parroquias, centros de retiros y un
largo etcétera que convierten a la Obra en la institución más importante de la Iglesia. ¿Puede
un Papa ignorar todo esto?
Pues parece que lo ignora. Parece estar más preocupado por cambiar la forma jurídica de una
institución que ya tenía una, que funcionaba bien, fiel a la Santa Sede y al Magisterio, que por
el cisma alemán. Sorprenden estas prioridades en una Iglesia que necesita evangelizar. El
propio Papa, por ejemplo, en la última JMJ (donde por cierto había muchos jóvenes
provenientes de centros vinculados al Opus Dei) ha insistido en la evangelización. ¿No es el
Opus Dei un magnífico instrumento de evangelización en todo el mundo?
El fin de la evangelización, que ha de ser prioritario, ha cedido a una disputa académica entre
canonistas. El jesuita y canonista Ghirlanda ha encabezado una persistente campaña para
forzar estos motu propio. Y el Papa, a quien se le supone una mayor altura de miras, ha
sucumbido a la presión. Algo incomprensible, si consideramos que lo prioritario es la
evangelización, el apostolado y, sobre todo, el que realiza la Obra desde las mismas entrañas de
la sociedad.
En este caso, la Iglesia no ha actuado como en otros momentos de la Historia: adaptando el
Derecho a los carismas que han ido surgiendo. La Compañía de Jesús, por ejemplo, fue una
novedad eclesial en muchos aspectos y bastante rupturista frente las Órdenes religiosas de su
época. Un Ghirlanda del siglo XVI quizás hubiera ahogado el carisma de San Ignacio. Se ha
hecho con el Opus Dei una interpretación rígida del Derecho Canónico, lo cual contradice las
repetidas manifestaciones de Francisco contra la rigidez. No parece que predique con el
ejemplo.
El Papa advierte constantemente contra el clericalismo. Y, sorprendentemente, un carisma
eclesial sustancialmente laical y secular lo convierte en clerical, colocando a los laicos en
posición subordinada a los clérigos, cuando el carisma fundacional y novedoso del Opus Dei es
precisamente que unos y otro comparten el mismo carisma y la misma vocación y así, los
laicos, pueden tener cargos directivos en la Prelatura.
La Obra acatará y obedecerá al Papa, sabiendo que tras un Papa viene otro y lo que ha hecho
uno lo puede corregir otro. Pero hay algo que el motu proprio no podrá cambiar: el sentido de
pertenencia. Los miles y miles de laicos católicos que han encontrado su hogar espiritual en el
Opus Dei, seguirán sintiéndose miembros de la Obra, por supuesto no desde el punto de vista
jurídico canónico, pero sí en el espiritual. En la Obra, sacerdotes y laicos, aunque unos
canonistas hayan querido trastocar su espíritu, seguirán compartiendo el mismo carisma y la
misma vocación. Y el tiempo irá poniendo las cosas en su sitio. Clemente XIV disolvió la
Compañía de Jesús en el siglo XVIII. Cuando unos decenios más tarde, Pío VII restableció la
Compañía, resurgió con mucho más vigor y convirtiéndose en la institución más numerosa de
la Iglesia.
Este Papa es un progre-comunista de manual. Lo que tiene que hacer el Opus es espabilar y plantarle cara al argentino indigno, aunque legitimo, sucesor de San Pedro
Es como decirle a los franciscanos que a partir de ahora tendrán que ser jesuitas o a un garbanzo que a partir de ahora tendrá que ser lenteja. Se quieren intervenir las almas, las conciencias, la libertad, pero ni los comunistas en la urss lo consiguieron en 70 años; me dá igual que se llame opus, franciscanos, carmelitas o dominicos. Puro comunismo estéril y nocivo. Que deje a cada uno que haga lo que quiera, total, no lo va a poder impedir… Yo creo que debe estar enfermo oes un irracional.
Hago notar que entre los muchos que se opusieron a que el Opus Dei se convirtiera en prelatura personal (que se entendía que solo incluía a sacerdotes) estaba nada más y nada menos que un tal cardenal Joseph Ratzinger… Otro nada sospechoso en ese sentido es el padre Fortea (que es tan «progresista» que ha escrito muchos artículos elogiando a Franco), cuyos argumentos me parecen muy convincentes.
