http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/01/el-2016-se-llevo-el-ultimo.html
Totalmente de acuerdo con el artículo que hoy publica Germinans. Lo firmaría yo sin el menor reparo. Eso ocurrió. Con esos protagonistas y con toda la responsabilidad de la agonía de la Iglesia catalana. Y apoyando además a la corrupción institucionalizada. Vean lo que ha quedado del Pujol de sus amores. Aunque la culpa no estuvo sólo en ellos sino en un clero tan nacionalista y todavía más progresista que sus pastores y sobre todo en quien les nombró. Que evidentemente no fue el Papa Francisco.
Hubo dos intentos correctores pero fracasados por falta de apoyo posterior: Don Marcelo y Don Ricardo Carles. Paracaidistas en terreno enemigo y abandonados a su suerte. Al primero al menos le buscaron una salida honrosa desde la que pudo dar muestra de su inmensa talla. El segundo murió en la cruz como el Maestro. Bien pudo como Él decir aquello de Padre perdónales porque no saben lo que hacen.
Creo que no lo sabían. Un nacionalismo mal digerido les impedía ver a donde llevaba esa línea estéril que ha conseguido acabar prácticamente con el catolicismo de Cataluña que era verdaderamente una tierra de santos y hoy es lo más descristianizado de España.
¿Puede ser Omella la solución? No se lo cree ni él. Entre otros motivos porque ni aquello tiene solución a corto plazo, lo más que se podría pedir es detener la caída en picado y consolidar mínimas recuperaciones, ni Omella, con un breve pontificado por delante, parece la persona indicada. Un obispo joven puede estar un año sin hacer apenas nada. Quien está a punto de cumplir 71 años debería haber comenzado a ponerse en marcha cosa que de momento no se ve de modo alguno. Y no pocos piensan ya que ni se le espera.
Sr. Omella en el seminario no ha hecho nada por el momento.
«Cataluña» es un cáncer para España. Tierra dominada por ladrones, sinvergüenzas, corrupción al por mayor y sometida al terror de una burguesía soberbia que domina medios de comunicación y Educación y a la que se ha postrado el clero. En cualquier caso, lo triste no es tanto la delincuencia institucionalizada en Cataluña. Lo más grave es que quienes deberían acabar con ella NO HACEN NADA, ni «Madrid «, ni la Justicia, ni la Corona, ni las Fuerzas de Seguridad (las que deberían empezar a meter en la cárcel primero a los de «Madrid» y luego a los de Barcelona. A los de Vitoria para lo último).
Omella al menos está haciendo cosas bien en su Seminario, según tengo entendido, en campos como ortodoxia. Osea que sí está dejando soluciones para el futuro lejano.
Gracias por decir lo obvio, pero que algunos no reconocen: los obispos catalanes no fueron nombrados por Su Porteñidad.Suum cuique.
La solución a largo plazo es un buen seminario, con buenos formadores y buenos candidatos, para lo que es indispensable estrechar la relación con las parroquias e instituciones más sanas de la Diócesis.