Ya no se va a celebrar en la catedral de S-Hertogenbosch, vaya nombrecito, en la crónica llaman Bolduque a la diócesis pero por ese nombre no aparece en el Annuario Pontificio, el acto gay que el obispo había autorizado. Gerard de Korte tiene 66 años y fue nombrado obispo por Juan Pablo II.
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La reacción de los seglares oponiéndose al acto, el obispo la reconoce, le obligó a echar marcha atrás para no dividir a sus fieles. Hay que reconocerle al obispo que tras su primera insensatez no se empeñó en sostenella sino que actuó con prudencia y sensatez. Y bravo por los católicos. No todo está perdido en aquella tierra.
¿Será podemita el obispo? Lo digo por lo «espatarrao». La dignidad episcopal también incluye el modo de presentarse.