| 17 marzo, 2022
Y que representa a todo lo peor que ha llevado a la práctica desaparición del catolicismo vasco. Y la de ellos también.
Si el Vaticano les hiciera el juego la Iglesia terminaría de desaparecer en la región que había sido la más católica de España.
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Fueron a por el obispo de Bilbao con un doble triunfo. Fueron a por el de San Sebastián y de momento ganan por un tanto y es posible que marquen el segundo con en nombramiento del nuevo obispo. Ahora a por el de Vitoria.
Esperemos que en Roma lleguen de una vez al conocimiento de que ya no son casi nadie y además lo peor.
Cuando firmaron 700 en contra no eran nada y era un fracaso. A favor esta vez han sido cinco. Sin embargo estas deben ser mucho más importantes.
Nota de F. de la C.: No engañe, antes firmaron cuatro y dijeron que eran o representaban a 700.
Los de ahora tampoco serán muchos porque allí de religión católica apenas queda nada. Los del primer grupo arrasaron con todo.
Desde luego que las críticas al obispo de Vitoria, serán las de algún clero muy envejecido, frustrado, sin frutos ni pastorales y menos espirituales, evangelizador del nacionalismo excluyente, alitúrgico, desnortado y en algún caso amigo de etarras y filoetarras.
Sin vocación alguna con lo que fue el seminario de Vitoria, no sólo en lo religioso si no también en lo cultural. El problema es que durante décadas han hecho lo que les ha dado la real gana, han mangoneado a diestro y siniestro y les sienta mal que un obispo jóven, navarro para más señas les ponga al orden y al día.
Son tan hipócritas, farisaícos y sepulcros blanqueados que este tipo de curas no pueden atacar a los obispos por ser de fuera porque son de la tierra vasca y en ocasiones más vascos que ellos mismos. Munilla vasco, Iceta era vasco con apellido difícil de pronunciar, el de Vitoria navarro de zona vascófona.