Y los amores de Francisco por tipos como ese, desgraciadamente uno más entre demasiados de semejante calaña, es uno de los factores que han llevado a que el Papa se haya quedado tan solo.
Seguimos con Specola:
«»Vemos en los titulares: “Mons. Paglia se abre a la ley del suicidio asistido”. Se basa en el texto completo del discurso de Paglia, Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, celebrada con motivo del debate “El ‘último viaje, hacia el final de la vida”, realizado durante el Festival de Periodismo de Perugia. “En este contexto, no puede descartarse que en nuestra sociedad sea factible una mediación legal que permita el suicidio asistido en las condiciones especificadas por la Sentencia del Tribunal Constitucional 242/2019: la persona debe ser ‘ mantenida con vida por tratamientos de soporte vital y padeciendo una patología irreversible, fuente de sufrimiento físico y psíquico que considera intolerable, pero plenamente capaz de tomar decisiones libres e informadas”. […] Personalmente no practicaría el suicidio asistido, pero entiendo que la mediación judicial puede constituir el mayor bien común, concretamente posible en las condiciones en que vivimos». Hace tiempo definió la ley 194 sobre el aborto cómo «pilar de nuestra da social».
Pro Vita Famiglia «Estamos sorprendidos y consideramos grave la apertura de monseñor Vincenzo Paglia a una ley sobre el suicidio asistido. Una cesión a la eutanasia que entre otras cosas contradice el Mensaje de la CEI con motivo de la 45ª Jornada Nacional por la Vida el pasado mes de febrero, que acertadamente afirmaba que “la muerte nunca es una solución”. La historia nos enseña que partimos de la mediación invocada por Paglia, para luego abrir las puertas de par en par a la muerte del estado y terminar con la deriva de la eutanasia total, como recientemente en Holanda también para niños menores de 12 años. El riesgo que corren nuestros hijos, nietos, ancianos, frágiles y enfermos es demasiado alto como para pensar en cualquier tipo de “diálogo” con quienes quieren provocar la muerte. La única solución es el acompañamiento y el incentivo a los cuidados paliativos para aliviar el sufrimiento y no eliminar al que sufre”.»
https://www.marcotosatti.com/2023/04/22/dopo-laborto-il-suicidio-assistito-mons-paglia-senza-freni/
el paglia es solo un mandadero de pacotilla de don bergoglio.
No sé cómo se llama esa Ley o lo que pone en su totalidad, pero las condiciones que relata Mons. Paglia y que indican en la misma no se parecen al “suicidio asistido” para nada. Sino a la solicitud consciente de un paciente de que se ponga fin al encarnizamiento terapéutico al que se le está sometiendo y mediante un medicamento legal que le acompañe a dejarse ir (por tanto, cuidados paliativos).
Los titulares están siendo sensacionalistas. La doctrina católica se opone a esta práctica abusiva de mantener la vida a toda costa y protege los cuidados paliativos.
Paglia se refiere a personas mantenidas mediante soporte vital. Eso no es encarnizamiento terapéutico. A los cuidados paliativos se refiere en otro párrafo.
Vincenzo Paglia fue nombrado obispo en el 2000 y ascendido años después. Vean quiénes eran los pontífices que lo hicieron. Y no me vengan con que la culpa es del nuncio correspondiente: es Italia, no Malasia ni Lesoto ni Samoa. Se supone que un papa debe conocer medianamente bien a dos episcopados: el italiano y el de su país. Y no estoy defendiendo a ese señor jesuita que ustedes saben.
El hombre, creado por Dios, no tiene poder sobre la vida, o la muerte, pues no es su creador. Asi no puede disponer de su cuerpo, disponiendo su muerte humana, y tampoco tiene poder, para disponer que otra persona, por su mandato, sea medico o juez, disponga de lo que Dios Creo. Y mucho menos existe la posibilidad de que un tercero, sea medico, juez, funcionario o, basurero, dispoga dar muerte a un ser vivo, creado por Dios, y sujeto de su Amor. Y menos que nada, es posible que un (mal)principe de la Iglesia, acepta, difunda y defienda, alguno o todos los enunciados que llevan a disponer de una vida que, insisto, Dios ha creado.
Creo que la Iglesia está en contra del «encarnizamiento terapéutico» que es:
«Utilización de terapias que no pueden curar al paciente, sino simplemente prolongan su vida en condiciones penosas (ver tratamiento desproporcionado). Es éticamente incorrecto y, además, produce una visión errónea de lo que la medicina puede aportar a los últimos momentos de un paciente (ver apoyo moral, cuidados paliativos).
No sé si dejar morir, en este caso, al paciente se le puede llamar eutanasia pasiva:
«Aquella que consiste en la inhibición de actuar o en el abandono en el tratamiento iniciado, evitando intervenir en el proceso hacia la muerte.»
Al porteño le gusta rodearse de la peor basura.
Si, es verdad. Por algo será.