Paracuellos es la mayor fosa común de mártires españoles. No pocos de los cuales están ya en los altares. En la pequeña ermita que se alza entre muchísimas cruces, aunque muchísimas menos de los que allí fueron asesinados, y bastantes de ellos solamente por su fe, están en sus paredes los nombres de aquellos ya beatos, que esperan bajo aquella tierra santa, santificada con su sangre derramada por quienes odiaban a Dios y a su Iglesia, y ya en los altares muchos, reconocido oficialmente por la Iglesia su martirio.
Todo en Paracuellos conmueve. La cruz pintada en la ladera del cerro, las muchísimas de las fosas comunes, los textos de no pocas de ellas, esa lista enorme, que llena las paredes, de los mártires ya beatos que allí fueron asesinados en el otoño de 1936. El obispo de Alcalá, monseñor Reig, dice que él tiene dos catedrales, la magistral y la catedral de los mártires. En todo templo católico había, al menos hasta no hace mucho, reliquias de santos. En ocasiones en monumentales relicarios y abundantísimas, en otras, la mayoría, apenas alguna en el ara del altar si se sigue manteniendo esa santa costumbre. Pues Paracuellos es un relicario inmenso allí enterrado como no creo que haya otro en el mundo. Porque en el suelo del Coliseo romano, testigo de tantos martirios, no yacen los cuerpos de los martirizados en espera de la resurrección. En aquel lugar madrileño, hoy diócesis alcalaína, bajo la cruz del cerro y de las que cubren sus fosas, hay más mártires de la Iglesia que en ningún otro lugar de la tierra. Y la blancura de las cruces palidece ante la de las túnicas blanquísimas con las que tantos comparecieron ante el Dios al que entregaban su vida y no con una declaración retórica sino con la ofrenda de la que les arrebataban. Llegaban lavados con su propia sangre y la del Cordero. Impolutos. Sin el menor pecado. A recibir el abrazo del Mártir de los Mártires. El que desde la Cruz les había señalado el camino del amor y la fidelidad.
Fue creo que más abundante el holocausto polaco de Katyn. Pero allí les mataban por ser oficiales, jefes o tal vez simples soldados de un Ejército. Católicos seguro que en su inmensa mayoría. Pero no era esa la causa de su asesinato. En Paracuellos a muchos sí. Simplemente por ser católicos, sacerdotes o seglares. Es evidente que esa no fue la causa única de tanta masacre. Habría otros motivos, la palabra no es afortunada porque nunca hay motivo para el asesinato, en no pocos de los que están reposando bajo esa tierra bendita. Pero también estoy seguro de que no pocos de esos, diría que prácticamente todos, con creencias arraigadas o tibias, fueron a la muerte impactados, y hasta reconciliados, con la última absolución colectiva que muchos de esos sacerdotes inmolados les dieron en el transporte que les llevaba a la muerte o bajo los mismos pinos en los que eran fusilados.
Durante bastantes años no existían esos mártires. Todo comenzó con las tres carmelitas asesinadas en la calles de Guadalajara después de un largo tiempo de olvido vergonzante y vergonzoso. Ya tenemos a más de mil quinientos en los altares. No sólo evidentemente de Paracuellos, porque aquella vergüenza histórica se dio en media España.
Paracuellos languidecía. Los familiares directos en grado próximo de los muertos iban desapareciendo por imperativo de la edad. Una benemérita Asociación mantenía como podía aquel recuerdo que ya casi no recordaba nadie. Y que parecía molestar a no pocos de la Iglesia. A Ureña y Catalá ni les recuerdo adversarios ni creo que lo fueran. Pero significarse mucho, o incluso apenas nada, tampoco. Monseñor Reig, el actual obispo diocesano, dio un giro espectacular. Y un domingo de noviembre de todos los años se le encuentra en su catedral de los mártires en un acto religioso que verdaderamente llega al alma.
Primero una misa concelebrada con todos los provinciales religiosos que tienen mártires en Paracuellos. La primera convocatoria fue más bien desoída. Por cumplir algo enviaron a algún religioso que les representara. A nivel más bien caquéctico. Algún provincial debió acudir a la primera llamada. Pero fueron respondiendo y últimamente su presencia es masiva y da la impresión de que con total agrado de los mismos. Quiero hacer especial mención de los agustinos de los que allí hay tantos nombres. Ambas laudatorias. Y no soy especial devoto de los actuales hijos de San Agustín.
Levantaron un hermoso monumento conmemorativo, al pie de una de la fosas, que ojalá otras órdenes y congregaciones con mártires allí sepultados quisieran imitar, y siempre es visible la presencia de tres o cuatro jóvenes con el hábito de la orden, novicios o poco más por la edad, de rasgos hispanoamericanos todos o casi todos, que participan en el acto ejemplarmente. Me parece espléndida escuela tanto de agustinismo como de eclesialidad general.
Las homilías del obispo de Alcalá, son todas excelentes, puedo dar fe de ello porque le he oído bastantes, pero en su catedral de los mártires incluso se supera. Muy buenas y muy bellas. Tras la misa se acude procesionalmente a todas las fosas y al lugar en el que eran fusilados. El obispo llevando la custodia con el Santísimo entre sus manos. En cada sitio se reza un responso y se bendice, con el Cuerpo de Cristo roto en la Cruz, la tierra bajo la que esperan la resurrección gloriosa los cuerpos rotos por las balas de aquellos que le siguieron con amor hasta el último sacrificio. Creo que me he expresado mal. No bendice la tierra, que ya estaba bendita con su sangre, sino los restos mortales allí sepultados por haber dado testimonio, hasta el final, con sus vidas, de su entrega a Dios.
Id ese día a Paracuellos. Crea adicción. Gozosa. Os la recomiendo a todos a los que por la distancia podáis acudir. Y estoy seguro de que repetiréis. Que eso llega al alma.
Es el próximo domingo, día 13, a las doce de la mañana. Quiera el Señor, Rey de los Mártires, enviarnos un día aceptable. El frío, si lo hiciere, se combate bien yendo abrigado y más si se tiene caliente el corazón. Si cayeran chuzos de punta pues a esperar al año que viene.
Omnes sancti martyres, orate pro nobis:
Sancte Stephane,
Sancte Ignati,
Sancte Polycarpe,
Sancte Iustine,
Sancte Laurenti,
Sancta Agnes…
Ut nobis parcas, te rogamus audi nos.
Ut ecclesiam tuam sanctam regere et conservare digneris, te rogamus audi nos.
Ut omnes homines ad Evangelii lumen perducere digneris, te rogamus audi nos.
Christe audi nos, Christe audi nos.
Christe exaudi nos, Christe exaudi nos.
Perdón por el cambio de tema, pero seguro que a más de uno le interesará lo siguiente. Peregrinación mariana por las calles de Lund (Suecia) en desagravio por la conmemoración / celebración de Lutero hecha por Francisco recientemente. Por el sueco padre Lindström, FSSPX:
https://www.youtube.com/watch?v=u0zCEXwVit8