Prólogo
Centinela, ¿qué hay de la noche? De esta noche que va durando tanto y amenaza irse espesando hacia una cerrazón total, con la Agenda 2030. El centinela nos canta en esa noche que, en menos de Diez años, se cumplen los 2000 años de la obra del Hijo.
Con esa consigna, el padre Christian Viña nos ofrece un “parte” noticioso, periodístico, de su vela nocturna. Centinela y sereno, como los antiguos serenos de las ciudades hispánicas que pasaban gritando: “las doce y media y garuando”.
Sí. El padre Christian nos relata hechos luminosos que ha ido encontrando en sus velas de soldado de guardia, de sereno y vigilante de los barrios del mundo, y en particular de su amada patria Argentina.
Sí, noche de vela en que se escucha la voz del Verbo. O como dice San Ignacio de Antioquía: misterios sonoros con que Dios entona sus himnos de gracia. El padre Christian en su recorrida nocturna va iluminando con almas luminosas; faroles donde arde el aceite de las gracias del Espíritu Santo. Vidas que arden e iluminan la noche de “la ciudad antagónica a la ciudad de Dios”. Pero sobrevolada por estrellas que Dios ordena en constelaciones.
Nuestro querido hermano en el ministerio sacerdotal, sabe ordenar vidas luminosas en medio de la noche, desde su observatorio astronómico de las almas estelares que nos guiñan rutas de santidad y gracia. Y sabe ponerle nombre a estrellas y constelaciones de almas guiadas por Dios.
Los que duermen en la noche de la rebeldía maldicen en vano esas luces, que Dios va encendiendo como estrellas y orientan, con su brillo ejemplar a los que viajamos por la vida, a los que aprendemos del padre Christian nombres de estrellas y constelaciones, que el Espíritu Santo conduce en el silencio de las noches en que obra Dios, de la que nos hablan las Sagradas Escrituras: la del “hágase la luz”, la del “cuenta si puedes las estrellas”, la de “deja salir a mi pueblo”, y “las noches del Mesías Jesucristo”, desde la de su Nacimiento hasta la del grito en la Cruz, en la noche que adivino a mediodía.
Desde su atalaya de Cambaceres, y las localidades en que viva o se halle, este libro es una constelación de encuentro con vidas estelares, con mirada de pastor de rebaño, de vidas ocultas con Cristo, en Dios. Este libro merece pues el nombre de Constelación. Constelación de almas luminosas que, como la Cruz del Sur, o la de Orión, guían a los que navegamos en estas aguas peligrosas, de bancos de arena y escollos.
Es por fin, una obra de denuncia. Denuncia de la noche de las ideologías, que no son otra cosa que delirios esquizofrénicos. Esos delirios paranoicos que destruyen las realidades a las que consideran enemigas de su delirio; que es diabólico intento de crear fantasmas antagónicos de las obras de Dios. Revolucionarios que odian la realidad y la destruyen, porque no coincide con su delirio y se sienten perseguidos y amenazados por el orden creado, y la presencia de seres virtuosos. Los delirios de un Robespierre o de un Marx o un Lenín, pero también de un Descartes o un Kant, o del Rodia que pinta Dostoievsky en “Crimen y Castigo”. Son los fieles vasallos de la falsedad en su guerra a la verdad.
Muchas gracias, padre Christian; y mi saludo desde el Uruguay a ti, lector, que comienzas la lectura.
Padre Horacio Bojorge, SJ.
Montevideo, martes 19 de marzo de 2024.
Solemnidad del Glorioso Patriarca San José.
¿Cómo se llama el libro del Padre Christian?.