En Specola hay dos partes: la aportación propia y los medios italianos enlazados. Ambas de lectura obligada. La segunda, por supuesto, para quien conozca o medio conozca el italiano.
Y nunca entenderé a los que protestan por no saber italiano. Yo no sé nada de alemán. Si veo un libro en esa lengua no se me ocurre comprarlo pero no me indigno por su publicación. Aunque sea en España.
Pues a lo que iba. Hoy, una vez más, Specola para leerlo.
¿Y quién es Specola? Pues un espejo de lo que se publica en italiano sobre la Iglesia. ¿Y algo más? Pues sí. ¿Usted lo sabe? Pues también. ¿Entonces por qué no lo dice? Pues por dos poderosísima razones: La primera, muy mía, porque no me da la gana. La segunda porque él no quiere manifestar quien es y en esta ocasión uno respeta su deseo. ¿Y por qué unas cosas las respeta y otras no? Por el artículo primero: porque me da la gana.
Hay lectores que no entienden que estos comentarios de la cigüeña los escribe la cigüeña y como le parece. Ellos escriben los suyos como les parecen y en altísima proporción son respetados aunque no coincidan con los cigoñiles. Aquí sólo se borra a los trolls y a los dementes. Y con estos últimos se tiene bastante paciencia.