| 23 octubre, 2023
Y no se les cae la cara de vergüenza.
https://www.infocatolica.com/blog/cura.php/2310230853-agridulce-sabor-de-la-nueva-p
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Y no se les cae la cara de vergüenza.
https://www.infocatolica.com/blog/cura.php/2310230853-agridulce-sabor-de-la-nueva-p
pues a pesar de todo, los porristas del porteño bergoglio, como el mitómano jose manuel vidal entre otros, seguirán proclamando con bombos y platillos que estamos viviendo la gran primavera bergogliana.
Ahora que, según el INE, se ha puesto de moda el nombre de Vera entre las niñas españolas, habrá más de uno que tenga una prima Vera (porque por la otra primavera, la eclesial, pueden esperar sentados).
Gracias, P. Jorge, por su perseverancia. Yo creo y mucho que los cimientos de esa primavera están en las personas que rezan y viven con coherencia su fe, la FE DE CRISTO. Hay que tener fe para tener FE
¿Por qué la vida de San Juan Pablo II y Benedicto XVI son un ejemplo y la de Francisco I el […] una advertencia?
Nada nuevo, es el espíritu del VII y así se proclama, son sus claras consecuencias, cuanto cómplice atontado o no, tendría que dar cuentas de sus responsabilidad en todo esto (confio en la justicia), porque arreglo no creo que exista, si para Dios, pero no creo que para esto fundase su Iglesia, para ser traicionado.
Hace ya muchos años que el Concilio Vaticano II se clausuró y todavía seguimos echándole la culpa de los males de la Iglesia. Desde Pablo VI se han sucedido ya 3 pontificados, sin contar el brevísimo de Juan Pablo I. Tiempo han tenido de rectificar el rumbo si era equivocado pero no se ha hecho por ninguno de los tres. ¿Los tres se han equivocado? En mi humilde opinión la secularización de la sociedad tiene más causas que ese Concilio y si no queremos verlo es que somos bastante torpes.
es muy simplista sostener que los males actuales de la iglesia sean culpa del concilio vaticano ii o de la secularización, por ende lo mas acertado seria afirmar que tanto el concilio vaticano ii como la secularización han contribuido, cada uno a su manera, a los males actuales de la iglesia misma.