Un obispo argentino que casi ordena comulgar en la mano

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Y en el casi me paso. Pues prácticamente lo ordena.

Es el obispo de Gregorio de Laferrere, Gabriel Bernardo Barba, de 53 años, nombrado obispo en 2013 por el Papa Francisco.

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Esta es su homilía en el Corpus en la que se manifiesta totalmente beligerante en favor de la comunión en la mano.

CORPUS CHRISTI
Diócesis de Gregorio de Laferrere

HOMILÍA CORPUS CHRISTI
17 de junio de 2017
Cañuelas

La Diócesis de Gregorio de Laferrere, se hace presente hoy en esta comunidad de Cañuelas para celebrar la Fiesta del Corpus Christi. Me da mucha alegría saber que, mucha de nuestra gente que no conocía Cañuelas, hoy lo pueden hacer por primera vez. Esto sin duda ayudará al conocimiento mutuo y a un crecimiento de la comunión diocesana. No se puede amar lo que no se conoce.

Nos convoca Jesús. En el Misterio de su presencia Eucarística. El Corpus, es claramente una celebración donde la Iglesia manifiesta públicamente su fe en Jesús, presente en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad bajo las humildes especies Eucarísticas del pan y vino. Y no solo eso, sino que lo hace visible a todo el pueblo (creyente o no…) en la pública manifestación procesional por las calles.
Jesús llega junto a sus Apóstoles a la Cena Pascual, dándoles de comer su Cuerpo y su Sangre, como culmen de un camino. Se sienta a la mesa junto a los Apóstoles dejándoles en sus manos, a partir de allí, el Memorial de su pasión salvadora con el mandato de que sigan haciéndolo presente a lo largo de la historia. No debemos olvidar que la fiesta del Corpus no puede ser entendida fuera del contexto del Jueves Santo, de allí que es una de las grandes celebraciones que se realizan en el ámbito inmediato de la cincuentena Pascual. Es un fruto de la Pascua, allí brota y se entiende. El Jueves Santo Jesús deja la Eucaristía vinculada al lavatorio de los pies. Celebrar la Eucaristía es ser destinados lavarnos los pies mutuamente, a ser servidores, a entregarnos aún por el traidor.

El misterio Eucarístico es el misterio de la entrega generosa de Cristo. Alimento de vida eterna. Alimento de salvación para el perdón de los pecados (nunca olvidemos esto). Decía que la Eucaristía es culminación de un camino, de una vida. Nunca podríamos entender el misterio de la Eucaristía si lo separamos de todo lo que ha sido la vida y predicación de Jesús.

Manipularíamos su sagrada presencia si solo la vemos como una “cosa sagrada” al margen de su mensaje y mandato (amarnos los unos a los otros). Es el alimento de vida eterna que se nos da junto con todas las enseñanzas y vida de Jesús mismo. Llenarnos de Él, alimentarnos de Él, es también decirle sí a seguir sus pasos.
Debemos ponernos frente al Misterio de Dios. Misterio que solo se lo puede comprender desde el amor. Dios que nos ama sin límites. En la Eucaristía, la presencia de Cristo, se nos da “velada a los sentidos» (Lo cantamos en el Tantum Ergo, poesía de Santo Tomás). En este sentido la Eucaristía no tiene nada de extraordinario como exhibición sagrada y lo notable de su realidad es alimentarnos para provocar la fe.

No podemos llegar a Él despreocupadamente. No podemos recibirlo de cualquier manera. Debemos estar dispuestos a amar y dejarnos amar. Por Él y por nuestros hermanos. La Sagrada Comunión nos remite permanentemente a la relación con nuestros hermanos. No debemos olvidar las palabras de Jesús: quien dice que ama a Dios a quien no ve y no es capaz de amar a su hermano a quien ve, es un mentiroso (1Jn 4, 20). Por eso digo que una auténtica espiritualidad eucarística nos lleva a abrir el corazón al prójimo. Creo que los más pequeños, los más simples, los más pobres…, pueden ser para nosotros modelos de vida que iluminan nuestro acceso a la eucaristía.

