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El Papa «rehabilita» a Castillo

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Es un gesto cordial. No magisterial.

http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2018/04/19/el-papa-a-jose-maria-castillo-leo-con-mucho-gusto-sus-libros-que-le-hacen-mucho-bien-a-la-gente-religion-iglesia-castillo-religion-digital-francisco-vaticano-teologia-popular-rehabilitacion.shtml

Pero ciertamente significativo.

El exjesuita Castillo (1929) había sido objeto de censuras jerárquicas y ya en el atardecer de su vida, en agosto 89 años, un Küng de vía estrecha, por lo que es y su repercusión, sin duda  estará encantado con esta acogida del Papa que no tiene más interpretación canónica que una amabilidad del Pontífice. Si el Papa quiere rehabilitar a Castillo no tiene más que firmar un documento manifestándolo. Pienso que no lo hará porque eso no es lo suyo. Recordemos que dijo que la teología de Kasper estaba escrita de rodillas. Pues vale. Aunque no valga.

Castillo saldría encantado del encuentro con Francisco. Pero no le podemos dar a eso más importancia de la que tiene. Aunque alguna ciertamente tenga.

Eso es todo. Lo uno y lo otro. Nadie está obligado a pensar por ello que hay que seguir las tesis de Castillo. A mí siguen pareciéndome que no son de recibo. ¿El Papa, como doctor privado, piensa de otra manera? Es posible. Y también que no haya leído a Castillo. Y si lo hubiera hecho que no le hubiese entendido. Todo puede ocurrir en Granada, nunca mejor dicho, e incluso en el Vaticano de hoy.

Hay algo, sin embargo, que podemos asegurar. El Papa no tiene ni idea sobre si los libros de Castillo hacen mucho bien a la gente. No lo sabe. Puede ser que sí o que no. Para eso harían falta encuestas que el Papa no ha encargado y que no existen. Su afirmación no pasa de una amabilidad que no tiene más valor que ese.

Comentarios
22 comentarios en “El Papa «rehabilita» a Castillo
  1. Eso, celebro que le haya sido de utilidad el texto de Fray Irenaeus. Uno de los aspectos más constructivos del cristianismo es aprender a saber compartir, pues, como dice Santo Tomás de Aquino, el bien es difusivo de suyo. Que Dios le bendiga en este hermoso día de San Jorge. Pax tibi.

  2. Su argentinidad o sumo tontífice rehabilita a Lutero, a Lucifer y a todo el que desee destrozar a la iglesia. Al resto le da una dosis de misericordina forte, es decir los cierra, prohibe, expulsa o insulta.

  3. Pues ya es mucho «rehabilitar». Traté bastante a este señor en Granada, soporté sus excesos y rencores, y dudo mucho que sea «rehabilitable». Impresionante tiene que ser el «rehabilitador» que le «rehabilite». Esto va de pena…

  4. Pobres y extraños peregrinos

    Fray Irenaeus Dunlevy OP
    19 de Abril de 2018

    Ésta es la tercera publicación de nuestra serie más reciente, referente al álbum autotitulado Tomistas Bucólicos.
    La serie continuará los martes y jueves durante el Tiempo de la Pascua.
    Este Post se refiere a la canción «Poor Wayfaring Stranger,» que puedes ver aquí.

    Las armonías inquietantes, el ritmo del camino, las capas instrumentales, se construyen y se fusionan, evocando en sonido lo que representa la letra sobre el significado de la peregrinación. «Soy un extraño caminante» se refiere al viaje del hombre en esta tierra.
    Desde el momento en que Adán y Eva perdieron de vista el resplandor parpadeante de la espada llameante del ángel, los pasos del hombre por el polvoriento desierto -bajo la guía de la Divina Providencia- han sido orientados a un retorno.
    Sin embargo, este regreso requiere pasar por el amenazante y oscuro dintel de la muerte.
    Cuando nuestros padres mordieron la manzana, la corrupción se filtró en su propia carne. Nosotros también, viniendo de esa misma carne, tenemos que probar la amargura de esa manzana. Viajamos a través de la vida hacia la muerte.
    La canción «Voy solo por el Jordán» evoca esta muerte. En cierto sentido, el verso se refiere a Josué, el sucesor de Moisés, que condujo los pies polvorientos de los israelitas a través del lecho seco del río hacia la tierra prometida y desde antaño deseada, una tierra que manaba leche y miel.
    Sin embargo, en un sentido más profundo, el verso se refiere a la inmersión de Cristo en el Jordán (en hebreo, la palabra Jordán significa descenso). Nuestro cruce no es seco y polvoriento. Es una zambullida acuosa, un signo de muerte y resurrección en el bautismo.

