Seguimos con rumores: Ahora Sevilla

Si fuera así, ¿quién sería el obispo de Bilbao -donde están los jesuitas de Deusto? Porque parece una maniobra para colocar al auxiliar Joseba Segura de obispo de Bilbao. Joseba Segura, del que los jesuitas de Deusto en su terrible «Con la Biblia y la Parabellum» aseguran que se pasó años reuniéndose con etarras en su caserío. A este no le han comisariado, le han ascendido.

Para el caso, ya que canonicen a Arzallus, que dice el jesuita cardenal Czerny que hay que ampliar el concepto de martirio para colar en él a los que han muerto «en la lucha activa». Que ya dirán los jesuitas que «lucha activa» es la canonizable. Si les parece exagerado, que canonicen al jesuita Manuel Larramendi, el inventor del nazionalismo vasco hace ya tres siglos, que para tal fin se encerró resentido en Loyola después de que le echaran como confesor de la reina emérita, por acusaciones de entenderse con ella.

O que nombren por las bravas al terrible rector de Deusto, Guibert Ucin, como jefe supremo de la Conferencia Episcopal Española, eso sí, dependiendo esta como una colonia de la super conferencia episcopal supremacista vasca, creada al efecto. Y que brinden con una botella de Bodegas Olarra, que era del conocido empresario amenazado por ETA, y se la ha quedado su familia.

Es una cremallera: Bueno Monreal llegó a Sevilla procedente de Vitoria como coadjutor del cardenal Segura, al que sucedió. Amigo Vallejo llegó de Tánger, pero directamente como sucesor (residencial) de Bueno Monreal, Asenjo fue coadjutor de Amigo y ahora, si seguimos con la cremallera, esperarán a que cumpla los 75 para aceptarle la dimisión y nombrar ya al nuevo arzobispo residencial.

Como ya se ha dicho aquí, Amigo fue arzobispo de Sevilla, nunca coadjutor. Se nombró en mayo de 1982 y tomó posesión el 29 de junio. Pero cuando a él le metieron el coadjutor, en Sevilla se divulgó la versión amable de que eso es lo normal para facilitar la transición de un pontificado a otro, y que Amigo mismo en su mismidad inefable había solicitado el coadjutor. Algunos, que van de listos, añadieron por su cuenta al maquillar la historia que Amigo vino de coadjutor de Bueno Monreal a Sevilla. Y ahora esperan todos que según esa supuesta normalidad, Asenjo tenga también su coadjutor………..
Pero de esos rumores, nada de nada.

Yo no he notado grandes, ni pequeños, cambios durante el mando en plaza de Iceta. El seminario ha tenido mejor comportamiento, supongo que porque antes se iban los aspirantes a sitios más formales para estudiar, y con Iceta había más confianza en la formación ortodoxa de los seminaristas.

Tampoco sé si es cierta esa ortodoxia formativa, porque los curas cuarentones que me han tocado seguían chirriando en casi todo. No de forma hasta desagradable, como las viejas glorias, que asustaban al miedo, pero al final, parecido: sin hablar nunca del pecado, ni del infierno, ni del purgatorio, ni de la confesión de los pecados, ni de la doctrina sexual; a favor de la comunión de los divorciados vueltos a casar, con las coletillas del todos y todas, vamos, de la nueva iglesia modernista que se nos viene encima para los próximos años.

El nuevo parece un desastre en ciernes, con su clerigman sin estrenar hasta el nombramiento, pero ya no sé si se va a notar mucho que pongan a uno u otro.

A mi Iceta me cae bien, pero su balance hasta ahora me parece pobre. No he visto semillas de nada que vaya a perdurar, ni cambios en zonas con mucho potencial donde había que haber logrado una parroquia viva, con grupos juveniles fuertes, con predicación clara. No hay una pequeña red de parroquias «germinantes» que puedan servir de enganche.

Los inmigrantes sudamericanos salvan algo con su presencia las Misas y llenan las aulas de los colegios religiosos, pero con esta pastoral no durarán mucho.

En fin, le deseo lo mejor si se va para el sur; seguro que él también estaría más tranquilo que aquí.