Permítanme citar al respecto un aporte de: Víctor Codina, donde nos habla de los pobres como maestros de espiritualidad:

«El Espíritu concede a los pobres una inteligencia de la fe y del reino, compatible con cierta ignorancia de muchos elementos doctrinales. Dicho más técnicamente, su fe subjetiva con la que acceden a Dios es más fuerte que sus contenidos objetivos y, sin embargo su actitud creyente muchas veces intuye los grandes valores de la fe de una manera tan connatural y clara que excede y supera a muchos sabios y prudentes…(ver Mt.11,25-27..Lc.6,20) ……No se trata de magnificar ni canonizar a los pobres, llenos de defectos y miserias como todos los demás, sino de señalar esta misteriosa presencia del Espíritu en ellos…..afirmar la necesidad de captar esta acción del Espíritu que en los pobres y desde ellos busca un nuevo modelo de sociedad y de Iglesia……Podríamos afirmar que además del magisterio doctrinal de los obispos y además del magisterio teológico de los doctores, existe el magisterio evangélico de los pobres, basado en la luz del Espíritu que es madre materno de los pobres y que les ilumina internamente. Y nos podemos preguntar si se tiene en cuenta este magisterio a la hora de tomar opciones pastorales o incluso doctrinales y morales, por parte de los responsables de la comunidad eclesial. ¿Alguien les consulta, los tiene en cuenta, se adapta a su lenguaje, se deja interpelar por ellos?”
Sin duda nuestra Diócesis de Gregorio de Laferrere está especialmente signada y bendecida por la presencia de multitudes de pobres en los barrios y en nuestras comunidades. Por eso me parece muy oportuna esa pregunta recién formulada:

– Escuchamos a los pequeños…, a los pobres…? Respetamos su protagonismo….? Tenemos nuestras acciones pastorales verdaderamente a su fiel servicio…? o solo pensamos en nosotros mismos sin ser auténticos servidores del pueblo que Dios nos ha encomendado, dando consignas desde arriba, desde los estrados de nuestra supuesta formación y desde nuestra demostrada ignorancia de no haber sabido adecuar el mensaje a los tiempos de hoy.

Permítanme una breve reflexión frente a una realidad conflictiva. Muchos cristianos, por su situación irregular en sus matrimonios no pueden llegar a recibir la comunión. En primer lugar, creo que nos cabe a todos una profunda actitud de cuidado y respeto ya que solo Dios sabe lo que pasa en los corazones. Es oportuno en esto lo que nos dice el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitiae:
N° 243 – “A las personas divorciadas que viven en nueva unión, es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que « no están excomulgadas » y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión eclesial. Para la comunidad cristiana, hacerse cargo de ellos no implica un debilitamiento de su fe y de su testimonio acerca de la indisolubilidad matrimonial, es más, en ese cuidado expresa precisamente su caridad.”

Qué importante es poner en práctica estas simples indicaciones. Ser comunidades que acogen y que no expulsan. Que todos encontremos un lugar en la Iglesia para vivir y alimentar la fe, desde nuestras propias limitaciones. No acceder a la comunión como decía Francisco no es lo mismo que estar excomulgado. No lo es…., pero que tampoco lo parezca…! Busquemos con creatividad lugares de integración, y acción. Cuántos padres y madres con este tipo de dificultades, no solo viven su fe sino que inculcan una fe profunda en sus propios hijos. Que esta celebración nos anime con la Gracia y la fuerza de Dios, en abrir nuestros corazones a estas realidades tan comunes en nuestro entorno. Aquí debemos evangelizar, ser luz y ser facilitadores de un proceso que conduce a un crecimiento en la Gracia.

