Aunque algunos podrán pensar que a la vejez, viruelas.
Creo que el jesuita González Faus (Valencia, 1935), ha sido uno de los principales representantes del progresismo eclesial. Y un santón de los mismos. Con inmensa responsabilidad. Por tanto, mis afectos, nulos. Y no se ha desdicho de nada de ello.
Acaba de hacer unas declaraciones sobre la preocupante situación catalana que me parecen muy sensatas deducidas sus querencias. Que ahí están:
http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/10/progresistas-que-decepcionan-los_12.html
Cita una frase latina que me voy a permitir parafrasearla: Declaratio non tenet in omnibus. Pues yo no tengo todo de su declaración pero, con las reservas consiguientes, a su historia y a su texto, me parecen importantes.
Pues ahí están. No son de un mindundi. Creo que no es el momento de hacer hincapié en lo malo que ha sido. Mucho. Sino de acoger positivamente, con las apostillas que se quieren, a mí se mee ocurrirían unas cuantas, su última declaración. Que no habrá gustado nada a los rompedores. ¿A Rajoy tampoco? Pues ahí me las den todas.
Deseo destacar el comentario de un lector de la página a la que amablemente nos enlaza el Blogger:
«De acuerdo, pero ni una palabra sobre las injurias y desprecios varios que estos días han sufrido los policías, tampoco mención a que 430 de ellos también resultaron heridos el 1-O.
» Ni una palabra sobre el goteo de miles de catalanes que desde 1980 optaron por auto exiliarse, éxodo debido a la orientación preclara al pensamiento único cuyos últimos «éxitos» son por ejemplo el despreciar la palabra escrita de Isabel Coixet en estos días tan delicados y difíciles; ni una palabra por las lágrimas de los impelidos a marcharse porque hubo quien sembró odio a fin de que se sintieran extranjeros en su patria.»
—o0o—
Barcelona fue mi segunda casa durante la mayor parte de mi vida. Hasta que, cuando decidí abandonar mi Menorca natal para establecerme en la península, opté por no vivir en Cataluña —disponía de vivienda y trabajo en Tarrasa— al prever lo que se venía encima. Y que ha acabado sucediendo. De eso ya han pasado 14 años. Y no me arrepiento de haber tomado dicha decisión casi en el último momento.