http://www.larioja.com/la-rioja/obispo-rioja-manteado-5533014698001-20170805180808-vi.html
No es lo normal que se deba hacer con un obispo pero tampoco me las voy a dar de ultrapurista. Objetivamente no será muy respetuoso pero subjetivamente y tratándose de unos jóvenes, con un obispo joven, y desde el afecto, hasta resulta simpático. Aunque también reconozco que el esfuerzo de los manteadores debió ser considerable porque kilos deben ser unos cuantos.
Me dicen que el talante de Escribano es distinto del que tenía Omella. Más serio y distante. Por lo que voy viendo da la impresión de que el nuevo obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño está haciendo considerables esfuerzos de aproximación. Cosa que también encuentro excelente. Creo que es un muy buen obispo y que a poco que se esfuerce, da la impresión de que lo intenta, va a dejar muy satisfecha a su nueva diócesis.
Me revientan los obispos graciosillos que sólo tienen un barniz populista que una vez captado, lo que suele ocurrir pronto, no consiguen más que un desprecio general. Pero de esos hay muy pocos. Muchos son simplemente retraídos, introvertidos, distantes y prácticamente inaccesibles. O aparentan serlo. Pues también malísimo.
Uno tiene alguna experiencia episcopal. Y esa me dice que los pastores abiertos a su clero y a sus fieles, que no levantan barreras infranqueables, son felices ellos y consiguen la felicidad de su diócesis. El secreto no es tal. Simplemente, darse. Y el que da, recibe. Vaya si recibe. Porque clero y fieles están deseando dar. Pero necesitan recipiendario.
Reconozco que mi situación puede ser algo especial. Soy consciente de ello. Hay obispos que me demuestran un afecto seguramente inmerecido por mi parte y que se lo agradezco en el alma. Y curiosamente esos obispos son muy queridos en sus diócesis. Naturalmente por quienes deben quererles que son sus hijos. No los que odian a la Iglesia y a sus pastores. Y que, por muchos malabarismos que hagan no van a conquistar. Sólo conseguirán alejar a los que son suyos. Otros, bastantes, me obsequian con una simple amabilidad que también les agradezco mucho. No me deben más y yo sí el agradecimiento. Luego están los que no me tienen la menor simpatía, cosa que me he ganado a pulso y que comprendo perfectamente, pero que en no pocos tampoco les tiene simpatía nadie o casi nadie. Irritan a muchos católicos y no atraen, de modo efectivo, a nadie que no lo sea. Pues menuda apuesta la suya. Con esos, a los que he puesto a caldo, guardo una elemental educación. Jamás me he acercado a ninguno para hacerle pasar el disgusto de mi presencia.
La anécdota del obispo manteado, en la circunstancia que lo fue, me parece simpática y por eso os la traigo. No voy a recomendar el manteo de los obispos. Pero en ocasiones, con alguno, y desde el afecto, pues muy bien el manteo. Estoy seguro de que los jóvenes, pese al esfuerzo, fueron felices manteándole, y también eclesialmente felices, y el obispo al verse manteado.
Porque aquello no tenía nada subjetivamente rechazable. Más bien no poco afecto.
Es muy simpático eso de mantear al obispo, mañana manteamos al Papa que seguro que también se rie. Y pasado al Obispo le hacemos pasar por un pasillo de collejas y seguro que nos reimos todos un rato. Y otro dia nos llevamos al Obipo de copas y le emborrachamos y nos reimos mas todavía.
¿Es que de repente nos hemos vuelto todos gilipollas? ¿Habrían manteado los apóstoles a Cristo? Si, en el momento en el que no creyesen que es divino.
No un obispo, sino cualquier sacerdote fiel a su ministerio tiene una dignidad que debe de ser el primero en cuidar. ¿Cuántos de esos que mantearon al obispo son católicos practicantes? ¿Quién se iría a confesar con un cura que se deja mantear o al que mantean? ¿Qué pasa que el Obispo ha ganado la Champions?
En estos tiempos de ignorancia lo primero que se pierden son las formas. Lo mas curioso que es a alguien con sus canas esto le parezca normal o hasta bueno o simpático.
¿Sera que ha perdido usted el respeto profundo por los obispos? Me refiero al conceptual, a la dignidad del cargo.
Debería usted reflexionar.