No comulgar puede justificarse por el hecho de sentirnos sucios. Pero comulgar no puede justificarse por el hecho de sentirse dignos. Sucios significa que aún nuestra conciencia nos reclama con dolor la falta, limpios significa que nuestra conciencia no nos reclama con sentimiento de culpa sino que nos recuerda nuestra mendicidad, necesidad y pobreza.

Si fuera por dignidad ni siquiera podría celebrar la Misa, recordaba San Alfonso María de Ligorio.

No nos pongamos en los estrados de quien juzga y mira desde arriba, desde quien se siente justo o superior. Hagamos comunidades humildes, hermanas, solidarias basadas en el amor que se concreta en hechos y no en meras palabras.

Finalmente, quiero dedicar este último párrafo a los gestos de la liturgia. Ellos nos ayudan a expresar nuestra fe. Y me llama la atención como en nuestra Diócesis aún no hemos dado lugar a la recepción de la Eucaristía en la mano. No dudo que esto se da dado porque no ha sido promovido. Por favor, no me digan que no somos dignos de tomar la Eucaristía con nuestras propias manos porque lo impuro nace del corazón, no del exterior. Y tampoco me parece argumento el peligro de que una “mínima partícula” pueda caerse y profanarse…, para eso basta el cuidado y respeto que todos podemos dar. No hay que tener manos consagradas para poder tener la Eucaristía en nuestras manos…! Si queremos “hilar fino”: cuántas veces seguimos de largo frente a la profanación del cuerpo de Cristo cuando se profana a cada ser humano…! Trata de personas…, uso de las personas en la prostitución…, condena estructural a la pobreza y miseria…! Y no quiero extenderme en más ejemplos…

Ahí también se profana a Cristo. Pero eso no nos inmuta. No huele a incienso…!
Volviendo al lenguaje de los gestos debo decir que éstos son esencialmente significativos. Permítanme compartirles mi pensamiento al respecto:

El gesto de la comunión en la mano me parece un gesto mucho más significativo y maduro que recibirlo en la boca.
Los niños son quienes deben ser alimentados en la boca. No los adultos… y un buen cristiano debe crecer siempre. Debe crecer en todo sentido. Desde esa perspectiva creo que permitirnos recibir la comunión en la mano es un signo visible de sana independencia. Y es solo un signo. Claramente la madures es mucho más que eso. Pero los signos hablan por sí. Y yo quiero una diócesis de fieles adultos. De fieles que piensan…, que deciden por sí, que comparten…, que caminan juntos. De fieles protagonistas. Firmes y comprometidos. Por eso me parece un signo muy positivo que pueda expresarse también en este modo de recibir la comunión.

No tengan miedo. Anímense al cambio…! Les pido a los párrocos y catequistas que vayan introduciendo estas prácticas desde la Misa Primera Comunión. Sin duda, muchos me van a cuestionar diciendo que esta es una decisión libre. Y tienen razón…! Pero para que sea libre no debo dejar de presentarla como opción, está claro que hoy no llegamos ni a eso.

Continuamos entonces nuestra celebración, dejando que Dios vaya transformado nuestros corazones y que este alimento que recibimos nos dejemos transformar.

Adoramos, reconocemos a Jesús presente en medio nuestro y nos comprometemos a llevarlo y manifestarlo a nuestros hermanos, no solo en la solemne procesión de hoy, sino en cada gesto y acción de nuestras vidas cotidianas.

Me parece un chulo de…, y en los puntos suspensivos ponga el lector lo que quiera, que pretende imponer sus propios gustos a la devoción de los fieles extralimitándose en el ejercicio de su autoridad. No tengo nada contra la comunión en la mano aunque yo comulgue en la boca. Una vez autorizada en la mano el fiel podrá hacer lo que prefiera mejor para comulgar. Pero sin lecciones de maestros Ciruelas que no saben leer y abren escuelas.