    Las aguas del Jordán se separaron ante Josué, y los israelitas pasaron seguros de una orilla a la otra.
    Algo más sucedió con Cristo. No fueron las aguas del río las que se separaron: Se abrieron los cielos. El cruce no fue horizontal, de la tierra a tierra. Más bien, el cruce de Cristo fue trascendental, pasando de la vida a la muerte y de ahí a la vida sin fin: A través de la muerte hacia la vida eterna.

    Mientras caminamos hacia ese portal oscuro de la muerte, los bautizados lo hacemos en compañía de Cristo. «Por tanto, fuimos sepultados con Él por el bautismo en la muerte, para que así como Cristo resucitó de entre los muertos para la gloria del Padre, también nosotros podamos caminar en la novedad de la vida.» (Rm 6: 4).
    En el Bautismo experimentamos una metamorfosis en el núcleo metafísico más profundo de nuestro ser, y continuamos caminando esperanzados en la novedad de la regeneración. Somos viatores, es decir: Caminantes.

    La canción continúa diciendo: «Voy a casa.» Ésta es una clara alusión al cielo, una conexión muy evidente con las versiones anteriores, que se encuentran en The Christian Songster (1858) de Bever y en las melodías Revival Hymns & Plantation Melodies (1882).
    Como peregrinos, viajamos no sólo a la muerte, sino que la trascendemos. «Aquí no tenemos una ciudad duradera, sino que buscamos la ciudad que está por venir.» (Hebreos 13,14).
    Incluso el gran Papa y sabio teólogo, Benedicto XVI, describe su propio viaje como «una peregrinación hacia el hogar.»
    Todas estas imágenes de la ciudad, la peregrinación y el hogar son descripciones útiles para transitar de un lugar a otro.
    Sin embargo, el sentido más profundo y verdadero de nuestro viaje no es la designación del lugar. Nuestro viaje se refiere a la plenitud, la perfección, la vida y la visión omnipresente del rostro amado y radiante de Dios.

    Al salir de las aguas del bautismo, seguimos a Cristo, Que es «el camino» (Jn 14, 6). Este seguimiento requiere renovación, sacrificio y metánoia.
    San Pablo nos exhorta a despojarnos del hombre viejo y revestirnos del nuevo, llamando a nuestras mentes a ser renovadas en Cristo. (Efesios 4, 22-24).
    Despojarnos de lo viejo es una invitación a dejar atrás el pecado y la corrupción que vino de Adán y Eva.
    Revestirse del hombre nuevo es la plena comunión con el Señor Jesucristo. Ser renovado en el espíritu de la mente es «tener la Mente de Cristo.» (1 Cor 2,16).

    Por lo tanto, somos pobres porque todos necesitamos a Cristo. Somos caminantes porque viajamos de la muerte a la vida en Cristo. Somos extraños porque hemos muerto en este mundo y buscamos lo de arriba. «Porque hasbéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.» (Col 3, 3).
    Cuando nuestro viaje, es decir, nuestra perfección en el Hijo, se complete, veremos a Nuestro Padre: «Nadie va al Padre, sino por Mí.» (Jn 14, 6).

  5. Isaac:
    A Lucifer, Francisco tampoco lo ha rehabilitado todavía, pero según Scalfari sí que lo ha rebajado de servicio. Por algo se empieza, ¿no?

