Aunque llevaba días encomendando a Dios las vidas de los tripulantes del submarino perdido hoy, cuando las horas parecen haberse agotado o están a punto de hacerlo quiero pedir a mis lectores que en la misa dominical encomienden a Dios sus vidas, si el milagro fuera todavía posible o que les reciba amoroso en su gloria
Estoy seguro de que muchos, es posible que todos, Argentina es un país de raíces católicas, en esos días angustiosos que les ha tocado vivir, se encomendaron a Él. Creo que deseo, de no llegar el milagro, que un accidente del buque haya acabado en breves momentos con sus vidas pues todo ese tiempo sin esperanza tuvo que ser horroroso.
Me gustaría que nuestros obispos, tan atentos en no pocas ocasiones a nimiedades, hubieran mandado oraciones en las misas de hoy por esos hermanos. Si no fue así cualquier sacerdote puede encomendarlos públicamente en las preces y todos los fieles hacerlo privadamente. Ejerzamos el maravilloso dogma de la comunión de los santos. Hoy, todos con ellos. Vivos o muertos.
Cuando la pena nos alcanza
por un hermano perdido
cuando el adiós dolorido
busca en la Fe su esperanza.
En Tu palabra confiamos
con la certeza que Tú
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz
Lo más probable es que hubiesen muerto aplastados por lo que dicen que fue una explosión (que probablemente fuera una implosión) en propio día de su último contacto. En algún sitio he leído que habían comunicado que recibieron agua por el snorkel (un sistema de ventilación que cuenta con una válvula que debe de impedir el paso del agua de fuera hacia dentro). Si recibieron la suficiente como para no poderla achicar, el soplado de emergencia de sus tanques de agua no le habría permitido alcanzar superficie, iniciando acto seguido un descenso descontrolado que al traspasar la cota de lo 400 ó 500 metros habría producido la implosión de la nave. Dicen también que el lugar del accidente da cotas submarinas de 3.000 metros, de modo que encontrar el pecio se encontrará, pero recuperar los cuerpos es muy improbable.
Que su patrona, Stella Maris y la de nuestra Arma Submarina, N. S. del Pilar, les haya recogido bajo su manto.
Como argentino le agradezco de todo corazón al Blogger por esta entrada. #UnaOraciónPorLos44