En España desde hace tiempo son corriente ambos modos de comulgar. Y se da un fenómeno curioso. Las mujeres comulgan mayoritariamente en la mano y los hombres en la boca. Y cuanto más jóvenes son, unos y otras, más en la boca. Los hombres que comulgan en la mano lo suelen hacer como se debe. Entre la mujeres hay de todo. No faltan las que no extienden la mano para que el ministro deposite en ella el Cuerpo de Cristo sino que arrancan la Sagrada Forma de la mano de quien reparte la comunión para llevársela a la boca.

Este Barba quiere cambiar la costumbre de su diócesis con celo digno de mejor causa y recurre a estupideces ya tan manidas como la de  que en la boca se da de comer a los niños. Pues como para decirle aquello de que si no nos hiciéramos como niños…

Con la que está cayendo, deje a la devoción de los fieles el modo que quieran de comulgar y dedique su tiempo a predicar las verdades de la fe y la moral de la Iglesia y no sus gustos particulares. Como la barba. ¿Qué usted se encuentra más guapo con ella? Pues hace bien en dejársela aunque seguramente habrá diocesanos que opinen de otra manera. Pero ya que dijera una homilía mandando a sus fieles que no se afeitaran pues sería pasarse unos cuantos pueblos. Y le voy a dar un argumento tan estúpido como el que pone usted de los niños. Si Dios nos pone pelo, como dedos u orejas será para que no nos lo cortemos. Le estamos haciendo un feo cortando lo que él nos puso. ¿Le parece un argumento de idiota? A mí también. Como el de los niños y la boca.

Comentarios
16 comentarios en “Un obispo argentino que casi ordena comulgar en la mano
  1. Muy buena homilia… Inteligente, profunda, hermosa en su todo… Me huele que a los que no les gusta no sea solo por el Obispo defender comulgar en la mano, sino otras cosas… me huele que si. Son duras las palabras? Si, llaman a una vivencia de la Eucaristia mas profunda, completa, comprometedora, comunitária. Asi es como tiene que ser.

  2. El Obispo sino quiere explicar que en una parte de su Diócesis que no conocen el tomar la comunión en la mano, que esta manera no es inferior al tomarla en la boca; desde luego jamás ha dicho y dirá que vaya a negar la Eucaristía como se sigue haciendo hasta ahora.

  3. «Me parece un chulo de…, y en los puntos suspensivos ponga el lector lo que quiera, que pretende imponer sus propios gustos a la devoción de los fieles »

    Supongo entonces que los obispos que obligan a los fieles a comulgar en la boca cuandonpueden legitimamente hacerlo en la mano, le pareceran lo mismo.
    A menos que solo reivindique los derechos de los que piensan como usted.
    Seguro que no es asi. Usted es un hombre ecuanime e inteligente.

  4. Triste personaje que con sus palabras demuestra su inmadurez; el cansancio nos abruma y desborda ante tanta palabrería fácil y vacua, al igual que tanta inmanencia en prelados que tendrían que ser maestro de la espiritualidad ya que para eso están en la Iglesia.
    Muy apropiadas las palabras de S. Pablo en el Oficio de Lecturas de hoy domingo y que últimamente traigo con frecuencia a colación como consuelo del alma ante tanto desvarío: «No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos os turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien os predica un evangelio distinto del que os hemos predicado -seamos nosotros mismos o un ángel del cielo-, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea maldito!» (Gálatas 1, 1-12).

  5. ¿Y de qué os escandalizáis? En mi parroquia si no comulgas en la mano te la tiran al suelo para que la cojas. Y las denuncias a la curia han servido para que quienes han ido a denunciarlo hayan vuelto más confundidos. Resultado, ya no van a Misa.

  6. Para los que viven en adulterio:
    «No nos pongamos en los estrados de quien juzga y mira desde arriba, desde quien se siente justo o superior.»
    «creo que nos cabe a todos una profunda actitud de cuidado y respeto ya que solo Dios sabe lo que pasa en los corazones.»
    Para los que piden comulgar en la boca:
    «El gesto de la comunión en la mano me parece un gesto mucho más significativo y maduro que recibirlo en la boca».
    ¿Queda claro a quienes se les puede juzgar, y a quienes no, según este obispo?
    P.D. Proximamente sera nombrado Cardenal.