  6. A lo que sí parece que nadie está obligado es a leer los libros de Castillo, que según Francisco –intérprete del alma del pueblo– hacen tanto bien a la gente. Porque lo que es yo, no conozco ni a una persona que se haya embaulado algún volumen de Castillo, ni lo haya siquiera hojeado en su vida. Tampoco es que quiera poner en duda la condición de best-seller de los libros de Castillo, sino que será que yo no conozco a ninguna monja octogenaria, como la Viqui Molins aquella de la lista de Puigdemont o el cura Pousa, etc.

  7. Un nuevo gesto tontifical que a mí me sienta como una brusca patada en mis entretelas.Su Francisquidad Jesuítica recibe a un señor que lleva años vomitando bilis, rencor y odio contra la Iglesia pocos días después de disolver por las bravas y sin derecho a defensa una organización de curas belgas que obtenía resultados espectaculares en medio de un ambiente podrido hasta la médula.¡Qué asco!

  8. Alétheia
    Fray Juan Macías Márquez OP
    20 de Abril de 2018

    El velo se ha desgarrado. El sepulcro está abierto, las llagas han quedado patentes.
    El tiempo de Pascua es también Epifanía. Todo se descubre. Todo queda autentificado por Aquél Que es la Verdad.
    Cristo, después de Su Resurrección, viene a proclamar ante a Sus amigos y familiares más íntimos Su triunfo sobre la muerte.
    Los Apóstoles llevarán este pregón hasta los confines de la tierra. Los Evangelistas están ansiosos de informar en sus relatos posteriores a la Resurrección las veces que el Señor Jesús se apareció.
    Jesús resucitado y glorificado busca revelar la verdad y compartir Su propia vida en Sus encuentros específicos con los discípulos que había elegido.

    Aletheia es la antigua palabra griega que significa verdad, y por eso es la palabra usada para designar la verdad en el Nuevo Testamento griego. Para los griegos, como escribió el prominente filósofo del siglo XX, Martin Heidegger, la etimología de esta palabra tiene el sentido de eliminación de un velo.
    Al desarrollar su filosofía de la fenomenología, Heidegger habló interminablemente sobre esta etimología. Si bien uno puede no estar de acuerdo con sus conclusiones filosóficas, su enfoque respecto a la verdad que se nos revela tiene un tinte muy cristiano. El Que es la verdad, Jesús el Cristo, siempre nos está buscando.
    Antes de la Resurrección, puede haber sido difícil reconocer a Jesús como el Cristo porque bajó a la tierra en condiciones y circunstancias de extrema
    humildad.
    Se ocultó, pero esto fue como preparación para Su posterior manifestación en la historia humana.
    Ahora, los encuentros posteriores a la resurrección de Jesús están llenos de develación, o sea, de Verdad.
    En el camino de Emaús, vemos esto de manera muy conmovedora. El Señor resucitado está oculto ante Cleofás y el otro discípulo, pero lentamente Se revela a ellos en la verdad de las Escrituras e ilumina sus mentes y corazones.
    Aún así, no es hasta la fracción del pan, en la mesa eucarística, cuando acaece la manifestación de Jesús, Su plena epifanía en el esplendor de Su Cuerpo Resucitado.

    Así como la bondad se difunde por sí misma, la verdad busca manifestarse. Él busca conocernos, buscamos conocerlo, y busca poder conocernos.
    La famosa metafísica de Aristóteles comienza con la afirmación de que «todos los hombres por naturaleza desean conocer.»
    Tratamos de correr el velo superficial de las cosas. Cuando aprendemos una nueva verdad, los
    ojos de nuestra mente quedan cautivados porque ahora hay algo nuevo en nuestra experiencia humana, que puede afectar a nuestra vida. Valoramos la verdad porque nos lleva más profundamente a la realidad, a lo que Dios ha hecho por nosotros. También apreciamos la verdad porque al buscarla entramos en la obra del Espíritu Santo, como Jesús nos recuerda en el Evangelio de Juan: «Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él os guiará a la plenitud de la Verdad.»
    Durante la Pascua, Jesús busca encontrar a cada uno de nosotros con Su Verdad, Que no es otra cosa que su propio Yo.
    Responde con humildad a Su invitación a vivir en la abundancia de la Verdad y Él satisfará todos tus deseos.