Respecto a lo dicharachero de Omella… cierto… pero siempre los mismos dichos y ahítos de tópicos. Cierto… siempre presente donde hubiese foto y populismo. La primera vez que escuché predicar a Mons. Escribano les comenté a dos amigos sacerdotes que en aquella homilia habia escuchado más ideas y mejor formuladas que en todos los años y ocasiones en que escuché a Omella. El riojano suele ser abierto (enseguida te abre su casa y su persona) pero suele ser más serio que abierto… por eso Omella caía bien porque siempre iba a los stios «como de visita»… y es verdad que los riojanos reciben muy bien a las visitas. Ya están viendo su «de si» en Barcelona donde el candelero es más visible… ¡,,Ah!!! Y no les despiste lo de los auxiliares… busquen la pista jesuitica.
Tiene Vd., Sr. Fernandez muchisima razón en la descripción que hace de D. Carlos Escribano. Pienso que va a ser un estupendisimo Obispo. Es muy distinto de Omella. Serio, atento, trabajador, observador, respetuoso, entregado… la primera preocupación que mostró fue el Seminario… jamás Omella tuvo una manifestación pública en este sentido. Es lo más opuesto al populismo superficial y quiere a sus curas… conociendo a los jóvenes y a las gentes de La Rioja así como a los sacerdotes diocesanos que los acompañaban, no me cabe la menor duda que la iniciativa juvenil fue un acto de cercanía, cariño y respeto… En cuanto al periodista, nada que decir… es la originalidad de la ignorancia
En efecto,F de la C; su Ilma. está de buen año.
En mi comentario anterior, donde dice «gesto imperio», léase » gesto impropio».
No tiene mayor importancia ni hay nada que oponer a su valiosa aportación, Mozárabe, pero si me lo permite le haré alguna precisión.
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La administración apostólica duró de 1899 a 1927; no a 1921. Don Fidel fue, como usted bien dice, Administrador Apostólico (y obispo titular de Ippo) desde final de 1920 hasta agosto de 1927 en que fue se le asignó el título episcopal de Calahorra-La Calzada.
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Santiago Palacios no fue posterior al cardenal Aguirre sino anterior. Fue quien gobernó la sede de 1892 a 1899, es decir entre la marcha de Cascajares a Valladolid y la administración de Aguirre. Pero lo hizo como Vicario Capitular y Gobernador Eclesíastico. Pero no fue Administrador Apostólico.
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A Aguirre le sucedió como Administrador Apostólico (1909-1911) Manuel San Román Elena, obispo titular de Milassa, que antes había sido auxiliar de Burgos.
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El «tal Plaza» fue don Juan Plaza García, Administrador Apostólico de 1911 a 1920. Primero sin carácter episcopal, y desde 1913 como obispo titular de Ippo. En diciembre de 1920 pasó a obispo residencial de Santander.
No es una falta de respeto, pero sí un gesto imperio de la gravedad del ministerio episcopal. Y no se trata de purismo, sino de saber estar en su sitio; entre el que gobierna y enseña y entre los gobernados y enseñados tiene que existir una distancia porque en caso contrario se corre el riesgo de perder la autoridad.
Pues los de larioja.com si son periodistas deberían ser más rigurosos. No existe obispo de La Rioja, sino que es el Obispo de Calahorra, la Calzada – Logroño. Una de las diócesis más ricas en historia y en su día más complicadas porque comprendía parte del País Vasco hasta 1862 que se crea la Diócesis de Vitoria. Tiene tres catedrales para lo pequeña que es en Calahorra y en Santo Domingo de la Calzada(donde cantó la gallina después de asada) en pleno camino de Santiago con sus respectivos e insufribles cabildos como decían antes. Logroño tuvo Colegiata hasta 1959 que fue elevada a Concatedral Santa María de la Redonda, yn siempre hubo gran rivalidad con este asunto pues los políticos liberales caciques del siglo XIX con Olózaga y Sagasta en las alturas siempre pretendieron que la silla episcopal estuviera en Logroño que en su día era un poblachón. Calahorra defendió su sede con uñas y dientes, protagonizando un motín considerable a finales del XIX tras marcharse el esclarecido prelado Antonio María de Cascajares y Azara que siempre apoyó Calahorra. Tras este motín y para no tener líos ya que la cosa venía del Concordato firmado en tiempos de Isabel II, la diócesis se quedó sin obispo hasta 1921 y tras unos cuantos administradores apostólicos que fueron el cardenal Aguirre de Burgos, don Santiago Palacios y Cabello, y un tal Plaza decidieron nombrar administrador a Don Fidel García que más tarde fue consagrado obispo de esta Diócesis.
Don Carlos está promoviendo la pastoral con los jóvenes, fue a la JMJ con un grupo de jóvenes. Predica bien, es muy cordial y se le ve ilusionado; es más tímido y se nota más porque su antecesor era muy dicharachero y estaba presente en todos los actos habidos y por haber, era más extrovertido y en general caía muy bien porque el caracter riojano es muy similar al aragonés.