  7. Ese cretino debería estudiar la documentaión eclesiástica al respecto. No hay peor combinación que la de la ignorancia con la chulería:

    «En algunos Países se ha introducido el uso de la comunión en la mano. Esta práctica ha sido solicitada por algunas Conferencias Episcopales y ha obtenido la aprobación de la Sede Apostólica. Sin embargo, llegan voces sobre casos de faltas deplorables de respeto a las Especies eucarísticas, faltas que gravan no sólo sobre las personas culpables de tal comportamiento, sino también sobre los Pastores de la Iglesia, que hayan sido menos vigilantes sobre el comportamiento de los fieles hacia la Eucaristía. Sucede también que, a veces, no se tiene en cuenta la libre opción y voluntad de los que, incluso donde ha sido autorizada la distribución de la comunión en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca. Es difícil pues en el contexto de esta Carta, no aludir a los dolorosos fenómenos antes mencionados. Escribiendo esto no quiero de ninguna manera referirme a las personas que, recibiendo al Señor Jesús en la mano, lo hacen con espíritu de profunda reverencia y devoción, en los Países donde esta praxis ha sido autorizada.

    Conviene sin embargo no olvidar el deber primordial de los sacerdotes, que han sido consagrados en su ordenación para representar a Cristo Sacerdote: por eso sus manos, como su palabra y su voluntad, se han hecho instrumento directo de Cristo. Por eso, es decir, como ministros de la sagrada Eucaristía, éstos tienen sobre las sagradas Especies una responsabilidad primaria, porque es total: ofrecen el pan y el vino, los consagran, y luego distribuyen las sagradas Especies a los participantes en la Asamblea. Los diáconos pueden solamente llevar al altar las ofrendas de los fieles y, una vez consagradas por el sacerdote, distribuirlas. Por eso cuán elocuente, aunque no sea primitivo, es en nuestra ordenación latina el rito de la unción de las manos, como si precisamente a estas manos fuera necesaria una especial gracia y fuerza del Espíritu Santo.» Juan Pablo II, Dominicae Coenae, Jueves Santo de 1984.

  8. Un obispo que manipula y pervierte las enseñanzas milenarias de la Iglesia, con las excusas habituales, de que somos adultos y de la excusa de los pobres. Por supuesto que no tiene ni idea ni le interesa relacionar la Eucaristía con el sacrificio de la cruz, aunque en la consagración se diga claramente «la sangre que será derramada por vosotros». Todo muy mundano, y nada espiritual.
    Pues hablando de los pobres de inteligencia, este obispo debería saber que tales personas, si son fieles a Cristo, tienen lo que se llama el «sensus fidei», del cual este obispo carece, por muchos estudios que haya realizado.

  9. La imposicion sobre la piedad clama al Cielo..es como interponerse entre la madre y el niño.
    Sobre la concelebracion de la Misa como la novedosa obligacion impuesta por Francisco a los seminarios y colegios apostolicos en Roma
    .atenta contra el canon sobre la libertad de celebrar individualmemte..sospecho que cambiaran la formula y la liturgia de la Misa y se aseguraran que ningun sacerdote en Roma celebre por el rito tridentino..ya que la concelebracion los obligara a que publicamente celebren la Misa Nueva y reformada.

  10. No dice nada de la multitud de abusos que se han dado, incluso de llevarse las hostias para profanarlas. Quizás no le suene el caso de Pamplona y la profanación pseudoartística de un tal Abel Azcona y su afán de protagonismo mediático. Por cierto, en los colegios romanos, Francisco ha impuesto prácticamente la concelebración. Como casi siempre, el problema no está en el obispo tal o cual ; el gravísimo problema está arriba del todo, aunque los munillas y demás buena gente no quieran reconocerlo.

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