  9. Amigo Hugo, no puede negarse cierta continuidad con sus antecesores. El dominico Congar y el jesuita De Lubac, y compañeros mártires de la «nouvelle théologie», fueron condenados bajo Pío XII. Y sin embargo llamados como peritos al concilio Vaticano II por Juan XXIII. Y elevados al cardenalato, como Balthasar (el del infierno vacío, asunto recientemente retomado por Francisco), por Juan Pablo II, quien también elogió a Tallarín de Chardín (igualmente condenado bajo Pío XII). ¿Y qué decir de las amistosas charlas de sobremesa entre Benedicto XVI y el grandísimo heresiarca Hans Küng? Cierta continuidad, pues, con sus antecesores.

  10. de seguir las cosas como van, bergoglio terminara rehabilitando a lutero, a calvino, a zuinglio, a enrique viii, a nestorio y hasta a arrio.

  11. No es normal que un Papa, ni siquiera como «doctor privado», se muestre tan sumamente amable con alguien que ha hecho tanto daño a la Iglesia con sus libros una teología que no puede considerarse ni siquiera cristiana, cuanto menos católica.

  12. La sociedad de elogios mutuos (S.J.). Castillo los últimos años se ha vuelto un chupaínfulas de lo peorcito, y ya le sirvió de algo. Francisco, no sé a qué «gente» se refiera; tal vez quienes lo rodean.

  13. Si dice que la basura de sus libros «le hacen mucho bien a la gente», lo está rehabilitando: quite las comillas del título, porque no hay duda.

  14. ¿Cuándo íbamos a pensar, querido Don Paco Pepe, que la doctrina y el Pontífice fuera un oximoron? No es doctrinal, ni como doctrinal hay que tomar las ocurrencias. Lo de la homilía de santa Marta, que acompaña a la noticia que usted recoge, es para enmarcarla. Se le reprochó a Francisco que con sus ingeniosidades sobre el proselitismo se cargaba la naturaleza del cristianismo, el Id y Predicad, la Propaganda Fide. Ahora en el discurso de santa Marta la hace suya… para seguir con su visión, ahora peculiar, del proselitismo. No existe, dice Francisco, ningún vademécum, sino el acercarse al otro. Y que el Espíritu obre. Es decir, nada de hablar, nada de proponer, nada de exponer. Que nos vez y nosotros le veamos. ¿Además de darnos la mano y hablar del tiempo, qué decir?. Produce sonrojo tanta patochada pseudoteológica. Los textos de apologética, a la hoguera, los tratados teológicos a la lumbre. Ya se sabe que él no se mete en distingos. Lo ha dicho. Y prefiere la mujer del mercado. Los dominicos y franciscanos, los mercedarios y tantos otros, lo hubieran tenido crudo co¡semejantes ideas para convertir a los musulmanes. ¿Habrá leído el Pugio fidei de Raimundo Marti, un dominico español de por aquí, escrito para dotar de argumentos a otros frailes en sus debates con musulmanes?
    No sólo no es doctrina, sino que incluso cuando afirma que es doctrina es falsa la doctrina, como en la Amoris Laetitia o en multuitud de manifestaciones (sobre la justificación Lutero, etcétera). La verdad de la Iglesia no tiembla porque un Pontífice se aleje del depositum fidei.
    No se preocupe cuando afirma que Castillo hace mucho bien. Los caminos del Señor son inescrutables. Y a lo mejor ocurre así. Pero lo que ha escrito recientemente sobre la misión de Cristo es lisa y llanamente aberrante. No pasa nada. No entrará en el Denzinger.

  15. Lo de los Franciscanos de la Inmacualada, ¿para cuando?; o mejor dicho, ¿para cuando les va a tocar a los católicos rígidos, que y me considero entre ellos?.

  16. Un gesto mas que demuestra la «continuidad» de Francisco con sus inmediatos antecesores, clarísima continuidad, hay que ser un obtuso para no verla.

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