Omella ante un día muy complicado

No soy ningún entusiasta del cardenal arzobispo de Barcelona. He señalado notables reservas del pasado e incluso, más moderadas, del presente. Le tocó, con aceptación por su parte y óptimos resultados personales, un dificilísimo encargo. Sigo pensando que  el encargo no ha sido afortunado porque le supera pero siempre ha sido hábil en escurrir el batacazo. Y la inteligencia en principio no es mala. Ya si el cardenal es inteligente o simplemente listo no voy a asumir la responsabilidad de definirlo. No es exactamente lo mismo pero se interrelacionan.

Ciertamente no es Omella el responsable de la actual situación en Cataluña. Ni tampoco la ha  animado. Condescendencia con el cagat tuvo, penosa, pero en su línea de nadar y guardar la ropa. Hábilmente. Comparado con el primat/cagat es un genio de todo. Y sobre todo de inteligencia. Algunos quizá piensen que de gitanería. Personalmente pienso que en él hay bastante más.

Me tocó vivir un día angustioso, por otra parte gozosísimo, lejos de internet. Aunque llevaba el portátil. No tenía conexión. Y apenas sabía lo que algunos me contaban. La hecatombe anunciada, y tan temida, parió un ratón minúsculo. La independencia de Cataluña ha quedado en nada. De momento. Regresado a Madrid, ni algaradas callejeras. Nada de nada. Un globo que por ahora se ha desinflado sin consecuencias inmediatas. Al menos hasta la hora en la que esto escribo. Qué enorme responsabilidad, pepera y socialista, no haberlo pinchado mucho antes. Felipe González, Aznar, Zapatero y Rajoy. En eso no se salva nadie. Todos tienen enorme responsabilidad aunque algunos parezcan hoy muy de vuelta de sus errores de gobierno.

Pero no quiero hacer del Blog ni en él un análisis político. Aquí se habla de Iglesia. Y ahora de las últimas declaraciones de Omella:

http://www.revistaecclesia.com/cardenal-omella-amo-cataluna-amo-espana/

Supongo que Ecclesia, página del Episcopado, no las habrá tergiversado.

Me parecen cautas, prudentes y lo que cabía esperar en un obispo de Cataluña. Que ama a Cataluña y  ama a España. Pero no como dos entidades distintas y distantes,  como si yo dijera que amo al Perú y a Polonia, sino que da la impresión de que integradas en una misma unidad. Si estoy equivocado que él, si quiere, lo corrija.

Repito que me parecen cautas pero positivas. No ha sido Omella nunca alimentador expreso de secesionismos que estoy convencido que no siente. ¿Debilidades con el cagat? Ciertas. ¿Participación en la inane nota del inane en la que fue mucho más responsable que el inane, cuya cortedad y pusilanimidad son tantas aunque ahora también se esfuerce amarillosamente en enmendarlas, me parecen indudables?  Y como más de una vez me he referido al amarillo al hablar de Blázquez quiero decir que me refiero a un color que encuentro rechinante y que me gusta poco. Que igual alguien piensa otra cosa. En estos días mis colores son rojo y gualda. No amarillo.

Omella sigue siendo, dos años después, una expectativa. A él le toca definirla. ¿Lo hará? Pues vayan ustedes a saber porque él igual ni sabe ni quiere. Pero las declaraciones que os enlazo son más bien positivas. O me lo parecen. El cagat daba la impresión de que sólo tenía unos hijos sufrientes. Omella parece que se ha dado cuenta de que sufren también otros.