| 18 diciembre, 2021
Y feliz con la marcha de Munilla. Que ya le sumerge en lo peor.
Se llama Jesús Martínez Gordo, y tanto, y leo que ya es emérito en la Facultad Teológica de Vitoria. Por lo que debe haber cumplido ya los 70 años. Aunque ignoro los que tiene. Igual algún lector nos ilustra.
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Pues lo tuyo, por Gordo que seas, se muere. Ya ves lo que has reunido, lo acabo de publicar, para celebrar la marcha de Munilla. Los que ya os habéis ido sois vosotros. No tenéis a nadie detrás.
Ser progre es la forma más segura en convertirse, con el paso del tiempo, no en clásico, sino en antiguo.
jesús martínez gordo, oro progresaurio que dentro de 15 a 20 años colgara los tenis.
Monseñor Munilla, fue un seminarista ejemplar, un sacerdote y un obispo ejemplar.
Muchos de los que escriben y hablan contra el, son fruto del ser estéril. Son los últimos de un ser progreso estéril, sin fruto, carentes de futuro.
Cuando «ladran», es señal de envidia y celos.
Seguir orando por monseñor Munilla, para que Dios como Padre bueno, nunca le deje de su mano.
Ánimo, no pierda la Esperanza y la Ilusión, señor obispo.
Leo que unos critican a Munilla y otros lo alaban, sin embargo, no he logrado comprender lo que ha tenido de bueno y de malo. Me gustaría que me lo explicaseis en pocas palabras.
No he encontrado pistas en internet sobre su edad. He visto que ha publicado varios libros y muchos artículos radicalmente «progres» contra Burke, en favor del sacerdocio femenino, contra el capitalismo…es decir, un «progre de libro».
Yo diría que en vez de cura parece el castañero de cualquier ciudad de España. Patético
Munilla es de lejos uno de los mejores obispos de España, y puede decir con don Quijote, «Ladran, Sancho, luego cabalgamos». Y estos efectivamente ladran.
Apenas ha juntado el tal Gordo a un grupo de vejestorios en San Sebastián, que se presentan como los cristianos «sinodales» de Guipúzcoa, después de la salida de Munilla. Resulta patético comprobar en las fotos que han publicado Vidal & Bastante, los pocos que son y lo arrugados que están.
El contenido del libro que se muestra:
Ateos y creyentes
Qué decimos cuando decimos «Dios»
Una reflexión sobre la razonabilidad de la fe
Ha llegado la hora –dice el autor de estas páginas– de prestar atención de nuevo a la consistencia racional de la idea de Dios a partir de las pruebas científico-empíricas que se vienen alcanzando desde hace años, concretamente en la cosmología, en la biología y en la antropología modernas. Y creo que es algo que se puede hacer sin renunciar al imaginario –en mi caso, cristiano– de un Dios amor y justicia que, transparentándose en tantos millones de crucificados de todos los tiempos, es perceptible a la vez como belleza, atrayente y fascinante por sí misma.
Además, creo que he de hacerlo dialogando con los llamados «nuevos ateos», es decir, con aquellas personas que cuestionan en la actualidad la solidez argumentativa y la verdad de lo que decimos cuando decimos «Dios» tanto a la luz de las evidencias científico-empíricas como de las conclusiones a que están llegando la antropología y la filosofía modernas, e incluso apoyados en algunas aportaciones teológicas y exegéticas de los últimos decenios.
Pero profesor «emérito» es aquel que ha pasado la edad de jubilación y, por sus especiales características personales de conocimientos en su materia (es decir, es una autoridad en ella) se le permite que siga enseñando (para que los alumnos puedan seguir disfrutando la enseñanza de una autoridad en sus estudios)
Po tanto, si este señor sigue enseñando (sus equivocaciones), alguien se lo ha permitido y lo sigue permitiendo.
Es decir, está siendo premiado públicamente por alguien.
Si. No se equivoca. Es él el impulsor aquiy en Gipuzkoa.