Rechazan a Francisco los que eran sus entusiastas

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Pues evidentemente no es mi problema.

Ni lo lamento nada,

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Todos son de quintas parecidas. Este solo tiene 89 años.

https://www.atrio.org/2024/10/esperamos-pedimos/

 

 

Comentarios
5 comentarios en “Rechazan a Francisco los que eran sus entusiastas
  1. hasta los progresaurios le están dando palos al porteño bergoglio. mas que merecido! al final los progresaurios no pagan a traidores como bergoglio.

  2. Benedicto XVI era un intelectual de primerísimo orden y, como todos los intelectuales, absolutamente incapaz de enfrentarse a los problemas reales. Esto sirve para él y para los que confunden tener un papa sabio con tener un papa con autoridad bien entendida (un pontífice no puede ser un «buenazo» al que se toman los demás a chirigota ni un «tirano» que se pasa las normas por aquel sitio; entre Benedicto XVI y ese ñor de Roma, ¿no había nadie que no pecara ni de bondad ni de tiranía?).

  3. Si por algo pasará a la historia el pontificado de Francisco es por el enorme debilitamiento de la autoridad papal. Ya estaba debilitándose durante la aciaga etapa Benedicto XVI (no dejemos que el cariño y el respeto que nos inspira su figura humana y religiosa nos ciegue a esta realidad) y él ha sido incapaz de revertir esta tendencia. ¿Pruebas? La creciente indiferencia que despiertan los viajes papales (que antes eran siempre grandes acontecimientos), el nulo caso que se hace a los documentos papales (antes se los criticaba abiertamente, de un lado o de otro, ahora directamente se los ignora), el enfrentamiento nada disimulado con algunas conferencias episcopales (antes también los había pero se disimulaban), la creciente dificultad para encontrar sacerdotes que quieran ser obispos, la creciente dificultad para encontrar a gente que quiera trabajar en el Vaticano, el desplome de los donativos… En Roma han cometido el error que el problema estaba en la Curia, pero no… el problema está en el Papado (no solo en el Papa actual sino en cualquier otro), y mientras el Papado no se reforme radicalmente no hay nada que hacer y su autoridad seguirá debilitándose. Algo que nunca es bueno. Porque cuanto más débil es el Papado, más débiles son los episcopados locales, y cuanto más débiles sean los episcopados locales, más débil es el clero parroquial.

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