Eso no es cierto. Ratzinger se opuso a que las prelaturas personales se asimilaran a diócesis personales . Como cardenal fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Navarra. Y como Papa no modificó ni una coma el estatuto canónico del Opus Dei. El actual prelado Fernando Ocariz fue colaborador suyo cuando era prefecto de la Doctrina de la Fe surgiendo una buena amistad que se mantuvo incluso tras el retiro de Benedicto.
*LA LUZ BELLA
«In persecutione maxima». Creíamos que la persecución vendría de fuera, pero está dentro y la Virgen lo ha avisado: el trono de Pedro será ocupado por un impostor. Lo que se hace con el Chopos Dei y muchos otros es puro satanismo disfrazado.
Los jesuitas jamás han tragado al Opus Dei. Lean la campaña de difamación hacia la Obra, en los años 40 y 50 en Barcelona.
https://t.me/espiritutemplario/55922
La diferencia está en que ninguna Institución en la Historia de la Iglesia ha dejado tantos «muertos» en el camino, tantas vocaciones perdidas y tantas personas heridas o abusadas. Se estima que por cada Numerario que hay hoy, 15 se han perdido. Esto nunca se había visto y hay que solucionarlo.
Vaya contabilidad la tuya.
Me da pena que no hayas seguido el camino que el Señor te presentó.
Magnífico ejemplo de «argumento ad hominem». No se contraargumenta, se le atiza directamente una coz a quien expresa una opinión distinta.
Muchos de los críticos con el Opus y con el tratamiento de privilegio que recibió del papa polaco llevan toda la razón. Francisco no anda descaminado.
Pienso lo mismo que usted.
Y el autor del texto, ANÓNIMO, es seguro que es un sacerdote, numerario o supernumerario de la OBRA, que no da la cara, como siempre, pero sí tira la coz.
Nada nuevo bajo el sol.
Creo que este asunto es de los pocos que podemos anotar en el haber del Papa actual.
Los arrupitas, a la chita y callando, eso sí, les superan con creces: han arruinado muchas vidas con el terrorismo espiritual, su práctica favorita. Por no hablar de sus concomitancias con lo peor de la izquierda internacional, las mafias que trafican con infelices inmigrantes, el mundo LGTBI… Siempre bajo el disfraz de su pertenencia a la Iglesia, algo que se les da muy bien a estos magos de la impostura.
Quede bien entendido que ni he sido, ni soy, ni seré del OPUS. Máxime después de ver cómo han abdicado ante farsante como es Francisco I el […]. Ahora están recibiendo su paga. Aunque debo confesar que me duele. Porque siempre serán infinitamente mejor los siervos de San Josemaría que los miembros de la banda de Arrupe.
Como bien reseña Ortega y Gasset en El Espectador,si hay una enfermedad terrible del alma ésa es el resentimiento.Y tal cosa es lo que rezumas por todos tus poros.
Para comentario de bar, o de partida de dominó en la taberna es un comentario aceptable. Un poco más de análisis por favor.
A sensu contrario, como decicmos los juristas:
¿Porqué San Juan Pablo II dotó a la Obra de una estructura jurídica, totalmente singular y privilegiada, que convertía, de facto, al Opus dei EN UNA IGLESIA, DENTRO DE LA IGLESIA…?
Le convenía a su política eclesiástica. Hubo obispos que se opusieron con razones eclesiales de peso.
Querido Antonio
Se ve que no estás muy ducho en Historia de la Iglesia. Cada novedad eclesial ha comportado conceder algun tipo de estatus especial canónico, eso que tu llamas «privilegio». Cluny recibió numerosas concesiones del Papado, que permitieron crear la primera Oden centralizada de la Igesia. Dominicos y Franciscanos obtuvieron «privilegios» para practicar una vida religiosa que ya no era la tradicional monástica. Y no digamos los jesuitas, con quienes nacieron las moderna congregaciones clericales. Ahí hubo que abrir también cauces canónicos, pues la Compañía ni impuso un hábito ni vida conventual regida por la campana…La petición de un buen número de clérigos anglicanos de pasarse al catolicismo hizo que Benedicto XVI les ofreciera otra solución jurídica nueva: el ordinariato personal. El Opus Dei es una novedad en la Iglesia y necesitaba encajar su carisma en una forma jurídica, pero el ordenamiento canónico no lo tenía. No fue Juan Pablo II quien creó las prelaturas personales, fue el Concilio Vaticano II y esa novedad pasó al código de derecho canónico. Lo único que hizo Juan Pablo II es utilizar esta forma (ya existente previamente) y dársela al Opus Dei. Por lo tanto, no hay privilegio ni Iglesia dentro de la Iglesia, a no ser que consideres a los anglicanos católicos, los jesuitas, los dominicos, los franciscanos… una Iglesia dentro de la Iglesia.
