Paul Hwong Chul-soo, vaya si hay nombres raros por el mundo, aunque qué va a decir en Corea uno que se llama Francisco José Fernández de la Cigoña Núñez, soy plenamente consciente de mis rarezas, obispo de Busan en aquella República del Sur, ha dejado también hoy de ser obispo pero éste a la edad de 65 años. ¿Motivos? Pues, como siempre, en esta maravilla de transparencia, claridad y comunicación que es nuestra Iglesia, una vez más ni puta idea, con perdón. Pero me reconocerán que el calificativo puede estar justificado porque quienes somos y pagamos igual tenemos algún derecho a saber lo que ocurre. Porque en otro caso igual nos cabreamos y dejamos que paguen las señoras madres de los señores obispos y cardenales que poco podrán pagar por estar ya difuntas la mayoría.
Uno sólo puede dar noticia del hecho anómalo. Y entiende, con todo lo que está pasando en tantos lugares, que haya quien se imagine lo peor. Pero no puedo informar de nada porque no nos informan de nada. A los accionistas.
Me temo que no se han dado cuenta que son el consejo de administración y que los accionistas tienen derecho a saber algunas cosas.
Y lo que no puede ser es que con la que está cayendo, se anden con misterios. Alguien podría pensar que el monseñor cesado tiene cosas que ocultar.
Pero dado que los monseñores que salen en los medios acusados de delitos horribles siguen sin ser cesados, el obispo coreano debe estar enfermo o algo así, que suelen ser causas de ceses, aunque nunca es seguro pues el obispo de Marsella sigue en activo aunque enfermo.