Pues otro torpedo de Wanderer

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La intención evidentemente no es benévola con el torpedeado. Pero las benevolencias son las que cada cual quiere. Lo importante es si la malevolencias tienen fundamento o no. ¿En el caso presente la tiene?

Y ahora que no vengan los buenistas gilipollas a decirnos desde su caos mental que la malevolencia no es cristiana. Como si Cristo hubiera sido benevolente con los mercaderes del templo, los fariseos, los que escandalizan a los niños, los sepulcros blanqueados… Yo no recuerdo haber pedido para nadie que le ataran una piedra de molino al cuello y lo arrojaran al mar. Pero… ¿les suena?

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Lean, si quieren, el artículo de Wanderer y saquen después, también si quieren, sus propias conclusiones. Acertadas o no. Eso ya es  cosa suya. No soy yo quien para juzgar… Menuda estupidez. Estoy absolutamente capacitado por genética  para juzgar. Eso es lo que me hace hombre y no lagarto o geranio. Otra cosa es que juzgue bien o mal. También le puede ocurrir a quien dice, mentirosamente, que no es nadie para juzgar y se pasa juzgando todo el día, en una de las declaraciones más hipócritas que jamás he escuchado.

Pues hay quienes no son benevolentes con él. Yo me limito a dejar constancia de ello. El juicio es particular. Cada lector tendrá el suyo. Allá él.

http://caminante-wanderer.blogspot.com/2018/09/autocanonizacion.html

 

Comentarios
2 comentarios en “Pues otro torpedo de Wanderer
  1. Lo del quién soy yo para juzgar es una gilipollez inconmensurable.Tiene narices, por no decir otra cosa, que un pontífice alcance tal grado de estulticia.La Iglesia lleva dos mil años juzgando.La Biblia emite juicios, y muy duros, una página sí y otra también; el Catecismo es, en realidad, un código penal de pecados; el Código de Derecho Canónico expone cientos de sanciones.Y, sabido esto, viene un señor con menos luces que un apagón diciendo que él no juzga: ni falta que hace.Dada su estolidez, casi mejor que no juzgue, que no haga nada y que se retire a una cartuja.

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