Siguen atizándole a Taltavull

Pues efectivamente puede suceder que «La Cuestión de Mallorca» se plantée como una lucha entre el poderoso Omella y el Cardenal Metropolitano de Valencia Antonio Cañizares. Esto es como lo de las meigas, ya saben: Yo creer no creo, pero haberlas haylas. Planteado el tema de esta manera supone una auténtica desgracia para Mallorca, uno se pregunta con desánimo si la fe tiene cabida entre las costuras de tan política cuestión.
Una variable a considerar son los nombramiento de Antoni Vadell y Sergi Gordo como auxiliares de Omella. No es cuestión baladí ya que con esos nuevo obispos se cumple una cuota importante de las ambiciones del de Barcino. ¿Debe Omella ganar todas las batallas?, ¿puede plantearse un quid pro quo?… cierto, no tengo ni idea porque no me muevo bien en la política eclesial. De lo que sí estoy seguro es de la inutilidad de Taltavull, si hay algo peor que un tonto es un tonto con iniciativa. Cierto, habló de resucitar el proyecto de la archidiócesis Balear, y no ha escatimado esfuerzos en mostrar su filia catalana en la medida que sus fobias Levantinas aparecían claras. Razón no tiene, porque del mismo modo que el percibe armónicos ensambles entre Baleares y Cataluña, ya les digo yo a ustedes que nunca ha existido sentimiento balear y nada tienen que ver los amores o desamores de las principales islas, Mallorca, Menorca, e Ibiza-Formentera tienen todas su «aquel» que no tiende a la unidad ni hartos de vino.
Otra es que aunque sea por situación geográfica Menorca puede sentirse más próxima a Barcelona, pero en modo alguno Ibiza ya que su axis se encuentra en Valencia. En Mallorca se ha tendido hacia Cataluña, y eso es tan cierto como la constatación de que esos amores han costado muy caros, la desacralización de Mallorca es fruto precisamente de ese cortejo mallorquino-catalán otrora triunfante y hoy octogenario y gastado.
No, Taltavull no vale para Mallorca, o simplmente deberíamos decir que Taltavull no vale y punto. Quede donde está, ya tiene Omella sus nuevos juguetitos, quédese también con el patito feo que entre los nuevos obispos puede aparecer como una especie de abuelete entre nostálgico y pelma.
Recemos finalmente por Mallorca. Cuatro episcopados con sus tiempos intermedios que aparecen como el caballo de Atila tras el cual no crece la hierba. Si queda algo de cordura, si aún hay temor de Dios, si pretendemos devolver la santidad a la iglesia mallorquina, deseemos un regreso de D. Sebastián a Barcelona en espera de su ya pronta jubilación. Regrese después a natal Menorca y dedíquese a conferenciar o pontificar lo que le de la gana, eso sí, ya sin báculo real.

Profanación del Sagrario de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén en Alcalá de Henares, al parecer han robado el Sagrario del Altar Mayor y han tirado al Señor que estaba reservado en el Sagrario de la capilla.
Reparemos