Eempieza faltando al respeto:
«Querido Antonio
Se ve que no estás muy ducho en Historia de la Iglesia…».
No sé si estoy muy ducho, o sin duchar, pero lo que si tengo claro es que la única PRELATURA PERSONAL QUE EXISTÍA ES LA OBRA, y la convertía, de facto, en una Iglesia dentro de la Iglesia, o, mejor dicho, EN UNA AUTÉNTICA SECTA.
Algo parecedo a «los perfectos», es decir, los cátaros o albigenses, que también se creían que ellos eran los únicos PUROS Y PERFECTOS, y que todos los demás eran moralla.
Saludos cordiales.
Otro enfermo de resentimiento.
SOIS LA AMARGURA ENLUTADA
DE UNA EXISTENCIA MARCHITA.
LA RESISTENCIA MALDITA
A LA GRACIA RECHAZADA.
SOIS EL CARBÓN DE UNA ESTRELLA
QUE HA PREFEERIDO OPACARSE.
SOIS QUIEN SE CANSÓ DE DARSE…
SOIS QUIEN NIEGA LA LUZA BELLA…
Don Carlos: no se ponga en el lugar de Dios. Un comentario como el suyo perjudica más a la Obra que muchas críticas externas. No le arriendo la ganancia.
Muchas gracias por la corrección.Pero sí no me dices en qué he entrado,poco me va a aprovechar.
Por qué me pongo en el lugar de Dios?Hace mucho que aprendí del genial Charles Peguy a no hacer tal cosa,cuando hace decir al Señor a Juana de Arco:»Dejame Ser Dios,que ese es mi Oficio».
Me he limitado a describir lo que veo con mis ojos,y lo que intuyo con mi mente…,sin pretender gozar de inerrancia.A lo mejor soy daltónico…Lo que sí que no tengo es vocación de avestruz.Ni de esclavos.
En fin,ya me aclararás.
Temo mucho que ni me contestes.
Pero Dios por encima de todo.
Lastimoso. Se trata de un acto de auténtica vileza del antiguo rector de la Gregoriana que no ha podido superar el complejo de inferioridad y de envidia que la Compañía tiene ante el Opus Dei. Los jesuitas son los únicos baluartes de este pontificado desgraciado. Silencio de Ladaria ante el Sínodo. Silencio de los teólogos de la Gregoriana sobre los dislates en dogma y moral de Francisco. Apoyo de los jesuitas españoles a la ecología de Francisco con semanas dedicadas a su exaltación. Sin apoyo alguno en la ciencia. Sin apoyo alguno en la Escritura, como el disparate astronómico del Prepósito General sobre la institución sacramental del matrimonio y las plabras de Cristo. Para echarle un capotazo a los dislates de Francisco, el venezolano tuvo la brillante idea de decir que no conocemos las palabras de Cristo al respecto porque en su tiempo no había magnetófonos.
Lastimoso. Todo lo que rodea a santa Marta es una desgracia.
Silencio de los teólogos del Opus Dei ante los disparates de Francisco.
Atarazanas tienes toda la razón, estoy de total acuerdo contigo..y más que podrías decir.
Muchas gracias. ¿Quién es el autor de este artículo?
Parece claro que un miembro de la Obra, que sutura hiel por la herida…
¡Y que no tiene el valor de poner su nombre y dos apellidos, para que todos podamos relacionarle con el Opus Dei!
Acaso tú pones apellidos,sinvergüenza?
Porque a la á vista está que los «esquivas»…
Consejos vendo,que para mí no tengo.
Clavas el perfil de el resentido que de modo tan magistral reseñó Ortega en El Espectador.
Comprendo que es usted un pobre hombre, seguramente jubilado, y sin nada que hacer, que se pasa el día poniendo comentarios, con su nombre y dos apellidos, para que quede algo de usted en el mundo…
Yo, cuando escribo libros y artículos, por supuesto que pongo mi nombre y dos apellidos, pero no para comentarios, que uso un seudónimo, como todo el mundo, menos algún infeliz y presuntuoso como usted.
Que pase una buena y calurosa tarde.