SEGUIMOS CON VIETNAM
Cuando nos ocupamos del cardenal van Thuan y su familia aludíamos a oscuros tiempos de persecución, que el mismo sufrió en carne propia cuando estuvo preso durante 13 años, que van desde el 15 de agosto de 1975 al 21 de noviembre de 1988, con distintos regímenes de detención. Preso sin causa, ni acusación concreta.
Hoy, han cambiado bastante las cosas para bien y el régimen comunista gobernante no se parece al de China, Corea del Norte, Cuba o Nicaragua, pues es tolerante con las religiones, como el budismo mayoritario y el cristianismo minoritario.
Después de Filipinas, Vietnam es el país más católico del Asia; introducida nuestra fe por misioneros portugueses en el siglo XVII, el catolicismo no es considerado algo extranjero. El legado fue continuado por misioneros franceses. A ellos y a su ejemplo van Thuan estará agradecido toda su vida y coincidiría totalmente con lo que escribe en nuestros días el cardenal Robert Sarah: “guardaré toda mi vida una inmensa admiración por esos hombres que dejaron Francia, sus familias y sus lazos, para llevar el amor a Dios a los confines del mundo” (Dieu o rien, Fayard, París, 2015, p. 30).
Recepción de la cultura francesa sin perder las raíces vietnamitas, de una tierra a la cual el cardenal canta:
“Tú tienes una patria, Vietnam
un país muy querido
que a través de los siglos
es tu orgullo, tu gozo.
Ama sus montañas y sus ríos,
sus paisajes de brocado y de raso
Ama su historia gloriosa
Ama a su pueblo laborioso
Ama a sus heroicos defensores.
Ayuda a tu patria con toda tu alma
Se fiel a ella
Defiéndela con tu cuerpo y con tu sangre
Constrúyela con tu corazón y tu mente
Comparte el gozo de tus hermanos
y la tristeza de tu pueblo” (Cinco panes y dos peces, Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2002, págs. 75/76.
Hermoso, bellísimo testimonio de piedad patriótica avalada por su sacrificio personal de tantos años de cárcel, de padecer la injusticia, sin ceder, porque en su vida se encarnaron sus palabras: “Laissez-faire, digna expresión del diccionario de los cobardes, esos perezosos que no tienen ganas de luchar: ellos ya han aceptado la derrota” (“La esperanza no defrauda”, n° 208).
El ejemplo de sus mártires, el ejemplo de este santo que espera su beatificación, es lo que nutre a un catolicismo viril, sacrificado, valeroso, que se expresa en estos números: cristianos: 9.600 millones de los cuales 6.800 millones son católicos, el 7,4% de la población del país, atendidos por 4.500 sacerdotes 2.300 religiosos y casi 15.000 monjas. Y en formación para el reemplazo: 3.200 seminaristas mayores.
Estamos obligados con vergüenza, a comparar esa realidad con el catolicismo débil, aburguesado, cobarde, “mistongo”, al decir de Castellani, de nuestro país, en estos momentos que la Iglesia soporta un papa argentino; católicos: 34 millones; total de seminaristas 553; propedéutico: 70 y en la Ciudad de Buenos Aires con sus tres millones de habitantes: 39. Ordenaciones sacerdotales el año pasado por el cardenal Poli:4.
Sin caer en la cuatofrenia denunciada por Pitirim Sorokin, para la cual “todas las verdades se descubren solo por mediciones”, porque “la vida es demasiado complicada para ser totalmente accesible a las matemáticas”, los números algo nos dicen.
Nos dicen que cuando Francisco habla de “catolicismo de salida”, la realidad es catolicismo en liquidación, que lo diga sino Germania, en donde Alemania del Este ordenará este año solo dos nuevos sacerdotes.
El futuro no está allí, no está en los sínodos de la sinodalidad, no está en la supresión del celibato en la Iglesia latina, no está en bendecir pecadores sin arrepentimiento ni propósito de enmienda, no está en la ordenación de las mujeres, sino en tomar los nuevos modelos que nos llegan del África negra y de algunos países de Asia, como Vietnam.
“Vietnam, un terreno fértil para la vida contemplativa” se titula una nota de Infocatólica de ayer, donde se informa que la “Congregación Cisterciense de la Sagrada Familia”, hoy comprende varios monasterios con más de mil monjes y monjas.
Hoy seminaristas vietnamitas llegan a Francia para llenar los vacíos de los seminarios locales y vemos como dentro del misterio de la Iglesia le devuelven a la que fuera su hija primogénita, los beneficios espirituales que recibió de ella, a través de sus misioneros, en otro tiempo.
Buenos Aires, mayo 17 de 2024 Bernardino Montejano
Se olvida de los misioneros españoles en Vietnam. Entre ellos el mártir San José Diaz Sanjurjo, natural de un pueblo de Lugo. Por cierto, la persecución de los misioneros católicos fue causa de una intervención militar de Francia y España en aquel país asiático en la sexta década del siglo XIX.
Revise los números de cristianos y de católicos en Vietnam ya que tal cantidad de millones no la hay ni en todo el planeta.
Pido disculpas; tiene toda la razón y corrijo el original. Los católicos son 6 millones 800 mil; los cristianos son 9 millones 600 mil. Gracias
Todo eso es más cierto que el teorema de Pitágoras. El problema está en que Vietnam ha sido despojado de cardenal elector y el capelo ha pasado a…un italiano en Mongolia. Lo de Roma es inconcebible.