http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/09/lista-completa-de-los-sacerdotes-de.html
Sería buenísimo contar con una lista así de las demás diócesis de Cataluña.
La de Barcelona ha quedado muy tocada tras esta publicación. En la que se echa de menos la edad de los firmantes. Aunque varios de ellos son curas ya jubilados.
También es interesante la aportación de miembros de órdenes y congregaciones religiosas decadentes y decaídas. Que representan cada vez menos en la vida diocesana.
El número sin duda es importante aunque sea minoritario, pero pienso que quedaría mucho más tocado si conociéramos la edad de los firmantes. Estoy seguro que muy elevada en la media. En los religiosos sin la menor duda pues apenas hay religiosos jóvenes. Y no pocos de los que quedan, siendo tan pocos, de prescindibilísima presencia diocesana.
Luego hay anécdotas carentes de importancia. El mosén desconocido. Y otra que me parece que tiene alguna más. Un cura casado entre los firmantes. No por su comparecencia, absolutamente inoperante, sino porque da la impresión de que sus análogos pasan completamente de esta guerra. Tal vez por pensar que excuras no aportan nada a la misma. Y más bien la desacreditarían. Respeto a los que por los motivos que fueren llevaron a tantos a abandonar el sacerdocio. Se equivocaron en su primera decisión, perdieron la fe, una bragueta desabrochada, posiblemente la gran mayoría de los casos, les impuso una nueva vida… Fueron decisiones personales que hay que aceptar y obligadas en no pocas ocasiones ante la incompatibilidad. Lo que no sé es si los firmantes rechazaron esos casos o si no llegaron a producirse.
Sería muy bueno conocer estudios análogos de otras diócesis de Cataluña. Y sobre todo saber la edad de los firmantes. Dato importantísimo. Porque es muy posible que dentro de diez años los firmantes de hoy no lleguen ni a cien. Y todos viejísimos.
JUAN M
¿tan mal están las cosas en Cataluña incluso con los sacerdotes jóvenes?
Que la edad de los firmantes sea alta no significa absolutamente nada. En primer lugar porque el mal ya está hecho. Los «jóvenes» no necesitan crear un ambiente porque ya está asentado, si no por qué no hacen un contra manifiesto los «jóvenes»… Sería del todo oportuno ese contra manifiesto habida cuenta que lo que se avecina es un régimen político en Cataluña, da igual dependiente o independiente, claramente anticlerical.
Y, en segundo lugar la edad no significa nada precisamente porque por edad esos ya no se juegan nada. Es poco menos como muchos militares en la reserva, es decir, de edad «avanzada», de golpe y porrazo declaraciones por aquí exaltación patriótica por allá.
Un servidor tiene otra visión de lo que pasa en Cataluña con el clero. Hagan una encuesta para saber cuántos curas en Cataluña ven con buenos ojos y hasta deseable una conferencia episcopal propia, sinónimo a la postre de independencia política… me da que van a «firmar» hasta los de 25 años.
Si frente al avance del mal los «buenos» y jóvenes callan… pues… como que no.
Lo más triste de todo esto, es la calidad humana de un colectivo que son o han sido sacerdotes: traidores más a Cataluña que a España, puesto que en 1978 votaron la Constitución, en un porcentaje del 91,09% y con un índice de participación del 67,91% como no se había producido nunca (excepto en el referéndum de la Reforma Política de 1976), ni se volvería a producir y mucho menos con el Estatuto, en que la participación fue del 48,85%.
Semejante fenómeno de traicionar la propia palabra se da también en los votantes nacionalistas, pero es más disculpable en gente frecuentemente ignorante y acostumbrada a no ser fiel a su palabra. Pero a un sacerdote que supera los 60 años y votó la Constitución y al que se le supone una cultura media y que conoce siquiera sea superficialmente la historia de Cataluña y que además se formó en una moral clara de al menos lealtad a sí mismo, la traición a su propia palabra tiene agravantes. El problema es que parece que el Gobierno actúa o se abstiene como si estuviera de acuerdo con los nacionalistas y desearan la independencia de Cataluña.
No deja de ser curioso que la propaganda de los partidos de izquierdas y nacionalistas fue machacona en pedir la abstención al referéndum de la Ley de reforma política de diciembre de 1976, y su fracaso fue clamoroso ne toda España y de manera particular en Cataluña.
Don Paco Pepe, bueno sería además, exponer la vida y milagros de cada individuo en lo que concierne a la causa secesionista. Faltan de la manera más grosera a la verdad cuando quieren dar la impresión de que escriben movidos por un acto injusto (es decir, para ellos, una orden judicial es un acto injusto), a saber, la entrada de la guardia judicial en la sede de economía de la Generalidad, cuya consecuencia es el encausamiento (por delito penal) de varios miembros. Un atentado contra los derechos de un pueblo el que el juez mande, en un país democrático, la policía judicial a la requisa de pruebas delatoras. Eso indica el nivel y la fundamentación de la carta, salpicada de referencias a celos evangélicos y carismas. Nada menos.
Pero no es cierto. Profesor de moral que aprovecha el paraguas o la excusa de tertulia religiosa para difundir propaganda secesionista, arcipreste que sube al autocar de exaltación secesionista para insuflar odio a España («boti, boti, espanyol el qui no boti), factótum de la archidiócesis que se arroga la representación de la misma para ponerla a los pies de la presidenta golpista del Parlamento de la Ciudadela… Y así, ad nauseam.
Respecto de la edad de los jesuitas firmantes, según la primera lista aparecida en Infovaticana, decir que solo dos de ellos son menores de 65 años.
Entre el paraíso celestial y el catalán, optaron por el catalán, que no es ni será ningún paraíso y que tampoco verán. Sus vidas no pueden ser más desgraciadas. Han renunciado a fundar una familia por un ministerio que no han sabido ejercer y que lo han transformado en política terrenal. Fracaso total. Su capillita catalana se muere. No les arriendo la ganancia.