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«¿Por qué los argentinos odian a Messi y al Papa?»

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Es un titular de El Mundo. Periódico nada sospechoso de integrismo.

Y el artículo tampoco es favorable a Francisco.

https://www.elmundo.es/papel/lideres/2019/06/15/5d0385fbfdddffe5a98b45a1.html

Todo hace suponer que los último años del Papa van a resultarle muy dolorosos.

Comentarios
15 comentarios en “«¿Por qué los argentinos odian a Messi y al Papa?»
  1. No sé si odio es la palabra correcta. Pero en Argentina, desde las presidencias de los Kirchner, existe una división bastante grande entre peronistas y no peronistas. Sabemos que este partido es de izquierda. Entonces, si Francisco da a entender que prefiere a los Kirchner y no al presidente actual (más de derecha, pero tan perverso como los otros, aunque con otro estilo), la gente siente antipatía y enojo por esa posición del Papa, que no es la de sus antecesores. Acá al Episcopado, que no es ni frío ni caliente, los católicos no le tenemos confianza. Imagínense los no católicos.

  2. en el artìculo de El Mundo hay dos errores graves:
    1. El peronismo es anticristiano: quemaron casi todas las Iglesias de Buenos Aires, incluida la de San Miguel de los jesuitas.
    2. Bergoglio nunca ha sido de derecha, siempre de izquierda

    1. Yo creo que lo malo no es tanto de ser de derecha o de izquierda, sino, de ultraderecha y ultraizquierda.
      Los fundamentalistas del pensamiento que o piensas asì, o te va mal. El respeto en la forma de pensar es escencial, Ni me gusta pensar en una Iglesia donde llevaban al Papa recargado de ropaje, hacièndolo sufrir enormemente, , pero tampoco una Iglesia donde cada quièn hace lo que le venga en gana, pues Dios es muy misericordioso. Ademàs un Papa no debe tener tendencias ideològicas, su pensamiento debe ser de linea recta, ni un lado ni otro, el fin es Cristo no el mundo, y Cristo estaba en medio de dos ladrones, uno a su derecha ,otro a su izquierda. La cuestiòn es ver cual ladròn somos nosotros.

      1. pues bergoglio ha demostrado de forma descarada que es un izquierdista radical, solo hay que leer su retórica llena de frases trilladas de la izquierda radical latinoamericana y ver las expresiones de descarada simpatía que bergoglio expresa a la chusma de dirigentes izquierdistas que lo visitan en el vaticano.

  3. Los últimos años de Francisco Bergoglio, para el, como han dicho ya algunos compañeros comentaristas, no serán en absoluto de tristeza, sino todo lo contrario: de gozo y alegría del deber cumplido, de haber dejado a la Iglesia malherida, humillada, desorientada y camino del precipicio. No es por dármelas de nada, pero los que me tratan, saben que es cierto: Cuando le vi aparecer por primera vez en la logia de San Pedro, yo no dije «Este es el nuevo Papa» , sino «Pero esto qué es». Y recalco lo de «esto». El tiempo me ha dado, desgraciadamente la razón. Bien es verdad que los primeros gestos suyos, me hacían pensar en un hombre humilde, pero poco después, adiviné un lobo rapaz disfrazado de piel de ovejita. Ahora ya, mucha gente traga con las cosas de este hombre, y ya lo ven, como se ponen algunos, cuando se dicen las verdades del barquero y lo que es evidente y cierto. Es un buen flautista de Hamelin, con la diferencia que ha ido perdiendo ratas por el camino. Así son las cosas. Ojalá llegue al río, sólo.

  4. En Aragon el Peronismo lo llamamos PARonismo. Es lo mismo, sólo que con el cachirulo bien apretado, supurando las meninges. Arturicooooo.

  5. A Messi no lo sé pero a Bergoglio seguramente le detestan porque con su contradictoria verborrea populista y su escaso nivel intelectual está dejando a su país a la altura del betún ….Solo lo remediaria, un poco, si fuera consciente de su fracaso y se fuera a rezar y meditar a un solitario monasterio ,pero mucho me temo q eso , el Narciso del Vaticano no lo harå.Morirå destruyendo a su iglesia

  6. Los últimos años de Bergoglio no le van a resultar dolorosos a él en absoluto. Porque disfruta haciendo daño. A quienes les están resultando dolorosos es a los valientes y fieles seguidores de las enseñanzas de Jesucristo…

  7. Yo no sabía lo que era tener poca simpatía ni empatía por un Papa hasta que llegó Bergoglio, y es que tiene un decfecto, no solo es su agrado por todo lo que sea izquierdas y los dogmas del mundo agnóstico predominantes, lo peor es que gusta de alardear de que piensa de esa manera, al igual que su idea de una Iglesia modernista, ecléctica, desnaturalizada, que pueda recibir beneplácitos y alabanzas por parte del mundo y de sus medios de comunicación. En tiempos de Jesucristo habría sido gran amigo de los filisteos y de todos los pueblos paganos enemigos de Israel, habría realizado grades acuerdos de amistad y de unión de sus respectivas religiones, pues en su opinión, todos creen en mismo Dios, incluso les habría invitado a ir para residir todos ellos en Jerusalén y Israel, asegurando que eso enriquece al pueblo de Dios.

  8. Entiendo que al Richelieu de La Plata le divierta afrentar a España eligiendo a un separatista para arzobispo de Tarragona. Pero hay que tenerle muy poca ternura al país que te vio nacer entronizando en sus templos como mártir a un agitador del terrorismo comunista.

    1. Parece que, en el caso de Tarragona, el Papa se ha limitado a refrendar lo que decidieron varios clérigos españoles de su confianza.

  9. hay que recordar que en argentina bergoglio siendo cardenal era bastante impopular por su particular manera de ser. tenia mas enemigos que amigos dentro de la iglesia argentina. ahora como papa bergoglio es un fusible quemado, y eso es más que evidente, que ya no despierta el mismo entusiasmo de 2013-2014, ni siquiera odio, sino sólo apatía e indiferencia. sin embargo bergoglio puede terminar provocando el odio eclesial si como un kamikaze cualquiera decide inmolarse a sí mismo junto con la iglesia.

  10. Ojalá la situación le lleve a tener un momento de lucidez y sensatez y se vaya de una vez Aunque lo haga pensando en él Pero indirectamente le ahorrará también a la Iglesia más daño Visto lo visto, la anomalía que supondría tener 2 papas eméritos sería un mal menor en comparación con el caos actual.

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