Es ya la número 39 y como todas las anteriores de atención obligada.
Comienza con las instrucciones de Francisco a los confesores de San Pedro. Con muchas cosas evidentes y alguna que es una verdadera sorpresa. Por contraria a lo que siempre enseñó la Iglesia. Nunca se puede negar la absolución. ¿Ni al ladrón que tiene clara intención de no restituir pudiendo hacerlo? ¿Ni al Raptor que no piensa liberar a la persona raptada y que seguirá violándola? Una cosa, muy plausible, es no convertir el confesonario en una cámara de tortura y otra cargarte el sacramento.
La encíclica le ha gustado. Sin extraordinarios entusiasmos. Ha valorado las reservas a los vacíos de la teolgía posconciliar, el aliento a las prácticas piadosas…
Los recortes a los sueldos de los cardenales Es una medida sin sentido que no resuelve nada, Akhorrar 500.000 euros en un dñeficit anual de 100 millones no es ni el chocolate del loro. En lo que hay que ocuparse es en el gravísimo problema de atajar la disminución de los ingresos de la Igkesia cuando dicen que aumentan los católicos y no en la minucia de reducir en 500 euros mensuales el sueldo de los cardenales.
El Sínodo que concluye hoy no ha agradado ni a conservadores ni a progresistas que mas bien lo han considerado una tomadura de pelo que no ha interesado a nadie, La mayor prueba de ese desinterés es que la clausura se va a celebrar en el interior de la basílica ante el convencimiento del imenso vacío que tendría lugar de celebrarse en la Plaza. Y para esto tanta murga con la sinodalidad.
El diaconado femenino supuso una decepción total del progresismo al descartarse como tema del Sínodo.
Las estadísticas de la Iglesia son muy preocupantes y las de las religiosas ya una tragedia. En 25 años se han perdido 250.000. Los católicos aumentas mientras disminuyen los bauiuzos. ¿Me lo explican, please?
Muy dudososm siendo benévolos, los resultados del acuerdo con China.
El cardenal Brandmüller muy critico con las Conferencias Episcopales.
Y cierra con su nuevo perro que parece muy simpático. Me alegro por ambos: Guadalix y el perro.
En la Iglesia pasa que la crisis lo sacude todo: todo está en veremos, todo está en proceso de cambio sin saber bien para dónde se dirige el cambio, el rumor de la túrmix no ha cesado porque está en pleno clímax, lo del Sínodo suena como el primer grito de Rodrigo de Triana, las carabelas todavía son balumbas de trapos y palos que no saben bien hacia dónde se dirigen… El timonel y pocos más parecen saber bien hacia donde nos dirigimos y hacia dónde estaría el rumbo mas bonancible y recto hacia una transformación necesaria pero que casi nadie está dispuesto a emprender. La Religión sigue matando el Evangelio y aunque este no muera sigue reducido a una expresión mínima de la que se oyen algunos ecos en la misa dominical. Después de dos mil años todavía no somos capaces de convencer a casi nadie con nuestro testimonio cristiano porque este, a pesar de los esfuerzos de algún que otro papa y algún que otro jerarca, ni se ve, ni se vive, ni a nadie convence. El Sínodo es un buen intento, pero solo el comienzo de un cambio que, si los críticos son tan cerrados como se echa de ver aquí y allá, no se producirá tal vez nunca.
El Nósido de la Nosidalidad es una maniobra para acabar con la Iglesia desde dentro. Eso sí, con mucha ciribicundia y bastante morfandolio. En vez de perder el tiempo con majaderías, la Iglesia debería predicar el Evangelio, que para eso se le paga. Y ya que hablan tanto de ahorrar, que supriman los innecesarios viajes papales, que solo sirven para hacerse fotos. La evangelización compete a los curas, a los consagrados y a la jerarquía. El pontífice sólo tiene que confirmar en la fe, no decir ambigüedades que acaban con los nervios de cualquiera, dejarse de tanta encíclica y tanto documento innecesario y rodearse de buenos colaboradores para poder nombrar prelados adecuados y no mindundis que no saben de la misa la media. Y me callo lo que pienso de las absoluciones; es decir, aplicando su lógica, si un sicópata ha matado a alguien, pero no tiene intención de dejar de matar, hay que absolverlo; ¿dónde queda aquello de «a quienes les retengáis los pecados, les quedan retenidos»? ¿Eso ya no está en la Biblia? A lo mejor lo soñé. En mis tiempos estaba. Desde que San Pablo se ha quedado antiguo…A ver si era un «machirulo heteropatriarcal».
Buenos días Don Juan Manuel
Según usted:
El Sínodo: es una maniobra maquivélica para acabar con la Iglesia.
Los viajes papales: innecesarios, solo sirven para hacerse fotos y para gastar absurdamente dinero.
El Papa dice ambigüedades, pierde el tiempo con majaderías , nombra prelados inútiles, tiene pésimos colaboradores y usted por prudencia se calla sobre lo que Francisco ha dicho sobre la confesión (pero se intuye que usted opina que son enormes disparates lo que el PAPA ha dicho sobre ese Sacramento) . Las encíclicas y documentos: innecesarios.
Opina usted, por si fuera poco todo lo anterior, que alomejor alguien en Roma opina que San Pablo era un » un machi… hetero …. »
El paso siguiente que podría usted dar y que, tal como usted se expresa no me extrañaría, es que se separa usted de la Iglesia y que solo acepta lo que digan el Arzobispo excomulgado Carlo Maria Viganò y el Cardenal Müller
Don Juan Manuel: Algo bueno habrá en Roma ¿o solamente cosas negativas?
No puedo imaginarme al Santo Cura de Ars diciendo nada similar a lo que usted dice; aunque supongo que no todo lo que hicieran sus superiores a San Juan María Vianney le parecería simpre perfecto e inmejorable.
«La Iglesia católica deja «abierta» la cuestión de la ordenación de las mujeres»
«El documento del sínodo abre las puertas a una posible orenación [sic] de mujeres como diáconos, pero no habla de sacerdotes»
https://www.elmundo.es/internacional/2024/10/27/671d7b43fc6c833b018b4585.html