| 05 marzo, 2024

PARA EL PAPA LA IDEOLOGÌA DE GÈNERO ES “EL PELIGRO MÀS FEO”
Tal es el título del artículo de Elisabetta Piqué publicado en “La Nación” diario de hace
un par de días. Calificar de “peligro más feo a un verdadero intento satánico de burlarse e
intentar destruir el orden de la Creación, prueba otra vez la falta de responsabilidad del papa
argentino.
Pero como la Argentina da para mucho, también aquí, se publica un buen libro del
trapense de Azul.
En dicho libro la “ideología de género” se presenta así: “la masculinidad y la
femineidad no están determinadas básicamente por la biología, sino por la cultura. Por lo
tanto, las diferencias entre el varón y la mujer, no son consecuencias de una naturaleza dada y
recibida, sino simples construcciones culturales hechas según papeles que cada sociedad y
cultura asigna a los sexos. En definitiva, no existen ni la mujer ni el varón “naturales y
biológicos. Esto significa que no existe un Dios creador” (p. 68).
El monje cita a Juan Pablo II al hablar de la complementariedad de los sexos: “Mujer y
varón son entre si complementarios. La femineidad realiza lo humano tanto como la
masculinidad, pero como una modulación diversa. Solo gracias a la dualidad de lo masculino y
de lo femenino, lo humano se realiza plenamente” (Carta a las mujeres 29/6/1995).
En el año 2010, un amoral llamado Mauricio Macri, apoyó el matrimonio “gay”. Se
opuso el arzobispo Bergoglio, quien recibió la adhesión del Centro de Filosofía Cristiana “por su
defensa de la legislación argentina sobre el matrimonio.
Todo esto fue considerado insuficiente por el Instituto de Filosofía Práctica que en su
declaración del 2 de marzo firmada por el recordado Orlando Gallo y por mí. En la misma
escribimos:
Un obispo, un cardenal, un centro de sabiduría cristiana, no pueden quedarse en el
orden natural ni en la defensa de la legislación argentina, olvidando los mandatos inequívocos
de la ley divina y su pedagogía, tan actual en tiempos depravados a lo cual se refiere Santo
Tomás: “a fin de que el hombre pueda saber, sin ningún género de duda lo que debe hacer y
lo que debe evitar, fue necesaria en la dirección de sus actos una norma dada por Dios, el cuál
sabemos ciertamente no puede equivocarse” (Suma Teológica, 1-2, q.91, a. 41) en “Doce años
de declaraciones que no necesitan aclaraciones”, Infip, Buenos Aires, 2017, págs. 98 y 99).
Concluimos con el trapense: la ideología de género encarna “una lógica del Maligno en la
cultura de la muerte y una rebelión de la criatura contra el Creador (Benedicto XVI). O sea que es
“el peligro más feo” denunciado por un constructor de equívocos.
Buenos Aires, marzo 4 de 2024
Bernardino Montejano