PERSECUCIÓN EN NIGERIA
Hace poco publiqué aquí una nota acerca de las aristas más salientes de las persecuciones que hoy sufren los cristianos en muchos lugares del mundo, pero omití el caso de Nigeria, porque en el campo carecía de un elemento clave, que ahora tengo a la vista: un artículo que escribí junto con Julio A. Barberis en 1969 en la revista Iustitia de la Corporación de Abogados Católicos, entonces en manos mucho mejores que las actuales, ignorantes, prepotentes y soberbias.
El escrito se titula: “Biafra, un caso de genocidio” y tiene un elocuente capitel de Julio Gram, escrito en el Méjico cristero que dice: “Levanta tus ojos y mira a tu alrededor. Examina el Oriente y el Ocaso, escudriña el Mediodía y el Septentrión… Y donde quieras descubras que un pueblo o una raza, o una casta o una tribu, agoniza en el tormento, vuela hasta allí y revela a las víctimas, el dogma sagrado de las resistencias heroicas”. Aclaro que Gram es el seudónimo del sacerdote mejicano David Ramírez, autor de “Héctor”, libro a través del cual hizo conocer al mundo la epopeya cristera.
Allí escribimos que Nigeria, el vasto país africano entonces asolado por la guerra y hoy por la persecución de los cristianos, tenía entonces 50 millones de habitantes pertenecientes a 250 grupos étnicos distintos. Los más importantes son los hausas, musulmanes, los yorubas y los ibos, entre quienes predomina el cristianismo.
Los ibos ocupan la parte sudoriental del país, la más rica en carbón, petróleo, caucho y cacao.
En 1944, Gran Bretaña que ejercía el poder colonial, decidió crear Nigeria, unificándolo artificialmente al país, como en Europa se inventó Yugoeslavia, la cual, por suerte, estalló después de la muerte del infame Tito.
Entonces, la región meridional, abierta a un sano progreso, avanzó mucho más que el norte, donde la religión musulmana mantenía a los hausas al margen del desarrollo tecnológico y cultural.
En 1960, los ingleses abandonan presurosos su antigua colonia y Nigeria nace, sin estar preparada a la vida independiente. Antes, el poder colonial había podido contener los gérmenes de la disgregación, pero, en adelante, las rivalidades étnicas, someterían al país en guerras y matanzas.
En una nota del artículo, aparece la referencia a un excelente informe sobre Nigeria y Biafra publicado por la revista “Universitas” n°8, Buenos Aires, diciembre de 1968.
La misma que fue durante muchos años órgano de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires y al dejar de existir, los ejemplares que quedaban, fueron quemados. El anticipo del genial Bradbury se hizo realidad por obra de mon Guillermo Blanco, como una forma de canalizar su resentimiento y odio contra el director y gran decano, Santiago de Estrada.
Ese sujeto se creía dueño y no lo que era un simple administrador de bienes comunes. Es el mismo, que quiso quedarse con la biblioteca personal de monseñor Derisi y que tuvo que devolverla, ante la amenaza que hice como notario a pedido del exrector. Acto forzado de restitución, sin ningún mérito moral. Agrego que después del decanato de Estrada comenzó la decadencia de la Facultad de Derecho, que no se detiene.
De vuelta a Nigeria: en 1963 los musulmanes ganan las elecciones y los ibos son expulsados de los cargos públicos y privados de derechos adquiridos. En 1966 es asesinado el primer ministro Balewa, el general Ironsi toma el poder y designa a naturales de las tres regiones para ocupar los cargos públicos. Pero muy poco después comienza el baño de sangre. El 29 de mayo de ese año son degollados tres mil ibos e Ironsi paga con su vida sus intentos. Poco después, en cuatro días son masacrados treinta mil ibos y un periodista se encuentra con un hausa que grita con referencia a la masacre: “¡Nosotros hemos matado 250 aquí! ¡Por la voluntad de Alá!”, o sea el dios misericordioso de los fanáticos musulmanes.
Huyendo de la matanza, los ibos se refugian en Biafra y 14 millones de seres humanos se amontonan en 75.000 km2. El gobierno central rechaza el pedido de participación financiera que le corresponde a la provincia. Y hartos, los ibos proclaman la independencia de Biafra. La guerra desigual ha comenzado.
Es interesante para comparar el cuadro que trae la GER del Anuario Pontificio de
Rusia, Inglaterra y Egipto apoyan al gobierno central y sus aviones bombardean hospitales, escuelas y mercados, operando solo de día. En 1968 un informe de Caritas señala que las víctimas suman más de un millón en seis meses de ese año. Un verdadero genocidio, ante el cual la Argentina guardó un silencio cómplice.
Es interesante para comparar el cuadro que trae la GER del Anuario Pontificio de 1973, de tres arquidiócesis: Kaduna, (Norte) población 7.900.000, católicos: 60.000; Lagos, (Centro), población: 2.965.000, católicos: 85.100; Onisha, (Sur), población: 1.291.000, católicos: 430.000 para ver las diferencias.
Hoy, el mundo asiste con horror a la tragedia de Gaza, en la cual, como afirma el párroco Gabriel Romanelli, I.V.E., existen 41.000 muertos de los cuales 16.000 son niños; en su iglesia murieron 43 fieles. Falta de todo, hasta el agua potable.
Según el párroco lo peor es la falta de remedios hasta para la hipertensión y la diabetes y agrega: “para cáncer ni hablar. Así que aquél que se enferma de algo considerable, ya tiene la condena”.
Pero ellos siguen en la lucha. Junto a Romanelli, se encuentra su segundo, el sacerdote egipcio Yussuf, el padre Carlos Ferrero, superior del I.V.E., en Medio Oriente, dos servidoras del Señor y la Virgen de Matará, una argentina y otra peruana; para pensar: estos sacerdotes y estas servidoras pueden vivir en Gaza pero tienen prohibido hacerlo en Buenos Aires, bajo gobierno perverso de un arzobispo cuervo tanguero.
De vuelta a Nigeria, la Iglesia y los cristianos llevan décadas de persecuciones. En la actualidad el país tiene 200 millones de habitantes y los cristianos padecen una terrible persecución sobre todo en el Norte del país bajo la tiranía de los musulmanes de Boko Harem, que se puede traducir como “la educación occidental es un pecado”.
A pesar de los ataques, masacres, incendios, la Iglesia crece, los seminarios rebosan, los sacerdotes se multiplican, las conversiones son numerosas, incluso en el Norte. Son un ejemplo para nosotros.
Buenos Aires, noviembre 16 de 2024. Bernardino Montejano
JLuis por tener la misericordia (esa si es misericordia) de rezar por nuestros hermanos perseguidos.Yo rezo, después del rosario un Padrenuestro por CADA UNO DE LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS Y ENCARCELADOS. Me uniré ahora más por ellos.En comunión !
Mi granito de arena, desde hace unos cinco años, es que en mi rezo de rosario diario, pido «por la Iglesia perseguida, en particular en Méjico, Nicaragua, Nigeria, Níger, RD Congo, Cabo Delgado, Tigray, Siria, Afganistán, Pakistán, China e India»