La Santa Sede publica hoy el reconocimiento de un milagro de la que fue superiora de las Hermanas de la Cruz, beatificada hace muy poco. Por lo que parece inmediata su canonización. Me alegra muchísimo la noticia. En el siglo María Isabel Salvat, una tía de mi mujer que afortunadamente vive y muy lúcida, la conoció y trató en su juventud, murió en 1998 y en 2010 fue beatificada, sin atajos de ningún tipo. Cinco años después se ha reconocido por la Iglesia un segundo milagro que la elevará en breve a la categoría de santa. Es posible que sea la santa más cercana a nosotros en el tiempo. Si algo tendrá el agua cuando la bendicen algo muy especial hay en las hermanitas de la Cruz cuando ya tienen, la segunda está a punto de conseguirlo, dos santas en los altares. ¡Y vaya santas! Esta llevaba hábito, el de Sor Ángela. Y se resistió a cambiarlo. Hoy siguen las hermanitas con el mismo. Veneradas por tantos. Reconocidas por todos. ¿Es manía de quien suscribe? Tal vez. Pero a la que van a canonizar llevó hábito. Hasta su santa muerte. Y el signo externo, más otras cosas pero el signo ahí está, le ha llevado a la santidad.
Reconocido un milagro de la Beata María de la Purísima, Hermanita de la Cruz
| 06 mayo, 2015
Una Hermana de la Cruz cuenta las humillaciones que debieron sufrir cuando asistían a clases de teología: “Llegábamos a clase con nuestra carpeta azul de cartón, con nuestros zapatos desgastados, con nuestro gran paraguas con algún roto. Mientras buscábamos un asiento, sentíamos las miradas de desaprobación de algunas religiosas que susurraban: “Ya han llegado las del Viejo Testamento”. Yo me sentía mal y la miraba a ella que, sin embargo, permanecía sonriente y serena ante estos comentarios”.
Como Superiora General visitaba cada tres años sus casas, escuchando con atención e interés a todas sus Hermanas, animándolas a ser fieles al espíritu de la Fundadora. De esta forma infundió en ellas una sólida formación doctrinal y espiritual, en tiempos en los que parecía debilitarse la fidelidad a la Iglesia. A propósito de esto, una Hermana testifica: “Fue un periodo en el que en la vida religiosa se respiraba una gran corriente de cambio y en el que casi todas las congregaciones cambiaron no sólo el hábito, sino incluso el carisma de la congregación. Ella, sin embargo, se mantuvo en afirmar que a nosotras nada nos impedía continuar vistiendo como en tiempos de nuestra Santa Fundadora y en confirmar nuestra fisonomía, afianzando con fuerza nuestro carisma para no alejarnos del que nuestra Santa Madre quería que fuese el de nuestro Instituto. Esto lo defendió, luchó por esto y lo consiguió, a pesar de las sonrisas irónicas de otros Institutos Religiosos y de sacerdotes que nos ridiculizaban”
Ahora mismo, estimado blogger, tiene usted en el frontispicio de este nido mis dos debilidades : las hijas de Santa Juana Jugan y las de Santa Ángela de la Cruz. Tanto quisiera decir de estas mujeres que no terminaría. Bendito sea Dios por las Hermanitas de los Pobres y por las Hermanas de la Cruz.
JUNTO A TANTAS DOLOROSAS
TAN GUAPAS E INDESCRIPTIBLES,
EN SEVILLA SON VISIBLES
OTRAS MUJERES HERMOSAS:
RECIAS,POBRES,CANDOROSAS;
INCANSABLES Y SENSIBLES;
PURÍSIMAS E IMBATIBLES;
ALEGRES…;¡MARAVILLOSAS!…
LA GIRALDA CUSTODIADA
POR SANTAS JUSTA Y RUFINA,
SE MUESTRA POR TUS ERMITAS;
MAS HOY,MI SEVILLA AMADA,
DE TU TORE-EN CADA ESQUINA-,
¡YO PONGO UN PAR DE «ANGELITAS»!
Debe ser manías que algunos tenemos. Cuando mi papá estaba agonizando lógicamente llamamos al sacerdote. Estaba internado en la clínica. Sus hermanas se encargaron de llamarlo. Como demoraba yo pregunté «llegó el sacerdote?» y mis tías me dicen «ya llegó», «¿dónde está?» pregunté, pues resulta que lo tenía al frente mío, a medio metro de distancia y yo ni cuenta me daba porque estaba vestido con camisa «guayabera», pantalón corto, y sandalias franciscanas (era verano), eso sí una cruz en el pecho. Soy sincera y digo la verdad que sentí una mezcla de tristeza y decepción. Mi padre murió con el último sacramento y se lo agradezco pero el recuerdo de la tristeza que sentí al verlo vestido como una persona más me lo llevaré a la tumba.